Cuba no deja a nadie abandonado a su suerte
Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Fotos de Roberto Garaicoa
No es fortuito que Cuba envíe a África 165 colaboradores para enfrentar el ébola, una enfermedad considerada no solo una epidemia o una emergencia sanitaria, sino una crisis humanitaria, social, económica; que amenaza la paz y la seguridad internacional. La decisión, sostenida por la voluntad de 62 médicos y 103 enfermeros que expresaron su disposición de ir a África Occidental, forma parte de esa saga hermosa de solidaridad que ha protagonizado la Isla en 66 países.
Este grupo posee más de 15 años de experiencia profesional y todos han laborado en otras naciones ante desastres naturales y epidemiológicos, así como en misiones de colaboración médica. El 23 por ciento lo ha hecho en más de una ocasión.
Las brigadas médicas que se enviarán a África para la lucha contra el ébola, forman parte del Contingente Internacional Henry Reeve —creado en el año 2005— integrado por médicos especializados en el enfrentamiento a desastres y grandes epidemias.
En el resto de la región no afectada por el ébola y donde Cuba tiene más de 4 mil colaboradores de la salud, también se ratificó la disposición de ayudar en la prevención de esta enfermedad.
De esta manera el gobierno cubano da respuesta a la solicitud de ayuda hecha por la OMS y por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, al Presidente Raúl Castro, como parte del esfuerzo mundial que se debe realizar para combatir la epidemia de fiebre hemorrágica. Este brote viral ha sido el responsable de la muerte de más de 2 800 personas y de casi 6 000 casos, sobre todo en Guinea, Liberia y Sierra Leona.
El Doctor Jorge Pérez, director del Instituto Pedro Kourí (IPK), explicó que según documentan diversas instituciones científicas, el virus comenzó en Guinea, luego pasó a Liberia, Sierra Leona y Nigeria. En Liberia y Sierra Leona la transmisión es bastante extensa.
Añadió que en estos lugares se ha instalado el pánico, al punto de que los médicos y las enfermeras han abandonado hospitales por miedo a la enfermedad, que tiene una alta letalidad.
Argumentó que Cuba ha tomado como principales medidas la estructuración de un puesto de dirección a nivel ministerial para realizar la evaluación de las medidas a tomar en el enfrentamiento de una posible introducción del ébola y le ha dado puntual seguimiento a las brigadas en el exterior. Se hace además, un monitoreo sistemático de toda la situación internacional, que sirve como base para tomar decisiones. Y se han hecho inversiones para estar preparados. En el caso de los colaboradores de los países donde existen peligros, a su llegada a Cuba están sometidos a una vigilancia especial.
También se creó una sala en el IPK para la posible atención de casos, y se han intensificado las medidas en los puertos, en los aeropuertos y en todo el paso de fronteras.
En su intervención, comentó que la brigada que irá a cumplir misión internacionalista se ha entrenado en el IPK de forma intensiva, con expertos internacionales y con profesionales cubanos de alto prestigio, así como se han creado todas las condiciones para que el personal esté bien protegido.
Precisó que para que los internacionalistas tuvieran una preparación lo más cercana al terreno al que se van a enfrentar, se creó un hospital de campaña en el IPK con condiciones similares. Y los centros científicos se han integrado para buscar información científica y ver cómo pueden ayudar a encontrar soluciones.
El Doctor fue enfático al señalar que la máxima que se les ha trasmitido a este grupo es que lo más importante es la protección, la protección y la protección.
La Doctora Regla Angulo Pardo, directora de la Unidad Central de Colaboración Médica, puntualizó que lo que hoy estamos haciendo responde a la vocación humanista de la Revolución, y citó que más de 50 mil médicos han cumplido misión en 66 países. “La historia de la colaboración cubana comenzó desde el propio 1960 en Chile, para atenuar los efectos del terremoto; en 1963 salió nuestra brigada médica a Argelia, y en los años 70 y 80 estuvimos en América Latina; en 1998 comenzó el Plan integral de salud, a partir del daño que hicieron los huracanes en Centroamérica; en 2003 se creó Barrio Adentro en Venezuela; en 2004 comenzó el programa de la Operación Milagro; y del año 2008 al 2011 estuvimos trabajando en todo el programa genético. Dejé para el final el 2005, porque justo el 19 de septiembre de ese año, por primera vez, se constituyó el contingente Henry Reeve, cuando se hizo el llamado y se presentaron 10 mil médicos para atender los azotes del huracán Katrina en Nueva Orleans”.
En 39 países de África han trabajado 76 mil 744 colaboradores cubanos. Hoy, en este sector, 4 mil 048 prestan servicios en 32 naciones africanas; de ellos, 2 mil 269 son médicos. También se supo que hasta la fecha más de 15 mil trabajadores nuestros de la salud se han brindado para apoyar la lucha contra el ébola.
La Doctora compartió que la brigada que va a salir próximamente desde el 15 de septiembre comenzó a prepararse para saber enfrentar todos los riesgos biológicos, las enfermedades infecciosas, las fiebres hemorrágicas… Destacó igualmente que este entrenamiento no ha sido solo teórico, sino que han tenido una práctica muy rigurosa con la unión de varias instituciones de salud y científicas.
Precisó que vamos a estar en tres de los países afectados. “Hoy tenemos cooperantes en Sierra Leona y en Guinea, y con los jefes de esas brigadas tenemos comunicación diariamente, por lo que les confirmamos que todos están trabajando y gozan de perfecta salud”.
También se puntualizó que a los que irán a esta misión se les ha hecho un chequeo clínico riguroso y todos estarán protegidos con todo el esquema de vacunación que tenemos en el país.
El Doctor Jorge Luis Quiñones, uno de los galenos dispuestos, dijo que lo primero que hicieron fue preguntarles por su voluntariedad. El doctor comentó que “resulta motivadora la experiencia que vamos a vivir y estamos alentados con la preparación que se nos ha dado. Debemos transmitirles que confíen en nosotros, en nuestra preparación y responsabilidad. Vamos a evitar los contactos con los pacientes, porque vamos a regresar seguros a nuestra patria”.
Quiñones tiene en su aval haber estado tras los terremotos de Pakistán y en Haití. “En este último, estuve en el lugar donde vimos los primeros casos de aquella diarrea extraña el 15 de octubre de 2010. En los días siguientes tuvimos que estudiar y prepararnos mucho para enfrentar el cólera”.
Su colega, Eydel Miguel Agüero, quien antes cumplió misión en Venezuela y hace solo tres meses regresó de Haití, también estuvo entre los primeros que dijo que lo pusieran en la lista para partir hacia África Occidental.
Expresó que la preparación ha sido intensa. “Todas las acciones han estado en función de transmitirnos los mayores conocimientos”.
En el programa se reconoció que hay que cuidar a la sociedad cubana no solo del ébola, sino también de otras enfermedades transmisibles. La Doctora Rosario Ochoa precisó que en el caso del ébola, la fiebre aparece súbitamente, acompañada de fuertes dolores musculares, de cabeza y de garganta. Vómitos, diarrea, erupciones en la piel, disfunción renal y hepática afloran. En la mayoría de los casos, las hemorragias internas y externas se tornan incontenibles.
La vía fundamental por la que se transmite es por el contacto con secreciones, por lo que hay que reforzar las medidas de higiene. “La Organización Mundial de la Salud hizo recientemente un llamado para que se tomaran medidas con la fibre hemorráica, con la cual se han presentado 850 mil casos en América, y 650 mil casos de Chikungunya, por lo tanto hay que protegerse.
“Las medidas de prevención contra el ébola son las mismas que se adoptan contra otras enfermedades de transmisión: lavado de las manos (con agua y jabón, frotándoselas bien y requiere del mismo tiempo que se dedica cuando cantamos dos veces Cumpleaños feliz), el consumo de agua segura (se debe hervir 5 minutos, dejar refrescar y clorarla con hipoclorito de socio, luego hay que dejarla descansar 30 minutos para tomarla), las frutas y vegetales deben lavarse con agua clorada. Igualmente es importante la conservación de los alimentos, que hay que refrigerarlos y debe separarse el alimento crudo del cocinado”.
En su exposición señaló que la higiene ambiental está muy relacionada con las enfermedades transmisibles, por lo que en el hogar hay que evitar la reproducción del mosquito, y se logra si se tapan y limpian los tanques, se cambia el agua de bebederos de animales, se vacía el agua de las gavetas de los refrigeradores y acondicionadores, y si se cambia el agua de los vasos espirituales. Aclaró que si en la vivienda hay algún enfermo con fiebre o diarrea debe acudir de inmediato al médico, que es el único facultado para decir si esa fiebre o diarrea son comunes o están vinculadas al dengue o al cólera. “Todas estas acciones tienen que complementarse con la labor de los diversos sectores sociales”.
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