Daniella Pérez Muñoa

La meteorología, la incidencia de la COVID-19 en el mantenimiento de sus servicios y el aporte de esta rama en el enfrentamiento a la pandemia en Cuba, así como el testimonio del jefe de la brigada médica en la región italiana de Lombardía, que llegó recientemente a la Isla, fueron los temas a debate hoy en el habitual programa Mesa Redonda.

El Instituto de Meteorología ha mantenido, sin interrupciones y de conjunto con otras instituciones del país, sus servicios de vigilancia y alerta temprana en medio de la pandemia, aseguró Celso Pazos Alberdi, director general de esa entidad.

La situación sanitaria conllevó a realizar ajustes en la jornada laboral, siempre bajo la premisa de respetar el distanciamiento físico, el Instituto labora solo con el 57 por ciento de su plantilla general de forma presencial lo que supuesto un gran reto, acotó.

El sistema cubano acumula larga tradición en el estudio de la influencia de las variables meteorológicas en la propagación de epidemias, enfermedades respiratorias y en la circulación de diferentes virus. Sobre las teorías iniciales de que el coronavirus SARS-CoV-2 podía inhabilitarse con las altas temperaturas explicó hasta el momento se ha demostrado que esa variable no influye en su desaparición.

Se ha visto, significó, que en Cuba la mayor circulación se concentra en el centro-occidente del país, pero las condiciones meteorológicas para su propagación son favorables en toda la geografía nacional.

En relación a la actual temporada ciclónica resaltó que se pronostica, por todos los servicios meteorológicos de la región, como activa. Se refirió en su intervención a varios fenómenos que constatan la efectividad del pronóstico, tal es el caso de la elevación de la temperatura del mar en uno o dos grados Celsius, condición que debe mantenerse en los próximos meses y que puede conllevar a la formación de ciclones tropicales.

Pazos Alberdi afirmó que en la actual temporada se estima la formación de 15 ciclones tropicales, 10 en el océano Atlántico, tres en el Golfo de México y dos en la zona del Caribe. Por otra parte, el doctor Carlos Ricardo Pérez Díaz, jefe de la brigada médica cubana en Italia se refirió, vía online desde el centro internacional de atención de salud La Pradera donde cumplen aislamiento los 52 colaboradas, a los dos meses de arduo trabajo del equipo médico en Italia.

El también director del hospital capitalino Joaquín Albarrán explicó que a su llegada a Crema, pueblo de Lombardía y uno de los epicentros del brote, el sistema de salud estaba totalmente colapsado por la cantidad de pacientes que llegaban al unísono al servicio de urgencia del hospital regional.

El doctor contó que el equipo cubano tuvo la tarea de activar el hospital de campaña y realizar todas las acciones para calificar los pacientes que pasarían a tratarse en la instalación. Pérez Díaz resaltó la empatía y el arduo intercambio científico efectuado entre los galenos cubanos y sus colegas italianos, donde los de la mayor de las Antillas se sumaron al protocolo que se seguía ya en la localidad europea, el cual había sufrido modificaciones a medida que se conocía sobre la enfermedad.

Asimismo, los integrantes de la brigada Henry Reeve aportaron su experiencia en otras misiones internacionalistas, como la del ébola en el África Occidental, lo que permitió que el hospital funcionará con precisión cumpliendo por sus trabajadores todos los protocolos de bioseguridad.

El jefe de la brigada resaltó la experiencia adquirida durante esos dos meses por sus compañeros, a la par que significó la complementariedad entre los integrantes de mayor trayectoria y los más jóvenes. Recordó además la gratitud del pueblo de Crema y afirmó que el complemento humano y de solidaridad de la tarea fue patente en todo momento, no importa la procedencia del profesional, solo el compromiso de salvar vidas, acotó.

(Con información de la ACN)