La FMJD, Cuba y las luchas de los jóvenes (+ Video)
Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Fotos: Roberto Garaicoa
La Federación Mundial de Juventudes Democráticas (FMJD), desde hace 70 años aúna a los jóvenes progresistas del mundo que apuestan por la integración y la unidad, como un ejército consciente que se levanta contra las angustias e injusticias que pesan sobre la humanidad.
Por ello la lucha por la paz y la solidaridad están entre los ejes centrales que mueven los días de la XIX Asamblea General de esta organización, que reúne en La Habana a más de 130 representantes de organizaciones juveniles con el propósito de examinar el desempeño y funcionamiento de la FMJD en el actual contexto sociopolítico.
Los participantes, quienes representan a 70 organizaciones de más de 35 países de los cinco continentes, en opinión de Nikolas Papademetriou, presidente de la FMJD, viven días intensos dedicados a la reflexión, el debate, la concertación, el intercambio, y también conocen nuevos amigos, comparten y celebran, pues la Asamblea es un espacio para proclamar su derecho a la existencia en defensa del progreso social y de los ideales de paz, amistad y solidaridad antiimperialista que necesita el mundo.
Según sus palabras, la FMJD tiene que renovar sus métodos de trabajo y lucha para estar en consonancia con las cambiantes realidades del imperialismo, que renueva sus fuerzas con las luchas no convencionales. “El imperialismo es el principal enemigo de nuestros pueblos, y para contrarrestarlo debemos articular nuevas estrategias”, sostuvo.
Manifestó que “tenemos la experiencia para actuar en contra de los despropósitos de las fuerzas imperiales, y por eso hacemos un llamado a las nuevas generaciones a luchar en todos los aspectos, sobre todo desde la solidaridad, que es un arma muy potente”.
En su criterio, la FMJD debe utilizar su estatus en Organización de Naciones Unidas para evitar las influencias de las fuerzas poderosas y hegemónicas. Al tiempo que recordó que le toca a la organización seguir defendiendo a los jóvenes y las causas justas de este mundo, como las del pueblo palestino y saharaui, y el respaldo al proceso de paz en Colombia.
Igualmente reconoció el poder movilizador que tienen los Festivales Mundiales de la Juventud y los Estudiantes, y los consideró “un espacio para unir nuestras voces contra el imperialismo, por un mundo de paz y solidaridad”.
Iraklis Tsaldaris, secretario del Consejo Mundial de la Paz, hizo énfasis en la importancia de Cuba como corazón del aliento internacional de esta importante agrupación de jóvenes de izquierda del mundo.
En sus palabras de reconocimiento, argumentó que la Isla ha sido hasta epicentro para mantenerla viva en circunstancias en las que otros esperaban que desapareciera este movimiento antiimperialista juvenil. “Por ello entre nuestras causas también tienen que estar las de este pueblo, y ahora prevemos unirnos a su lucha para que Estados Unidos abandone la base ilegal que ocupa en Guantánamo”.
También alagó el papel, específicamente, de la UJC y de sus cuadros, en la responsabilidad de mantener los latidos de los festivales mundiales. “Hubo quien pensó que sin la Unión Soviética no habría festivales, pero la causa justa de nuestra lucha continúa”.
Cuba, dijo, no dejó morir el movimiento de los festivales; y “el propio Comandante en Jefe se preocupó por ello. Por eso no podemos negar tantos años de lucha y de batalla, y hasta que los pueblos no sean los verdaderos dueños de sus vidas, no podemos perder nuestra ruta: siempre al lado de los pobres y al lado de las causas justas. Siempre estaremos al lado de los pueblos que definen su propia dirección, como hoy en Venezuela”.
Este es un país, manifestó, donde sus jóvenes tienen un papel esencial dentro de la Revolución, y ello ayudará a que, con la participación de representantes de los cinco continentes, se envíe un mensaje antiimperialista fuerte, y que en su cumpleaños 70 la Federación fortalezca su movimiento y su agenda de trabajo.
Por su parte Jesús Mora, secretario general de la FMJD, puso la mirada sobre la importante generación de cubanos que estuvo vinculada a la fundación de esta organización. “Hace 70 años atrás, jóvenes de la fuerza auténtica, de la FEU y de la juventud socialista popular estuvieron en Londres para constituir una federación que evitara que se repitieran los crímenes del fascismo. Entre ellos estuvo el combatiente Jorge Risquet, como representante de la juventud socialista popular”.
En diálogos con este revolucionario cubano, argumentó, “él nos contó que vio a Raúl en Viena, cuando firmó por Cuba la convocatoria del IV Festival de Rumania, país en el que estuvo en el mes de abril. Allí lo puso al corriente de que habría un importante Congreso, sobre el cual se mostró muy entusiasmado, pero otro momento más importante lo reclamaba en su patria para esa fecha: el asalto al cuartel Moncada.
Risquet, junto a Flavio Bravo —quien había sido electo vicepresidente de la FMJD—, y Lionel Soto —representante de la Unión Internacional de Estudiantes— desplegó una labor de denuncia y esclarecimiento con todas y cada una de las delegaciones, demostrando que el Moncada era una acción heroica de un grupo de jóvenes revolucionarios, entre quienes resaltaba Raúl Castro, convocante del Festival, y su hermano Fidel, el jefe de los asaltantes.
La FMJD, explicó Jesús Mora, se ha sumado siempre a la solidaridad internacional, como lo ha demostrado con la causa con el pueblo de Puerto Rico, como colonia en América Latina. “Además, desempeñó un rol muy trascendental en contra de las grandes dictaduras, sobre todo la chilena. De hecho, hubo un compañero que siendo presidente de la FMJD entró clandestino a Chile, la dictadura lo apresó, y con la campaña internacional se logró que no lo asesinaran”.
Insistió en que hoy la FMJD mantiene una posición de condena a las agresiones en Venezuela y el apoyo al pueblo de Puerto Rico. “Y uno de los grandes retos, de conjunto con la OCLAE, es trabajar por la unidad del movimiento juvenil internacional en la lucha desde nuestras realidades y defendiendo nuestras diferencias”.
Aclaró que la UJC es quien ocupa la Secretaría General, y él se desempeña como su representante en esa responsabilidad.
En su intervención en la Mesa Redonda, comentó que en el accionar de la FMJD, los ayuda mucho el Foro de Sao Paulo, y muchas organizaciones juveniles apoyan para que en ese espacio de debate y encuentro regional en América Latina, se inserte el criterio y la postura de la FMJD frente a los dilemas que afronta la humanidad.
Adelantó que para este martes, cuando se cumplen 70 años de la organización, han decidido reconocer la obra y lo que Fidel ha representado en las luchas que ha asumido la Federación.
José Ángel Mauri, jefe de Relaciones Internacionales de la UJC, precisó que es significativo que desde 1959, cuando nace la Revolución, Cuba se insertó con una fuerza mayúscula en este organismo internacional. “Y desde entonces comenzaron a llegar a nuestro país las brigadas internacionales y se fundó el campamento Julio Antonio Mella”
En el 62, recordó, la FEU cedió su membrecía en la FMJD a la UJC, como representante en esta organización internacional. “También Fidel siempre respaldó este movimiento. De hecho, en 1972 visitó la sede central de la FMJD, en Bucarest. Y en 1978 fue el principal entusiasta del 11 Festival, que salió por primera vez de Europa”.
Después de la caída del Muro de Berlín, cuando no pocos pronosticaron que también se desplomarían los movimientos progresistas del mundo, Cuba se mantuvo con la llama encendida y no dejó que se apagaran los festivales, esa fiesta de los jóvenes que impulsa la FMJD.
Después de ese primer momento, que podemos llamar de euforia de la derecha mundial y desconcierto de los movimientos progresistas y revolucionarios, despertó la conciencia de la realidad oscura a que el capitalismo pretende conducir a toda la humanidad. Y Cuba nunca dejó solos a los jóvenes, para que comprendieran que la apuesta tiene que seguir siendo por un mundo mejor, más equitativo, racional y justo, que no podrá construirse sobre las bases enfermas del consumismo, la xenofobia y las guerras.
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