Siria y Argentina: una mirada a su actualidad
Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Fotos: Roberto Garaicoa
Desde el 30 de septiembre, las fuerzas armadas sirias, en cooperación con la aviación rusa, han reducido de manera considerable el potencial de combate, movilidad y capacidad de realizar ofensivas del Estado Islámico (EI), el grupo extremista que desangra parte de Iraq y de Siria, desde 2006 y 2011, respectivamente.
Algunos especialistas opinan que en las filas del grupo Estado Islámico deben militar entre 20 000 y 50 000 mercenarios procedentes de otros países. Solamente en Siria, unos 12 000 extranjeros de 81 países pelean sin bandera. No han ido a contener la violencia sino a multiplicarla. Según Soufan Group, organización que proporciona servicios de inteligencia a Gobiernos e instituciones, 3 000 de ellos proceden de las llamadas democracias occidentales.
Las naves de la Fuerza Aeroespacial de Rusia han destruido 53 puntos fortificados del grupo Estado Islámico, incluyendo su armamento y otras técnicas de combate, un puesto de mando, cuatro campamentos de entrenamiento, siete depósitos de municiones, y varias baterías de artillería y morteros.
En tanto, Estados Unidos y sus aliados han presionado a Siria de múltiples maneras, sin embargo, nunca condenaron los incontables mercenarios que minan ese país. Para ellos, un eventual desgaste del ejército de Bashar al-Assad conduciría al cambio de régimen que, contra todos los cálculos y deseos, no se ha producido.
Ante las posturas de las diversas potencias, la Doctora María Elena Álvarez sostiene que con la situación en Siria se acentúa la tesis de que esa región es el escenario de la recomposición hegemónica del poder. “Estamos viviendo la transición del liderazgo mundial”.
Se dice, además, que el Estado Islámico ingresa dos millones de dólares al día —de venta petrolera, tráfico de antigüedades, despojo y extorsión—, que recluta a unos 6 000 terroristas al mes y paga como nadie.
Sobre este retrato, la Doctora Álvarez manifiesta que “es la expresión de que el terrorismo se ha convertido en un modo de vida, en un negocio, y a partir del 11 de septiembre en un problema global.
“Son dos millones de dólares… dónde los tienen, cómo los han hecho. Indudablemente tienen dinero para pagar, para moverse, para el pasaporte y para comprar armamentos”, destacó.
La edad típica de quienes integran el EI va de los 18 a los 29 años y en la mayoría de los casos no tienen formación militar… ¡ni conocen el Islam! “Porque el llamado Estado Islámico es una organización terrorista que utiliza al Islam como un pretexto para decir que es fundamentalista”.
Todo esto, en su opinión, es el resultado de las políticas que ha desplegado Occidente. “Por ello no crean un sistema de alianza, ni colaboran… porque además, se trata de la pugna por la correlación de fuerzas en la arena internacional”.
La Doctora María Elena Álvarez argumentó que “esto hay que seguirlo, porque a la larga Europa va a tener que estar de intermediaria entre Rusia y Estados Unidos. A Estados Unidos, como potencia que es, no le gusta que le tomen la delantera.
“Rusia, desde antes de comenzar las acciones, comenzó una actividad diplomática muy fuerte con Egipto, Israel y Arabia Saudita, entre otros países. Hoy dice que Estados Unidos no lo sabe todo, y no tiene por qué saberlo”.
La OTAN, por su parte, primero dijo que van a unirse para enfrentar las amenazas. Ahora dice que van a fortalecer el este y el sur, y ha reforzado su presencia en el este de Europa con centros de entrenamiento en Eslovaquia y en Ucrania. Además, ha dicho que va a apoyar a Turquía, porque no va a permitir que Rusia haga lo que está haciendo: tener a este conflicto como centro de prueba de sus armas, y bombardear zonas donde no está el Estado Islámico.
Además de la evolución de la situación en Siria tras la participación rusa en el combate al Estado Islámico, en la Mesa Redonda de este lunes se abordó la campaña electoral en Argentina para los próximos comicios presidenciales.
El periodista Sergio Alejandro Gómez Gallo, jefe de la página de Internacionales del periódico Granma, subrayó que, en sentido general, las primarias en Argentina dieron un panorama sobre el balance de fuerzas de cara a las urnas.
“Daniel Scioli, quien fuera uno de los vicepresidentes cuando el primer mandato de Néstor Kirchner, obtuvo el 38 por ciento; en tanto Mauricio Macri, la propuesta republicana, se manifiesta como un reciclaje de la derecha, en su búsqueda por presentar a alguien que no tenga vínculos con el modelo previo a los Kirchner. Pero detrás de estas pretensiones vemos que hay un niño de papá, un multimillonario argentino”.
Gómez Gallo alertó que esta figura es defensora de una alianza que incluye a la Unión Cívica-Radical, una fuerza del pasado siglo de la derecha más sólida. “Esas son las personas a las que está apostando Macri y hace lo que tenga que hacer para derrotar a Scioli, como defender a las empresas privadas”.
También, argumentó, está Sergio Massa entre los candidatos por el Frente Renovador. Para ganar el 25 de octubre, Scioli tiene que ganar más de un 45 por ciento. Si entre Macri y Massa se disputan, podrían darle ventaja. De lo contrario, el 22 de noviembre habría que ir a las urnas para el balotaje.
“Por el momento, en Argentina es difícil confiar en una encuesta, porque quienes las difunden son los grandes medios, que tienen una guerra frontal contra Cristina”, alerta el Jefe de la página de Internacionales de Granma.
Sobre la herencia que deja el kirchnerismo, expresó que Argentina tiene otra personalidad en América Latina. “Tenemos que ver qué ha pasado desde el 2003, cuando Néstor Kirchner asume un país que está destruido por el neoliberalismo y potencia una serie de transformaciones. Es de la corriente Justicialista, que viene del peronismo, e inicia un proceso que coincide con el ciclo de grandes cambios en América Latina: en 2005, se enterró el ALCA; después vino la Unasur, la Celac, el ALBA. Y Argentina está en el cambio de la correlación de fuerzas en la búsqueda del progreso”.
Qué no ha pasado en estos 13 años, se pregunta Sergio Gómez para introducir que no han hecho propuestas dentro del sistema. “Han aportado al desarrollo interno, pero que sigue reproduciendo problemas, como la dependencia a la agroindustria y a la soya. Y hoy Argentina está necesita de dólares, porque ha pagado grandes deudas. Son cifras inmensas para un país que tiene problemas fiscales.
“La industria depende de los subsidios. Y cuando no haya dinero procedente de la agroindustria, el Estado tiene el dominio del Comercio Exterior y redirige el dinero a subvencionar la industria. Por ello precisa de una mayor inversión y de obtener recursos en divisas con otros préstamos”, añadió.
Para el experto, si la derecha regresa, volvemos a la Argentina de los años 90. “Por eso es tan importante que continúen con un modelo de cambio que no abandone lo que se ha logrado: la reducción de la desigualdad de ingresos, el rescate del consumo interno, el pleno empleo y el papel de Argentina en los procesos de integración. No por gusto vemos el espaldarazo de diversos líderes latinoamericanos a los seguidores del kirchnerismo”.
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