Sindicalistas del mundo por la unidad y la paz (+ Video)
Por: Leticia Martínez
Fotos: Roberto Garaicoa
Emisión: 2/05/2019
Los primeros días de mayo son jornadas para la solidaridad, la unidad y la concertación de posiciones. Al menos así ha sido durante muchos en Cuba, lugar donde cientos de trabajadores, sindicalistas y luchadores sociales se reúnen para compartir con los cubanos la fiesta del proletariado.
Las cifras oficiales, aportadas por la Central de Trabajadores de Cuba, dan cuentan de la participación de 1 247 extranjeros, dato que no incluye a los turistas que están de paso por la Isla y se suman también a las celebraciones en todo el país.
Cuando aún están frescas en la memoria las imágenes de los desfiles en las plazas de país, varios sindicalistas y luchadores sociales — que participan en el Encuentro Internacional Por la Paz Mundial, con sede en La Habana— asistieron a la Mesa Redonda para compartir sus experiencias de realidades distantes como las que se viven, por ejemplo, en Venezuela, Brasil, Estados Unidos y Uruguay. Todas ellas con un mismo enemigo a vencer: el imperialismo norteamericano.
Con la valentía y confianza en la victoria que aporta la lucha por una causa justa, el venezolano Williams Golindano, miembro de la plenipotenciaria Asamblea Constituyente, afirmó que “la Revolución bolivariana en las manos de los trabajadores se salvará”. Al referirse a la situación de su país aseguró que los venezolanos están decididos a resguardar firmemente los intereses de su pueblo y el legado de Chávez.
Los trabajadores de Venezuela, comentó, han dado un cambio radical. Antes salían a las calles a manifestarse para exigir demandas al gobierno, ahora van a defender la Patria y sus intereses, aseguró el sindicalista bolivariano.
Se refirió a la unidad entre los trabajadores: “Tenemos una sola Central, antes habían varias y mucha manipulación. No unificamos y nació la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores, que dirige Will Rangel, también constituyentista.
Recordó el paro petrolero del año 2002, cuando la unidad de los trabajadores, el pueblo y las fuerzas armadas salvó la difícil situación en que se encontró el país. “La unidad es el arma letal de la Revolución Bolivariana”, afirmó.
Relató Golindano que en cada centro de producción de PDVSA existe hoy un cuerpo combatiente de milicias. Los trabajadores, acotó, nos hemos preparado para la producción y también para defender el país ante una posible invasión. Venezuela cuenta actualmente con dos millones de milicianos y “vamos rumbo a los tres millones hombres y mujeres preparados”.
Bajo el principio de mantener las calles tomadas, los trabajadores de Venezuela mantienen una vigilia constante alrededor del Palacio de Miraflores. Explicó el sindicalista petrolero, que lo hacen con el objetivo de cuidar la Revolución y al presidente Nicolás Maduro. “Nos mantendremos en las calles movilizados con nuestros trabajadores, defendiendo Miraflores que es el Palacio del pueblo”.
Sobre otra realidad complicada, la de Brasil, habló Matiay Batista de Sousa, miembro del sindicato metalúrgico de Bahía, para quien es una responsabilidad del movimiento sindical mantenerse en las calles exigiendo la libertad de Lula, el primer presidente obrero que tuvo el gigante sudamericano.
Narró que desde varias ciudades y estados del país parten caravanas para participar de la vigilia que se mantiene en las afueras de la cárcel de Curitiba, donde Lula continúa siendo objeto de una condena injusta. Los trabajadores le dan los buenos días y las buenas noches a Lula, comentó.
No tenemos más salida que unificar el movimiento sindical y todas nuestras fuerzas, aseguró Batista de Sousa. A su entender, la guerra mediática que han desplegado grupos en Brasil como O Globo, han horadado la lucha obrera.
El primero de mayo Brasil volvió a ser noticia, cuando sus sindicatos se movilizaron contra la reforma del sistema de pensiones impulsada por el presidente Jair Bolsonaro. Las diez centrales obreras del país protagonizaron por primera vez un acto unificado para protestar contra las medidas propuestas, especialmente el proyecto que endurecerá el acceso al actual régimen de pensiones.
El sindicalista metalúrgico explicó que más de 3 millones de trabajadores están hoy desempleados, lo cual es el mayor desafío del movimiento sindical y social de Brasil
Sobre la dura realidad — muchas veces ocultada— que viven también los trabajadores en Estados Unidos, comentó Alicia Jrapko, miembro del Comité Internacional Paz, Justicia y Dignidad de los Pueblos. Muchos norteamericanos, acotó, sufren por las políticas de Trump, cuando la mayoría del dinero se destina a pagar guerras. Existe un porcentaje pequeño que se beneficia, pero hay gente muy mal económicamente, sin seguro médico, con escuelas cerradas por falta de presupuesto y niños que marchan para que no las cierren.
La luchadora social y gran amiga de la Isla detalló además que en Estados Unidos se ignora lo que pasa en América o en el peor de los caso se miente al respecto. Por ejemplo, sobre la campaña de los ataques sónicos, aun cuando se sabe que es todo mentira, la gente allí se lo sigue creyendo. Tampoco se supo nada de lo que sucedió el 17 de abril, cuando John Bolton anunció en Miami nuevas medidas restrictivas hacia Cuba.
“Si miras los medios de las corporaciones mediáticas, no te enteras de nada o te mienten. Todo lo que se dice es contra Venezuela, Cuba y Nicaragua”.
También desde Uruguay llegó la voz de Jorge Bermúdez, miembro de la coordinación del Encuentro Sindical Nuestra América, quien recordó el nacimiento del ESNA, cuando comenzaron a nacer los procesos progresistas en el continente y hubo la necesidad de unir sus movimientos sindicales.
“Hoy, cuando vemos que ese proceso se revirtió, la pregunta es si alguna vez logramos derrotar al neoliberalismo o si seguía ahí esperando el momento de volver a agruparse, como sucedió en países como Brasil y Argentina”.
Para él, “el imperialismo norteamericano necesita los bienes materiales y los recursos naturales y humanos de América para sus guerras futuras y su lucha por el control de las economías de potencias emergentes, como China y Rusia”.
Podemos dar nuestras luchas heroicas por separados, subrayó, o podemos tener la visión estratégica de nuestros libertadores, de Artigas, San Martín, Bolívar, Martí… “Tenemos que generar espacios de unidad para enfrentar la arremetida imperialista”.
Podemos construir el muro de los lamentos y quejarnos de todo lo mal que nos va, pero el enemigo sigue avanzando. Entonces el planteo es revitalizar el Encuentro Sindical Nuestra América, con el objetivo de establecer estrategias comunes, dentro de las particularidades de cada país, porque el enemigo es uno.
“Van por el recorte de las libertades, por liquidar la negociación colectiva y por recortar las políticas sociales”. Consideró como ejemplos de esa persecución el estado de guerra permanente desde que Chávez fue electo y los 60 años de bloqueo a Cuba.
“No hay espacio hoy para no entender que solo la unidad del movimiento sindical y de los pueblos es la única alternativa”.
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