Lectura de las urnas brasileñas y uruguayas
Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Fotos de Roberto Garaicoa
El triunfo electoral de Dilma Rousseff en Brasil y el paso como principal contrincante a un balotaje para el 30 de noviembre próximo de Tabaré Vázquez en las presidenciales de Uruguay, fueron los temas principales abordados en la Mesa Redonda de este lunes.
Como un resultado histórico, Sergio Alejandro Gómez, jefe de la página de Internacionales del diario Granma, catalogó el hecho de que el Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil ganara por cuarta ocasión consecutiva las presidenciales, cuando este domingo la actual mandataria Dilma Rousseff resultara reelecta con el 51,64 por ciento de los votos válidos.
Rousseff, la primera mujer presidenta de Brasil con el Partido de los Trabajadores, obtuvo más de 54 millones de votos, mientras su rival, el socialdemócrata Aécio Neves, alcanzó el 48,36 por ciento del balotaje, unos 3,4 millones menos.
El analista resaltó que Dilma, quien llevará las riendas del país hasta el 2019, en apenas una semana logró conquistar más de 10 millones de votos que los que consiguió en primera vuelta.
Destacó además que una vez más el electorado brasileño eligió el camino que escogió con Lula en el año 2003. Al tiempo que remarcó que esta no ha sido la victoria más ajustada, sino la que consiguió Fernando Henrique Cardoso cuando le ganó a Lula en el 89. En esta ocasión, Dilma logró menos de un millón de votos de los que logró en 2010 con el 55,7 por ciento.
En su intervención, añadió que el PT no es un partido hegemónico, que tiene que establecer alianzas, y que tuvo que enfrentar una arremetida mediática tremenda, más acusaciones, sin pruebas, de corrupción… todo era contrario a Dilma. “Y a pesar de toda esa realidad ganó y ganó bien ganado”.
No pasó por alto que en el 2010 Lula le dejó una impronta muy fuerte, y ella tuvo que asumir su mandato pero siguiendo un importante legado, “y en estas elecciones tuvo que defender su propia gestión”. Cuando cumpla Rousseff estos próximos 4 años de gobierno, el PT habrá cumplido el mayor plazo que ha tenido un partido en el poder de Brasil.
El experto llamó la atención sobre una frase de Dilma, la cual le resultó muy interesante: “Yo tomo este resultado como un voto de esperanza del pueblo en que haya una mejoría”.
En todo este trayecto, dijo, Dilma se mantuvo al frente del país como abanderada del debate. “Esas contradicciones y esos puntos de vista diversos tiene que unificarlos en el Congreso para lograr los cambios”.
Hizo énfasis en que en estas votaciones se recordó el estado en el que Fernando Henrique Cardoso le dejó el país a Lula. “Ahora la derecha quiere reciclar el juego, porque Neves proponía a Fraga como su Ministro de Economía, un hombre que diseñó prácticamente el sistema neoliberal en Brasil”.
Haciendo una especie de balance, Sergio Alejandro Gómez mencionó que Aécio Neves cogió un 49 por ciento, a pesar de no ser un candidato carismático, porque fue una construcción. También destacó que, más allá de que el PT ganó, la derecha tiene un gran poder para levantarse y poner su propuesta ante las urnas. “Los grandes medios internacionales igualmente los apoyaron”.
Todos los analistas coinciden en que la mayor carta de triunfo de Rousseff fueron las políticas sociales que impulsó su antecesor político Luiz Inácio Lula da Silva, y que ella profundizó.
Esos programas de ayuda a los brasileños de menos recursos permitieron colocar cerca de 40 millones de personas en la clase media en una década, una transformación social reconocida en el mundo.
La tasa de desempleo en mínimos históricos (4,9% en septiembre) y el aumento de la renta de los trabajadores también fueron importantes para la victoria de la presidenta.
Esos casi 40 millones de personas que Brasil sacó de la pobreza, al decir de Sergio Alejandro, son un gran desafío para el actual gobierno, que tiene que encauzar sus nuevas demandas.
Según el experto, Lula y Dilma actuaron de forma muy coordinada de cara a estas elecciones. “Lula sabe el lugar que tiene en la política y en el corazón de los brasileños. Ha estado en todo momento en el que su partido lo ha necesitado. Y aunque muchos querían que se postulara ahora, él dijo que en esta ocasión quien debía hacerlo era Dilma, aunque no negó reservarse para otro momento”.
URUGUAY VA A BALOTAJE
En tanto, la presidencia de Uruguay se decidirá en segunda vuelta el próximo 30 de noviembre entre Tabaré Vázquez, del Frente Amplio (FA), y Luis Lacalle Pou, del Partido Nacional. Vázquez triunfó con el 47 por ciento, pero tendrá que ir a balotaje ante Lacalle, a quien las encuestas vaticinan desde ahora una derrota.
Tabaré Vázquez es conocido en la política uruguaya: inauguró la década de gobierno de la izquierda con su triunfo en las presidenciales de 2004, poniendo fin a 20 años de alternancia entre los Colorados y los Blancos (Partido Nacional). Antes de eso había sido movilizador social e intendente. Ya en el gobierno condujo al país al crecimiento económico y atrajo la inversión extranjera hacia Uruguay después de haber sufrido a comienzos de siglo una de sus mayores crisis, marchándose con un índice de aprobación superior al 70%.
Según los últimos reportes, se puede decir además que el Frente Amplio tiene 15 de los 30 puestos en el senado, paridad que se rompería por ley si el Frente Amplio coge la mayoría el 30 de noviembre, lo que le dará 16 de 30, más 50 de 99 que tiene la Cámara. Por lo que se confirmaría la mayoría del Frente Amplio.
La experta Marina Menéndez, directora del periódico Juventud Rebelde, igualmente llamó la atención sobre la importancia de que un legislativo acompañe al presidente en su gestión de gobierno.
Interrogada sobre las perspectivas que se abren de cara a la segunda vuelta, razonó que es obvio que se unirán el Colorado y el Nacional. También reconoció la debacle del Colorado, que ha caído en un hueco negro que deja ver mucho mejor la labor que ha desplegado el Frente Amplio, primero con Tabaré, luego con Mujica.
“El Colorado solo ha conseguido el 12 por ciento de los votos, lo que confirma la merma que ha tenido de 2009 a la fecha. Mientras, el Nacional ha contado un 30 por ciento a su favor, lo que unido a lo de El Colorado, no superará el 47 por ciento de ventaja que lleva Tabaré.
“En algún momento podría hablarse además de una alianza entre el Independiente y el Frente Amplio”.
Para la analista, la apabullante victoria de Evo, la de Dilma, y la presumible de Tabaré, no han dejado espacio a la reversión a la que la derecha está aspirando en América Latina, y apunta a una consolidación de las políticas integracionistas, no por el ascenso de gobiernos de izquierda o nacionalistas, porque no estamos hablando de proyectos con la misma marca ideológica, pero sí que defienden la soberanía y la implementación de políticas que mejoren el estatus de su pueblo.
Ellos, manifestó, han desplegado una ejecutoria que combate mucho el desempleo, fueron tantos los males sufridos en América Latina, que para nadie es un secreto que las políticas a ultranza en detrimento de los pueblos, solo traerán desdichas. Ha pasado el tiempo de las oligarquías. Será muy alentador si Tabaré gana, porque tendrá un Congreso a la medida para emprender sus políticas.
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