Brasil frente a dos proyectos de país
Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Fotos de Roberto Garaicoa
El próximo 26 de octubre, en las urnas brasileñas se decidirán dos proyectos: uno que respalda el empleo y los salarios y otro de la socialdemocracia (PSDB), que generará desempleo y reducción de los sueldos. Así lo reafirma la actual mandataria Dilma Rousseff, quien ha invitado a la ciudadanía a decir “no al retroceso”, en las próximas elecciones del 26 de octubre, con el respaldo a su partido.
El PSDB tiene en su hoja de ruta haber gobernado a Brasil entre 1995 y 2003, período durante el cual quebró la nación tres veces y se puso de rodillas ante el Fondo Monetario Internacional (FMI). A diferencia de los socialdemócratas, representados por el candidato Aécio Neves, la propuesta del Partido de los Trabajadores (PT) coloca al hombre en el centro de todo y no lo considera una mercancía con la cual lucra sin respeto.
De ser reelecta el domingo próximo, Rousseff ha prometido continuar el trabajo para mejorar la vida de la familia. La mandataria se pronunció por seguir con los programas sociales, como Bolsa de Familia y Mi Casa mi Vida, que aseguran un mejor nivel de vida para la población, pues garantizan el acceso a la renta y una casa propia.
Las declaraciones de Dilma tuvieron lugar cuando la encuestadora MDA reveló que Rousseff acapara un 45,5 por ciento en la intención del voto, frente al 44,5 por ciento que acopia Neves.
Estos datos, explicó la experta Marina Menéndez, directora del diario Juventud Rebelde, muestran un empate técnico entre ambos contendientes. Al tiempo que aludió a que al PT le están imputando, como golpe electoral, acusaciones de corrupción que se han preparado para tratar de restar votos cuando las encuestas están tan cerradas. “Y son acusaciones sin pruebas”.
Precisó que esta será una votación realmente cerrada, en lo que ha pesado el hecho de que Marina da Silva ha dicho que dará su apoyo a Aécio Neves. “Y lo hizo porque exigió a Neves que incorporara a su programa una cierta cantidad de requisitos que estaban en el programa de ella, y él ha aceptado algunas. Por ello se presupone que el 60 por ciento de los 22 millones de votos de Marina sean para Neves”.
Aseguró que el manejo de las encuestas también es una manera de influir en el electorado. “Todo indica que está siendo difícil esta segunda ronda para el PT. Se está utilizando contra Dilma Rousseff el hecho de que la economía no haya crecido más, y Neves olvida en este juego sucio que suele preceder los procesos electorales las millones de personas que el PT en su gobierno ha sacado de la pobreza”.
Mencionó que Aécio Neves ha dicho que estrecharía los lazos con Estados Unidos, “lo cual rediseñaría el papel de Brasil en el grupo Brics y en el mercado común del sur, cuando este país por su tamaño han sido de los que más ha impulsado las relaciones comerciales en la región”.
En su intervención, alegó que se abandonaría el proyecto nacionalista que ha sostenido el Partido de los Trabajadores si saliera electo en el balotaje Neves. “Lo que se está dirimiendo en Brasil el próximo domingo es la vuelta al pasado de Fernando Henrique Cardoso o el seguimiento de los programas que se han desarrollado por el PT”.
En la Mesa Redonda de este lunes, Marina Menéndez destacó la trascendencia de la figura de Lula para el PT. “Las personas le siguen demostrando mucho cariño por su ejecutoria y él ha tenido un papel muy activo en la campaña de Dilma, no solo enfatizando los logros del PT, sino repeliendo las acusaciones sin fundamentos que se le han hecho. Hoy su carisma y trayectoria larguísima como dirigente sindical son muy importantes en la campaña de Dilma Rousseff”.
UCRANIA DESPUÉS DE LAS REUNIONES EN MILÁN
La segunda media hora del programa se le dedicó a la situación en Ucrania, después de las reuniones que tuvieron lugar en Milán el pasado viernes entre el presidente ucraniano Petro Poroshenko y su homólogo ruso Vladimir Putin en Italia.
En el encuentro, que tuvo lugar durante la cumbre ASEM (Diálogo Asia-Europa), los mandatarios abordaron el plan de paz, el alto al fuego y el conflicto del gas con Moscú, que amenaza con sumir a Ucrania en un invierno muy frío.
La reunión de Putin y Poroshenko tuvo como objetivo establecer una hoja de ruta a cumplir con el acuerdo firmado en Minks (Bielorrusia); donde el gobierno de Ucrania y los federalistas acordaron el cese de hostilidades, intercambio de prisioneros, entre otros.
El experto Santiago Pérez valoró que estas fueron discusiones muy fuertes porque detrás hay problemas muy fuertes. “Creo que entre los resultados más concretos y palpables está el apego al protocolo que se firmó en Minks en septiembre, pero que ha tenido múltiples violaciones, como la línea de demarcaciones de los contendientes”.
Argumentó que entre los puntos en conflicto, está que los separatistas no han aceptado la lógica del Plan de Paz del presidente Poroshenko, que es darle soberanía durante 3 años, “y ellos no lo aceptaron porque ya declararon su independencia. En Ucrania habrá elecciones el 26 de octubre y ellos las han planificado para noviembre. Están luchando por su identidad. Y ya suman casi 4 mil sus muertos, por lo que no desean acatar esta propuesta”.
El tema del gas igualmente fue abordado con fuerza. “Los rusos no suministran gas a Ucrania, pero sí a la Unión Europea, a través de Ucrania. Y Rusia podría volver a cortar el gas para la Unión Europea si los ucranianos intentan robar el gas. Por lo que llegaron a acordar que les darán 5 mil millones de metros cúbicos de gas hasta marzo, y los ucranianos van a pagar en principio una deuda de un gas que ya Rusia les suministró, que es de cerca de 4 mil billones de dólares, y deben pagar antes de este nuevo suministro”.
Para el analista Santiago Pérez, Rusia no está interesada en generar problemas en Ucrania, y no desea afectar a la población. “En esta época de globalización de interdependencias, a Rusia no le conviene una escalada de los conflictos, porque desea la estabilidad económica. Se habla de unos 12 mil millones de dólares que se han perdido por las afectaciones en el comercio entre Rusia y la Unión Europea, y a los productores europeos no les conviene ni a la economía rusa”.
No obstante, aclaró que las grandes reservas de Rusia en dólares dan para amortiguar las sanciones, por eso aún no se siente el peso de las sanciones, pero sí podría sentirse. “Este es un proceso de crisis económica generalizada en Europa en el que las sanciones no han tenido un nivel de incidencia, pero en perspectiva obviamente van a afectar a la economía rusa, pero ellos sí tienen los recursos para defenderse de estas sanciones y están buscando alternativas como sus nuevas negociaciones con China y América Latina”.
Destacó los esfuerzos internos muy importantes que está haciendo Rusia para desarrollar su tecnología propia y cambiar la estructura de su economía exportadora de materias primas.
La Unión Europea es más dependiente de la economía rusa, y hay actores que están presionando para que disminuyan estas sanciones, porque los países bálticos, por ejemplo, dependen prácticamente el ciento por ciento del gas de Rusia.
En su intervención, hizo énfasis en que más allá de la crisis rusoucraniana, todo esto responde a una proyección global de Estados Unidos para debilitar a Rusia. “Estamos en presencia de un gran juego mundial, y hay fuertes intereses para que se debilite Rusia”. A lo que los rusos han respondido con posiciones verticales, y desde el punto de vista político el discurso nacionalista es muy fuerte.
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