Alí Rodríguez: Venezuela frente a la contraofensiva opositora (+ Fotos, Videos e Infografía)

El excelentísimo señor Alí Rodríguez Araque, embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Cuba, explicó que el rencor y el rechazo a Simón Bolívar son históricamente conocidos

Fotos: Roberto Garaicoa

Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda

Desde el 6 de diciembre, día en que la rancia derecha venezolana, catapultada con la campaña mediática y las presiones económicas ejercidas por la derecha mundial, ganó el mayor número de curules de la Asamblea Nacional, la patria de Bolívar es centro de polarizaciones y de la articulación de una estrategia diseñada para desbancar al chavismo, fuerza política que cambió el mapa de ese país desde hace 17 años.

Como botón de muestra de lo que vendrá: la retirada de la sede del Parlamento de las imágenes del Libertador y de Hugo Chávez, los dos hombres que entendieron que ese pueblo merecía más que la fuerza colonizadora de los grandes capitales, y que el destino de Venezuela no podía excluir la unidad de América Latina.

Sobre este vergonzoso episodio, el excelentísimo señor Alí Rodríguez Araque, embajador de la República Bolivariana de Venezuela en Cuba, explicó que el rencor y el rechazo a Simón Bolívar son históricamente conocidos, desde la época de Santander. “Lamentablemente ese odio ha tenido herederos de generación en generación; y un ejemplo de esto, o más bien, su encarnación, está en el nuevo presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Henry Ramos Allup.

“Y si ese es el cambio que propone la derecha, como ha de esperarse de un adeco de vieja raigambre, podemos imaginar por dónde van las cosas. Pero sobre todo, desde una posición de poder, están confundiendo una parte del asunto por el todo, porque el Estado está en el corazón de la gran mayoría venezolana”.

En su análisis sobre el curso de los acontecimientos, vaticinó que si los elegidos de derecha siguen ese camino, van a recibir la justa respuesta del pueblo.

Aludió a que quienes integran la llamada Mesa de la Unidad Democrática ejercen el comercio político típico que existe, por ello exhortó a seguir el desarrollo ulterior de esas alianzas que representan diferentes tendencias y no un todo homogéneo. “En las arrogancias coinciden, pero la procesión va por dentro y vamos a esperar un tiempo para ver cómo progresan”.

Sobre la elección de Ramos Allup, cuando no pocos creían que descansaría en el opositor Julio Borges la presidencia de la Asamblea Nacional, argumentó que hay muchas negociaciones que no se conocen. “Y ellos son negociantes de la política, y decidieron elegir a un cadáver insepulto de la IV República, lo cual no constituye una rara posición”.

Además, dijo que esto es un componente más de ese desarrollo que ha desplegado “no nuestra oposición”, sino el gran poder económico y político que los mueve desde otras latitudes.

Se ha articulado una contraofensiva para rescatar las posiciones que perdieron en décadas pasadas. El objetivo no es una disputa por el Parlamento, sino Nicolás Maduro. Hay toda una estrategia en función de ello. No falta tiempo para que haya conflicto con el Tribunal Supremo y con las diversas posiciones de poder. Pero este es un episodio de la larga guerra que se inició desde la derrota que sufrieron con la insurgencia de Chávez y del chavismo”.

Advirtió que desde el Parlamento van a intentar, por todos los medios, cañonear al poder ejecutivo e impedir el actuar del gobierno, porque además de las leyes, en ese espacio se toman decisiones para las funciones del gobierno. “Pueden colocar muchos obstáculos para la buena marcha del gobierno y eso puede generar un verdadero conflicto de poderes, porque el chavismo tendrá que mover sus fuerzas, que están en la calle y a la expectativa. No dudo que si las circunstancias lo exigen, se movilizarán. Además, hay una fuerza armada de profundo sentimiento chavista, que se formó en la insurgencia contra todos los desmanes de la IV República que encarna Ramos Allup”.

El nuevo escenario lo nombró un proceso de ajuste, “y lo fundamental es que el pueblo es en su mayoría chavista”.

ESTABLECER PRIORIDADES

Adelantó que la guerra económica se va a acentuar, “por una razón elemental: tenemos precios petroleros relativamente bajos, entre 35 y 40 dólares. Esto, en comparación con algo que vivimos en 15 años, significa una reducción que supera el 50 por ciento, y tenemos que manejarlo en un escenario de creciente demanda, porque si algo ha desplegado la Revolución es el esquema de redistribución del ingreso para resolver problemas sociales como el de la vivienda, que tendrá que enlentecerse, porque hay que atender prioridades como la alimentación de la población.

Venezuela, desde los años 40 del pasado siglo es importador de alimentos, y en este momento enfrentamos la caída de ingresos en dólares, que implica una menor capacidad para importar maquinaria y otros insumos para la producción. Ello ha generado desabastecimiento, inflación… El Presidente, junto a un equipo, estudia un plan para perfilar las prioridades.

“Unos 35 dólares el barril no significa la ruina, pero había un grupo de problemas que se resolvían con los ingresos… y a todo ello se suma el enfrentamiento de la oposición, y del imperialismo, porque no se puede olvidar que está Estados Unidos, que ha ensayado todas las formas para destruir la Revolución, el cambio y la reacción hacia la vieja IV República”.

En su comparecencia en la Mesa Redonda, estableció un paralelismo entre lo que sucede en Venezuela y en la economía doméstica. “Si decae el ingreso, en lo primero que tienes que pensar es de qué vas a prescindir, y priorizas lo indispensable para el desempeño cotidiano. Ese razonamiento también tiene que hacerlo el Estado. Teníamos un déficit de viviendas, llegamos a las 800 mil, pero es un proceso que se debe enlentecer, porque la primera prioridad es la alimentación y los servicios, de manera que eso es lo que hay que hacer: establecer un estricto orden de prioridades del gasto y un uso eficiente. Va a ser bueno como pedagogía, porque hemos vivido 15 años de abundancia, y hay que manejar la realidad con otros precios”.

Las proyecciones de la OPEP, sumó, coinciden bastante con que esto se mantendrá en los próximos 10 años. El barril, como promedio, va a estar sobre los 50 dólares. “Es muy difícil hacer pronósticos exactos de precios, porque están mediados por factores extraeconómicos. No obstante, este año vamos a estar oscilando entre los 35 y 40 dólares. En el caso de Venezuela, tendremos que manejar la economía con un presupuesto restringido”.

En su intervención sostuvo además que el gobierno tiene un grupo de competencias en el orden presupuestario, pero que la derecha parlamentaria va a ser un elemento perturbador para la gestión del presidente Maduro.

El apoyo, en su opinión, dependerá del pueblo, de la gente en los barrios, de los sectores progresistas, y de ser necesario habrá que apelar a la movilización de estos sectores, porque “la correlación de fuerzas nacionales son las que determinan y no la representación parlamentaria”.

Ahondó en que “la fuerza natural nuestra está en el pueblo y la apuesta más importante que hizo Chávez en el orden estratégico y estructural fue la comuna. Hay que poner el énfasis principal o fundamental en el despliegue de la comuna, que le de impulso al gobierno del pueblo, con las características de la comuna. El Estado nuestro es el de la vieja república. Cambió el gobierno, pero no el Estado, por lo que tiene que haber una relación del gobierno con la estructura, porque si no lo hacemos habrá un retroceso progresivo. Las instituciones se presentan con un nuevo rostro, y ya vemos los efectos si no se desarrollan estos motores de los cambios revolucionarios en Venezuela, e insisto en que debe hacerse combinando una fuerte movilización del poder popular. Ahí está el destino de la Revolución Bolivariana, si eso no se articula podemos predecir su fracaso, si no cambia la estructura real del poder, con el ejercicio consciente del pueblo”.

Randy Alonso, director y moderador de la Mesa Redonda, le preguntó cómo debe dar esta batalla el PSUV, que sigue siendo la fuerza más importante en Venezuela, porque fue el partido de más votos como fuerza política única en la Asamblea Nacional, aunque la MUD haya conquistado la mayoría parlamentaria. A lo que respondió que se hizo un balance político y de la gestión bolivariana, y no solo de Maduro, “que podrá tener muchos aciertos y también errores, pero hay que hacer correcciones que exige el proceso. Hay que ver hacia dónde se coloca el énfasis de la movilización y en todos los ámbitos del PSUV, porque tiene que haber una conexión entre las comunas y las unidades básicas de lucha”.

FUERZA REAL

El diplomático Alí Rodríguez Araque fue enfático al referir que los derechistas que hoy ocupan la mayoría de los asientos en la Asamblea Nacional tienen como principal objetivo destituir a Nicolás Maduro, lo cual lo consideró un gran error, ya que es absurdo pensar que el presidente es un factor aislado del quehacer político de Venezuela. “Ignoran que hay una fuerza real y organizada que no se ha desplegado enteramente en el país, y eso es lo que ellos peligrosamente están obviando”.

Sostuvo que la relación entre Maduro y el pueblo es la continuación de todo lo que ha significado en el chavismo. “Él no llegó como un ser extraño al proceso. Chávez siempre hablaba de sus hijos, y uno de ellos era Maduro, por eso lo propone para continuar la Revolución, y se siguió unánimemente esa decisión”.

Destacó que igualmente existe una cohesión interna dentro del chavismo. “Hay debates intensos, pero los que deben darse en el seno de una organización democrática. Se mantiene la unidad, el liderazgo de Maduro y el apoyo del equipo que lo acompaña”.

Frente a la realidad económica, con caída del ingreso, ahondó en que necesariamente habrá que realizar ciertas redefiniciones en el orden político, social y económico. “Será necesario hacer un reanálisis de nuestra realidad, de la estructura social el país, de la política de redistribución social que elevó el estatus social de millones de venezolanos, que los sacó de la pobreza extrema y hay que analizar ese hecho, porque eso genera posiciones mentales e ideológicas diferentes. Piensa diferente el que está en un rancho del que tiene ya una vivienda, un ingreso, un trabajo, requerimientos de salud y educación garantizados por el Estado, y esa realidad ha cambiado en buena medida por lo que ha hecho la Revolución bolivariana… ese es un balance pendiente que conduce a redefiniciones en la política, para tener en cuenta esa realidad y avanzar a nuevas transformaciones.

“También hay que tener en cuenta el poder popular en las comunas. Hay que beber del Partido, como hacer desde la comuna”.

Sobre la unidad cívico-militar, ponderó que “la tarea nuestra es conjurar cualquier peligro que pueda presentarse. Sin embargo, uno observa mucha cohesión. El chavismo se metió en los tuétanos y en el corazón de las Fuerzas Armadas, lo cual no descarta que haya personas conspirando hacia el seno de ellas. Pero es singular la identidad que hay entre las Fuerzas Armadas y el pueblo. Es común verlos volcados en la realización de tareas conjuntamente con el pueblo, es un paisaje natural.

“No obstante, insistió, uno no debe descartar peligros ni ser ingenuo. Vivimos en medio de una guerra y de un conflicto, con creciente disputa por el poder político. La IV República busca restauración y la Revolución busca reafirmación para seguir”.

-¿Cuánto pueden avanzar esas fuerzas de la oposición, la restauración de la derecha y el neoliberalismo en la región?, indagó Randy Alonso.

-Uno puede imaginarse a los expertos que tiene Estados Unidos desplegando movimientos en las salas de mapas, y están ubicados en diferentes lugares de América. Venezuela tiene un lugar en esos mapas por poseer la energía que mueve al mundo, y el petróleo es el componente fundamental, el más importante, hasta el momento, en la producción de esa energía. Como consecuencia de esto, desde Estados Unidos se incentivan los cambios para revertir el proceso, en Argentina lo lograron, van por Ecuador, Venezuela…, y buscan fortalecer las fuerzas aliadas en el continente. Dedican esfuerzos económicos, logísticos y políticos a esta estrategia.

Como contraparte a este teatro de operaciones, mencionó la unidad de los pueblos en América Latina. “Hay que revitalizar las estructuras que surgieron bajo el liderazgo de Hugo Chávez, que existen, pero no tienen el vigor que tuvieron bajo la gestión de Chávez. Ningún país de América se puede aislar del resto, porque somos una nación: territorio común, con igual idioma y cultura… es una nación, fragmentada todavía, pero América Latina es una gran nación.

“Hay que entender que estos procesos no son una línea recta, es ondulada, y posee avances y retrocesos, pero el avance ha sido muy por encima. Hay que garantizar la unidad del continente, de las fuerzas progresistas… Nuestra América ya no es lo que fue, ha tomado posiciones de vanguardia en el mundo y hay que revitalizar esos cambios”.

En su análisis sobre el curso de los acontecimientos, vaticinó que si los elegidos de derecha siguen ese camino, van a recibir la justa respuesta del pueblo.

Sobre la elección de Ramos Allup, cuando no pocos creían que descansaría en el opositor Julio Borges la presidencia de la Asamblea Nacional, argumentó que hay muchas negociaciones que no se conocen.

Adelantó que la guerra económica se va a acentuar, “por una razón elemental: tenemos precios petroleros relativamente bajos, entre 35 y 40 dólares.

Momentos antes d einciar la Mesa Redonda conversó con la Editora del sitio web Cubadebate, Rosa Mirian Elizalde.

¿Quién es Alí Rodrígez Araque?

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