América Latina y los propósitos de restauración conservadora (+ Fotos y Video)
Por Yailin Orta Rivera, especial para la Mesa Redonda
Fotos: Roberto Garaicoa
Argentina en medio de la visita del Presidente estadounidense Barack Obama, Brasil inmerso en un proceso desestabilizador contra el gobierno de Dilma, y Venezuela en su enfrentamiento a la emergencia económica y al asedio político, fueron centros de la mirada este miércoles de la Mesa Redonda, que también analizó otros asuntos latinoamericanos.
Pese a sus esfuerzos por centrar su viaje en el futuro, la visita de Obama se ha visto ensombrecida por capítulos dolorosos del pasado argentino.
Para Sergio Alejandro Gómez, jefe de la página de Internacionales del diario Granma, a pesar de que el presidente norteamericano lo evite, cada lugar le recuerda la historia, porque este jueves se cumplen 40 años de la dictadura en Argentina, sin embargo, fue esquivo a la hora de responder sobre la implicación de su país en esta época dura y sangrienta.
El bochornoso respaldo de Washington a regímenes represores en América Latina durante la década de los 70 y 80 no fue un tema que Obama quiso tratar en la rueda de prensa que ofreció, junto a su homólogo anfitrión, Mauricio Macri, luego de ser recibido por este.
Los organismos argentinos de derechos humanos, como muchas otras agrupaciones políticas y sociales, esperaban del Presidente norteño un reconocimiento del apoyo que dio Washington al régimen dictatorial para zanjar esa afrenta histórica.
Pero en la rueda de prensa conjunta en la Casa Rosada, al responder una pregunta sobre este sensible tema, el huésped trató de explicar que en esos años de 1970 Washington estaba más centrado en combatir el comunismo que en observar los derechos humanos.
Según se observa, afirmó Sergio Alejandro Gómez, lo que Estados Unidos pretende con este viaje es hacer creer que Argentina es la alumna integral de la región y apuesta a que sea un eje de la Alianza del Pacífico. “En ese camino podría estimularla a que abandone el Mercosur, lo cual, además, debilitaría a Brasil, que pasa por una situación compleja”.
El Jefe de la página de Internacionales del diario Granma consideró que Obama trata igualmente de reforzar el papel de Macri en la nueva circunstancia. “Cuando dice que se abre al mundo, lo que reconoce es que se abre al sistema financiero internacional, a foros como el de Davos, y a los fondos buitres, con quienes firmó un acuerdo totalmente desventajoso para su país. Sin embargo, Obama tendrá que esforzarse para que la Argentina de Macri sea un ejemplo para la región”.
Destacó cómo el Ministro de Economía de esa nación austral ha dicho que hasta ahora lo que han hecho es botar la basura, sin embargo, solo han revertido mecanismos y herramientas que el gobierno de los Kirchner tuvo que tomar para salir de los entuertos del neoliberalismo, la receta que hoy regresa.
El analista Arnold August hizo notar cómo Obama en sus discursos solo apela a una memoria oportunista y selectiva. “Reconoció cuando fue a Francia que fue el mejor amigo de Estados Unidos, cuando se convirtió en el más importante aliado en la lucha por la independencia de las 13 colonias en el siglo XVII, y cuando fue a Londres, también reconoció los lazos que los unen. Sin embargo, en otros escenarios no desea remontar los vínculos de su país con esas naciones a otros tiempos, y esta astucia, es una de las razones por la cual una gran parte de la burguesía en Estados Unidos lo puso en el poder: es inteligente y tiene una memoria histórica selectiva y oportunista”.
Llega a Argentina cuando su gobierno impulsa una contrarreforma neoliberal en la región, y este país le es una pieza muy importante en su tablero. “Buscan destruir la multipolaridad, y han vuelto la mirada hacia la región. En 2008, cuando llegó al poder, era notable el aislamiento de los Estados Unidos a escala global y las dudas existentes sobre el liderazgo de Bush, a lo que se sumaba la preocupación por el creciente vínculo entre los pueblos de América Latina y el aumento del sentimiento antiestadounidense, ante este contexto se eligió a Obama, porque es un nuevo rostro y tiene tanto el coraje como la inteligencia para enfrentar temas de asuntos globales y cambiar la naturaleza de las relaciones de Estados Unidos con el mundo”.
El profesor Luis René Fernández se detuvo en que la nueva estrategia de reconquista no solo se sustenta en el carisma de Obama y en los que les hacen el juego para facilitarle la fractura de Latinoamérica, sino en el telón de fondo económico que propicia más sus intenciones.
En 2008, dijo, en su propio país tuvieron que empeñarse en un proceso de ajuste y hoy la economía, técnicamente, está creciendo. Pero a partir de 2015 se frenó la escala de los precios de las materias primas y de los productos básicos, lo cual hace más lento el crecimiento de la economía china, que eran muy importante para las importaciones en el cono sur. “Como consecuencia de la caída de estos precios. Se genera un impacto negativo en Brasil y en Venezuela”.
El experto significó que si nosotros preferimos ver y entender a la región de América Latina y el Caribe como un todo, a Estados Unidos le gusta fragmentarla para dominarla.
Desde entonces se ha visto renegociaciones de la deuda con el intento de privatizar las empresas estatales, subida de los tipos de interés, y fortalecimiento del dólar, lo que puso a todas las economías de la región en crisis y las obligó a reajustar sus dinámicas, y después vinieron los acuerdos de libre comercio.
El impacto, subrayó, tiene distintos mecanismos de transmisión de la crisis que está afectando a la región. “El gobierno de Dilma, por ejemplo, ha tenido que tomar medidas restrictivas. La crisis hace que se reduzca el crecimiento respecto al año anterior y afecta todas las cuentas nacionales. Hay menor disponibilidad para cualquier inversión y se crean condiciones socioeconómicas difíciles, que tienen efectos porque se han reducido productos importantes que son fuentes de ingreso. Es un marco que obliga a determinados cambios. Y los gobiernos de corte progresista tienen menos recursos para hacer programas sociales cuando se impone hacer ajustes”.
En este sentido, Sergio Alejandro Gómez insistió en que los gobiernos progresistas tienen que repensar sus estrategias en medio de estas circunstancias y poner la mirada en sus propios defectos y en los elementos que utilizan para reconfigurar sus fuerzas. “Con la guerra no convencional, lo que se hace es utilizar la coyuntura de cada país y explotarlas: como utilizar el descontento contra una figura específica”.
Jorge Legañoa, subdirector de la Agencia Cubana de Noticias, dibujó el panorama venezolano, el cual no ha escapado ni al golpe suave ni al duro. “Llevan un año bajo el decreto que considera a Venezuela una amenaza extraordinaria e inusual a la seguridad nacional y política exterior estadounidenses. La Celac se pronunció contra este absurdo, como también Cuba. Además, es muy simbólico que el día antes de la llegada de Obama a Cuba, estuviera despidiéndose de La Habana el presidente Nicolás Maduro y que se actualizaran los convenios, con lo que se ratifica que la nación bolivariana sigue siendo el principal socio económico y político de Cuba”.
Aseguró que desde el 6 de diciembre se han colado con más fuerza a través de la brecha que se abrió, porque en los próximos días Maduro cumplirá 3 años en el poder, y en este tiempo no ha tenido un minuto de descanso, porque están buscando todo el tiempo la manera de construir la tormenta perfecta con peligros de golpe militar, la inflación disparada, los problemas para adquirir alimentos, los problemas con la electricidad.
Sin embargo, expresó el analista, el día que se despedía Maduro conversé con Delcy Rodríguez, actual Canciller de la República Bolivariana de Venezuela, y ella decía algo muy interesante: con todo esto que nos han hecho hemos resistido los últimos dos años, así que contamos con un capital político de izquierda muy importante, y este puede ser un momento muy esperanzador.
La Asamblea, por otro lado, lo que se planificó lo ha estado haciendo al pie de la letra: la ley de amnistía, o la de amnesia, para sacar de la cárcel hasta a personas con delitos comunes; la ley de referéndum, y están buscando privatizar las empresas estatales. El gobierno de Maduro, por su parte, está tratando de refundar el Estado, pero en un momento muy difícil con los bajos precios de las materias primas y en un contexto regional difícil.
Por lo visto, para Estados Unidos, Venezuela sigue siendo la joya de la corona, por la fuerza simbólicamente que tendría para ellos si se desmorona la Revolución. Por ello buscan tener esto a su favor, como señal de victoria.
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