Europa: La tragedia griega y más (+Fotos y Videos)
Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Fotos: Roberto Garaicoa
La difícil situación que continúa enfrentando Grecia, los recortes sociales y las próximas elecciones en España, los cuestionamientos al liderazgo alemán en la Unión Europea y otros temas de interés fueron analizados por especialistas en asuntos europeos este miércoles en la Mesa Redonda.
Después del rechazo en referendo, del 61 por ciento de los electores griegos, a la propuesta de negociación de la deuda propuesta por la Troika, conformada por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea, el gobierno de Alexis Tsipras ha comenzado a ceder.
Con el dinero a punto de acabarse, Grecia le terminó presentando a sus acreedores un nuevo plan de rescate que contempla la mayoría de las demandas rechazadas por la población.
Negociaciones que, en opinión de la experta Elsa Claro, tienen gravísimas consecuencias: a escala interna, porque hay protestas del pueblo y del propio partido Syrisa; y a escala exterior, porque ha levantado un oleaje de críticas.
“Muy pocos autores justifican lo que ha hecho el gobierno griego. Se habla de cómo la Comisión Europea y Alemania en particular, hicieron presiones bestiales, cuando los intereses sobre la deuda son tan elevados y difíciles de saldar”, añadió.
La Doctora Jourdy James sostuvo que la base de la crisis griega es una deuda de aproximadamente 320 000 millones de euros, que el país simplemente no está en condiciones de pagar, y responde al gasto sin respaldo productivo y solo a través de préstamos.
El problema, sin embargo, solo se volvió urgente cuando la crisis financiera global limitó el acceso griego al crédito, lo que motivó la intervención de los otros países de la eurozona temerosos del impacto de una cesación de pagos o default. Al tiempo que las medidas de austeridad impuestas como condición para financiar un rescate financiero terminaron agravando la situación.
Los drásticos recortes del gasto público, los mayores impuestos y reformas al sistema de pensiones y el mercado laboral hicieron colapsar al país, en tanto la Troika insistía en que estas debían ser las condiciones para facilitarles los millonarios e insuficientes paquetes de rescate, que solo iban a parar a bancos privados de la región.
La exigencia, además, por parte de los acreedores de que Grecia llegue a un superávit fiscal de 3.5% antes de 2018 es una garantía de que el país seguirá experimentando una depresión.
Elsa Claro también insistió en que el Banco Central Europeo, que se crea para ser instrumento de la Unión Europea, en vez de prestarle a los Estados, se lo presta a los banqueros, con un por ciento de interés irrisorio. “Este modelo está mostrando sus debilidades y no es sostenible. Como el crédito de la Unión Europea está en entredicho en este momento”.
Jourdy James fue categórica al afirmar que la economía griega se ha reducido en un 25% desde el inicio de los programas de austeridad, lo que ha acentuado su dependencia en créditos externos. Mientras, el impacto de las medidas sobre el pueblo griego ha sido tremendo: su tasa de desempleo del 26% es la más alta de toda la Unión Europea y entre los jóvenes ya supera el 60%.
En tanto, por España las cosas no andan mucho mejor. La Doctora Jourdy James se detuvo en que lo que estamos apreciando es el espejismo de la recuperación en ese país. “Desde el punto de vista macro hay crecimiento, y se debe a factores coyunturales: depreciación del euro, el problema de la disminución de la factura energética por la disminución de los precios del petróleo, el turismo español… Sin embargo, España es un ejemplo paradigmático del fracaso del modelo: el despido, el aumento del trabajo temporal, y que haya aumentado la tasa de pobreza a un 25 por ciento, al punto de que se haya convertido, dentro de la Unión Europea, en el segundo país más desigual, son muestras suficientes de que no ha habido tal recuperación”.
No se puede hablar de recuperación, dijo, si no hay un gasto suficiente en inversión, estos no son más que elementos coyunturales que hoy están y que mañana podrían desaparecer.
Para la analista Elsa Claro, el PP quiere repetir, aunque se ponga en duda la solidez de esa susodicha recuperación. “Por ello insisten en presentar a sus electores una visión de salida de la crisis, cuando las cifras no tienen un sustento sólido”.
Las expertas coincidieron en que desde que comenzó esta situación, los gobiernos han aprovechado cualquier dato positivo para adelantar el fin de la crisis y la próxima recuperación. Sin embargo, aconsejan seguir índices, aparte de los macroeconómicos, para hacerse un juicio propio sobre la verdadera situación económica de España, que aún es delicada y no tan esperanzadora como el rostro que quieren presentar de cara a las urnas.
La burocracia vive en un mundo paralelo al real, donde está acomodada, donde se avanza por inercia, donde existen reglas inviolables y quien no se adapte o trate de cambiarlas, perece.
Salvo que tengas un extraño chip de mártir o hacer filas sea tu hobbie máximo, creo que la mayoría alucinamos al hacer trámites y ante la burocracia en general.
En muchos casos pareciera que el principal propósito de cualquier oficina para trámites es la complicación en lugar de la “simplificación”.
. Practica yoga, aprende a contar hasta 10 millones o alguna disciplina que aumente tu paciencia… porque la vas a necesitar.
Hay un lenguaje que indica inacción y aletargamiento. Es el lenguaje de la burocracia, del cual se apropian no más se acomodan tras el buró, los burócratas.
Se está analizando, se está estudiando, nos estamos reuniendo, se está chequeando, se está trabajando o está por definirse son solo pequeñas muestras del inmenso arsenal de frases que denotan imprecisión, desconocimiento y modorra.
Son frases que si se estudian en profundidad casi siempre son impersonales, pues contienen el –se-, sin un sujeto definido que realice la acción; y en el mejor de los casos usan el plural de modestia, ese “nosotros” que suena a nadie.
Las frases de la burocracia terminan inteligentemente con un gerundio. Los gerundios no les comprometen, porque indican una acción extendida en el tiempo, una gestión, ¡qué conveniente!, con fechas de inicio y conclusión imprecisas.
Pero eso no es todo. Si echamos una ojeada superficial a los verbos que usan regularmente, encontraremos los más propios del ámbito burocrático: analizar, estudiar, tratar de definir, reunir, chequear, informar, firmar…
Casi no hay en todo el parque con que cuenta ese lenguaje una forma verbal en pasado, que hable de cumplir o terminar. Está prácticamente ausente además la primera persona del compromiso y ni hablar de incluir en su discurso el NO, de “ahora no se puede” o “no se ha hecho”, que indicaría al menos transparencia.
Hay un ámbito de la realidad donde solo se habla en este lenguaje. A veces el lenguaje de la burocracia llega a las mayorías, cuando desde los medios o desde el barrio a los burócratas les exigen respuestas. Entonces ellos sacan lo mejor de su cosecha, con sus –iendos- y –andos- que ni ellos mismos se creen.
Lo peor del lenguaje de la inacción y el aletargamiento es la facilidad con que se contrae; se contagia de estar tanto tiempo sentado tras un buró, elaborando informes insípidos, asistiendo a reuniones infructuosas, dejándose llevar por la maquinaria demoledora de la burocracia.
Tiene ese lenguaje hasta su propia cadencia, que suena falsa y lejana, como mensaje calculado, para mantener quizás un puesto, un cargo, un teléfono celular, un carro o un simple buró, a veces carcomido por comejenes; o para no buscarse problemas.
Mientras más pequeño el cerebro del burócrata más rápido se adaptará y creará las defensas que le permitan sobrevivir en un medio de simulaciones. Adquirirá así el lenguaje propio del ambiente, efectivo no solo para salir de atolladeros con los subordinados, sino con los superiores.
Un lenguaje ideal que le servirá para salir airoso sin jamás hacer nada, porque siempre está haciendo un informe, se está reuniendo o está chequeando, aunque lo que precise su empresa o el país es que trabaje, que dialogue, que impulse o que baje a la base para empaparse con los problemas, cosa esta que nunca hacen los tecnocrátas impulsores de decretos.
Y así estas formas verbales compuestas mandan en el mundo de la burocracia, desde donde sin hacer y saber, a veces se toman decisiones importantes que nos involucran a todos.
El lenguaje de la burocracia es objetivo, existe fuera e independientemente de nuestra conciencia. Nos inunda, nos corroe, nos amarga, nos frustra, nos congela, nos decepciona y está de más en la Cuba del futuro.
Pero si malo es que exista, peor es que lo aceptemos, que nos convirtamos en sus cómplices y dejemos que tanta gente siga diciendo que hace, mintiendo y simulando, mientras otros trabajan y construyen.
La burocracia es el arte de complicar las cosas haciéndolas difíciles por medio de lo inútil, no es invención nuestra, pero está claro que le hemos hecho grandes aportes y digo esto para terminar jocosamente pues no hay forma mejor de resistirse ante ella y mantenerse vivo en el intento.