Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Fotos de Roberto Garaicoa

Todo parece indicar que la tregua en Ucrania se ha movido sin mucha transición del alto al fuego a la tensión. No es para menos, hay fuerzas hegemónicas en pugna y lo que allí ocurre parece ser el capítulo de un plan mayor que pretende no la reconquista de Kiev, sino el debilitamiento de Rusia.

Por cierto, Rusia ha actuado con cautela y sensatez, a pesar de las sanciones y de los discursos culpabilizadores… pero también la paciencia tiene límites, y cuando se corren los límites esta humanidad bien conoce lo que se pudiera desencadenar, por ello bordeo la tesis de que quizá estamos en presencia de la antesala de la Tercera Guerra Mundial.

Suspendida en estas reflexiones quedé nuevamente este miércoles, frente al análisis detenido de varios expertos en la Mesa Redonda, motivados por la siguiente interrogante: ¿La crisis en Ucrania es el epicentro de una nueva guerra fría?

El máster Santiago Álvarez fue enfático al reconocer que nunca se había dado tan alto nivel de peligro entre potencias de este calibre, porque se trata de un conflicto en el que están los grandes actores de Europa compulsados por los propósitos hegemónicos de Estados Unidos, que, como todos deben suponer, es quien mueve los hilos.

Advirtió que esto no es nada pasajero, “los norteamericanos no se detendrán y el sistema internacional estará expuesto a un nivel de controntación superior”.

De hecho, Estados Unidos ha aprovechado la fragilidad de la tregua en Ucrania para justificar sus acciones económicas contra Moscú, cuando ello no se ajusta a la nueva realidad. Las autoridades de Moscú no han estado de espaldas al asunto y han concluido que para ellos (Estados Unidos) el complejo conflicto de Ucrania, la crisis, la confrontación, son solo una excusa. Obviamente, si no existiera este conflicto habrían encontrado otro motivo.

Recientemente han propuesto nuevas sanciones, a las cuales Rusia ha considerado ilegítimas y sin fundamento. Las han catalogado públicamente como una venganza por el fracaso de la política exterior de Europa, incluidos los errores en la crisis de Ucrania.

El experto Enrique Martínez explicó que en efecto hay un alto al fuego, pero persisten las tensiones, las que deben estar pulsando los más de 500 observadores internacionales que siguen este proceso. Ha habido intercambio de disparos, pero al mismo tiempo han intercambiado más de 1 200 prisioneros. Las milicias de las fuerzas prorrusas mantienen el control y el Ministro de Defensa tiene desconfianza en los miembros del ejército, al punto de que estableció que pasaran por un detector de mentiras.

Para Elsa Agüero, el presidente Petro Poroshenko hizo el rídiculo en sus más recientes declaraciones, cuando se conoce que Estados Unidos desde hace más de 10 años viene fraguando todo un plan para emplearlo en contra de Rusia, y Ucrania es el país geográficamente que marca el límite entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Rusia. “Ellos han procurado tomar a Ucrania como terreno geopolítico vital en su estrategia mundial”.

Mientras, Ucrania está viviendo su segunda Revolución Naranja, los oligarcas cada vez se hacen más ricos y en 2016 entrará en vigor el Tratado de Libre Comercio, lo que generará más problemas a la población: más impuestos, mayores precios por el consumo del gas y Europa le venderá más de lo que importará. Todo esto se planifica, cuando en el sudeste justamente se encuentran los mayores emporios industriales de este país.

Enrique Martínez sostuvo que como resultado de todo este conflicto la OTAN está reforzando su presencia en la zona, lo que está acompañado de una mayor cantidad de bases militares norteamericanas en la región, sin olvidar que ahora estos enclaves tienen otros diseños: almacenes, aeródromos… una infraestructura que facilita rápidamente el desembarco de sus tropas.

A estos elementos, Santiago Álvarez sumó que para Rusia, geopolíticamente Ucrania es un país muy importante. “Por eso Europa buscaba un Gobierno hostil en Kiev para proyectar esta ofensiva. Deseo que estuvo acompañado por el trabajo de las agencias subversivas de inteligencia norteamericana en función de esta segunda Revolución Naranja”.

Por su parte, Rusia ha mantenido su estrategia de no dejar abandonada a la población rusa. “Y aunque la propaganda los responsabiliza de los hechos, ellos han procurado no estimular más la escalada de agresiones, están a favor de la tregua y todo el tiempo han catalogado la situación como un asunto interno”.

Elsa Agüero mantuvo que esto pudiera convertirse en un problema de alcance mundial, porque hoy hay amenazas entre potencias que podrían tener efectos posteriores.

Los analistas valoraron de peligroso y contraproducente el curso de Europa, en desmedro de sus intereses nacionales para complacer las ambiciones geopolíticas de Estados Unidos. Asimismo advirtieron que las acciones politizadas de algunos países europeos a instancia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte conducirán a más tensiones y confrontación en el ámbito militar.

Estados Unidos ha desplegado una política enfilada a desplazar a Rusia del concierto mundial, pero el país euroasiático es un factor determinante del equilibrio global; y de seguro no se quedará de brazos cruzados. Habrá que estar atentos al curso de la tregua.

En la Mesa Redonda periodistas y especialistas debatieron sobre la situación actual en el conflicto de Ucrania y sus consecuencias geopolíticas.

El máster Santiago Álvarez fue enfático al reconocer que nunca se había dado tan alto nivel de peligro entre potencias de este calibre.

Estados Unidos ha aprovechado la fragilidad de la tregua en Ucrania para justificar sus acciones económicas contra Moscú, cuando ello no se ajusta a la nueva realidad.

El experto Enrique Martínez explicó que en efecto hay un alto al fuego, pero persisten las tensiones, las que deben estar pulsando los más de 500 observadores internacionales que siguen este proceso.

Para Elsa Agüero, el presidente Petro Poroshenko hizo el rídiculo en sus más recientes declaraciones, cuando se conoce que Estados Unidos desde hace más de 10 años viene fraguando todo un plan para emplearlo en contra de Rusia.