El telón de fondo de la carrera por ocupar la Casa Blanca (+ Fotos y Video)
Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Fotos: Roberto Garaicoa
Los estadounidenses observan con alarma el crecimiento de los asesinatos y otros crímenes en varias ciudades del país. En al menos 35 de sus urbes se reporta un aumento considerable de esos hechos en este año, poniendo fin a décadas de descensos en la mayoría de los casos.
El periódico The New York Times denunció que pocas ciudades han sido afectadas tanto como Milwaukee, en el estado de Wisconsin, donde en lo que va de año 104 personas fueron asesinadas.
En otras metrópolis también se reportan importantes incrementos. En Nueva Orleans 120 personas murieron por causas violentas hasta finales de agosto, en comparación con 98 durante el mismo período del año anterior. En Baltimore, los homicidios habían alcanzado 215, frente a 138 en 2014. También en Washington la cifra fue de 105, en comparación con 73 personas hace un año, al igual que en San Luis, donde 136 personas fueron asesinadas este año.
El ambiente de violencia que marca hoy a la sociedad norteamericana y la disputa electoral al interior de los dos grandes partidos fueron analizados por periodistas y académicos en la Mesa Redonda.
Aunque no se sabe con certeza a qué se debe el incremento de los hechos violentos, algunos alegan que el uso de la fuerza por parte de la policía envalentonó a los criminales. En tanto, agentes de la policía y funcionarios públicos indican que el fenómeno puede ser el resultado de la lucha entre bandas vinculadas a las drogas y a la alta disponibilidad de armas de fuego en manos de la población.
Para el experto Carlos Akira, este dilema tiene causas históricas que están vinculadas con la construcción del propio imaginario del imperio, y de las políticas que crearon para convertirse en superpotencia. De hecho, una de las enmiendas que autoriza la tenencia de armas por la población se acordó como una estrategia de épocas pasadas para tener a todas las personas preparadas por si los ingleses regresaban. Sin embargo, hoy nadie revisa la desactualización de tal medida. “Toda esta conducta responde a una cultura de la violencia que se ha legitimado y con lo cual están recogiendo estos saldos”.
El analista Faustino Cobarrubia aludió a que también esta realidad tiene sus sustratos en el entramado socioeconómico de ese país, en el que se concentran las mayores desigualdades en la redistribución de las riquezas, respecto a las 21 naciones más desarrolladas del orbe.
Añadió que en EE.UU. la desigualdad ha alcanzado niveles solo comparables con la que existió en los años 30. “Hoy el 20 por ciento de su población absorbe el 60 por ciento de las ganancias, y desde 2009 solo el 1 por ciento acumula el 95 por ciento de los ingresos que se han generado”.
Las estadísticas, reveló, indican que tienen una población de unos 45 millones de pobres, lo que significa que más del 14, 5 por ciento de su gente engrosa los índices de pobreza, y de estos, el 27,3 por ciento es población negra, y el 23,5 por ciento son hispanos.
Después de la crisis de 2008, puntualizó, los menores de 18 años son más del 22 por ciento de los pobres en ese país. Cifras todas que demuestran el desbalance económico que existe en la apropiación de las riquezas.
La deuda personal de los norteamericanos, reconoció, es un síntoma de lo que ocurre en estos términos. “Más del 50 por ciento de la población estadounidense vive sin reservas financieras, y el 56 por ciento sobrevive con créditos hipotecarios. Entonces los jóvenes entre 30 y 33 años están sobrecargados con esta situación”.
Sobre el tema de la desigualdad, comentó que esto no tiene solo implicaciones sociales, sino también económicas, porque mientras se reduce la clase media también se contraen los consumos. “Y aunque los indicadores económicos de ese país han mejorado después de la crisis de 2008, la redistribución de esa recuperación se queda en un por ciento minoritario”.
También el desempleo, que llegó a estar por encima del diez por ciento, ha experimentado otro comportamiento: hoy se encuentra en un 5,3 por ciento. Sin embargo, lo antes expuesto demuestra que hay elementos que siguen marcando debilidad en esta recuperación.
El experimentado periodista Reinaldo Taladrid sostuvo que muchos de estos males: armas + dinero + racismo + muertes, no han cambiado, aunque no pocos vivieran con emotiva esperanza la elección del primer presidente negro en esa nación.
“Hubo muchas lágrimas en los ojos la noche en que ganó la presidencia Obama. Sin embargo, aunque fuera su mayor voluntad cambiar esta herencia legada, no le es posible, porque se trata de un problema sistémico”, expresó.
En opinión de Taladrid, se vive también el cuadro cerrado de campañas + políticos + contribuciones… es un sistema que no te da capacidad de maniobra en este aspecto.
Lo antes analizado nos coloca frente al hecho de que hoy un tercio de la población norteamericana, es decir, 300 millones, poseen armas. Por ello se reiteran las dolorosas escenas de muertes en escuelas, teatros, iglesias…
Todo ello conforma el telón de fondo de las próximas elecciones, en cuya carrera se delinean por el Partido Republicano a Donald Trump y por el Demócrata a la ex secretaria de Estado, Hillary Clinton.
El primero, que ha dejado al campo, al parecer, a otros que parecían más promisorios como Jeb Bush y Marco Rubio, con su postura cavernícola ha llamado la atención sobre el electorado de la extrema derecha.
La xenofobia y el nacionalismo han sido sus fuertes en su proyección discursiva, lo cual habrá que ver si es sostenible hasta noviembre de 2016.
En tanto, Hillary Clinton gana la mayoría de las simpatías de los demócratas, Joe Biden está levantando por este mismo partido. Y mientras avanzan los días de frente a las urnas, habrá que seguir de cerca toda esta contienda interna por la conquista de la Sala Oval.
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