El mundo amaneció este 19 de marzo con 22 candidatos vacunales contra la COVID-19 en fase III de investigación clínica. A estos se suma el número 23, Abdala, un proyecto cubano fruto del esfuerzo de los investigadores y tecnólogos del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) y los laboratorios Aica. A la par, los ensayos clínicos de Soberana 02 marchan según lo planificado, se informó este viernes en conferencia de prensa.
Para conocer detalles sobre los ensayos clínicos de los candidatos vacunales cubanos y las estrictas regulaciones en esos procesos, comparecen en la Mesa Redonda el director de Política Científica de BioCubaFarma, la directora del Centro Nacional de Coordinación de Ensayos Clínicos y la directora del Centro Estatal de Calidad de Medicamentos y Dispositivos Médicos (Cecmed).
Cecmed, autorizo de ensayos clínicos y tiempos de pandemia
Al comenzar su intervención en el programa televisivo, la directora del Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed), la M. Sc. Olga Lidia Jacobo Casanueva, comentó que la institución fue fundada en 1989 para centralizar todas las actividades relacionadas con el control de calidad de los medicamentos.
Luego, ha ido desarrollando un marco regulador y se le fueron incorporando otras actividades, al ampliarse su alcance ya no solo a los medicamentos, sino también para equipos y dispositivos médicos, entre ellos los medios de diagnóstico in vitro. Esto ocurrió a partir de una fusión que tuvo el Cecmed con el Centro de Control Estatal de Equipos Médicos en 2011.
“Nuestra misión es proteger la salud del pueblo. Nuestro compromiso fundamental es proteger a la población”, afirmó.
En cada uno de los países del mundo hay una única autoridad reguladora con el encargo estatal de velar por la protección de la salud pública. “En Cuba ese encargo lo tiene el Cecmed, y está subordinado al Ministerio de Salud Pública (Minsap) con la misión de proteger la salud a través de un sistema de regulación sanitaria y una fiscalización que permita garantizar la calidad, seguridad y eficacia de medicamentos, equipos y dispositivos médicos”.
Entre las funciones consideradas básicas para esta institución reguladora, establecidas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), mencionó la autorización de los ensayos clínicos, “justamente una de las actividades que se viene desarrollando con mucho impulso a partir de la década de los noventa, cuando la industria biotecnológica cubana comenzó a desarrollarse y crear en todas sus etapas de investigación productos tan novedosos como son las vacunas terapéuticas contra el cáncer, vacunas profilácticas o los anticuerpos monoclonales.
“Ese desarrollo de la industria biofarmacéutica impuso un reto para el Cecmed, que debió desarrollar su propio marco regulador para poder realizar todas esas funciones básicas”, explicó la directora de esa institución.
“Fueron tiempos de más calma, donde los especialistas del Cecmed tuvieron su preparación y donde se hacían las cosas con más tiempo. A nivel internacional, el desarrollo de una vacuna puede durar de cinco a diez años. Estos tiempos de pandemia son diferentes”, señaló.
¿Cómo se autoriza la comercialización de un producto?
“Son procesos complejos en los que se evalúa con mucho rigor científico, cumpliendo todos los requisitos establecidos en el país”.
Otra de las funciones del Cecmed es la inspección a las plantas productoras de medicamentos. Toda la producción, los equipos y dispositivos médicos son inspeccionadas por el centro y certificados con un sistema de licencia sanitaria implementado en el país.
También se encarga de la liberación de lotes, como en los casos de las vacunas y hemoderivados que tienen estricto cumplimiento de liberar lote a lote. “Cada lote que se produce por la industria, o aquellos que se importan, deben ser revisados y liberados a la red con un certificado. Algunos llevan ensayos de laboratorio”.
Olga Lidia Jacobo Casanueva precisó que en el Cecmed hay dos pisos dedicados a áreas de laboratorio, donde está instalada una alta tecnología para realizar todos esos ensayos analíticos y garantizar que se están cumpliendo las especificaciones de calidad de esos medicamentos que se están aprobando.
“Una vez que el producto ha sido registrado no nos quedamos ahí. Tenemos que seguir vigilando ese producto en el mercado, cuál es su comportamiento, si aparece alguna reacción adversa. Si un medicamento presenta una falla de calidad, se toman muestras, se analizan y tenemos potestad para retirar del mercado cualquier lote que presente problemas.
“Nuestro ámbito de regulación abarca todos los medicamentos, productos biológicos y biotecnológicos, productos naturales y homeopáticos y también equipos y dispositivos médicos.
“Controlamos todos los fabricantes, y los distribuidores de medicamentos también. Inspeccionamos droguerías para ver las condiciones de almacenamiento. Además, los importadores y los exportadores. Este es un sistema de licencias sanitarias que tiene que estar certificado y verificado por el Cecmed”, explicó.
En el año 2000, el Cecmed fue evaluado por la OMS. “Es una evaluación muy estricta a cargo de un equipo de inspectores y expertos de esa organización, que revisan la competencia del centro para ejercer esas seis funciones básicas.
“Y fue certificado como competente para su sistema de regulación de vacunas. Esto ocurrió como parte del proceso de precalificación de la vacuna anti hepatitis B recombinante, que fabrica el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología.
Cuba cuenta con dos vacunas precalificadas por la OMS
“En Cuba actualmente tenemos dos vacunas precalificadas por la OMS. Se dice muy fácil, pero son procesos muy rigurosos de evaluación. Hemos tenido numerosas inspecciones de la OMS. La certificación marcó un hito importante en la historia del Cecmed, porque es el reconocimiento de un organismo internacional al trabajo que realizamos”, destacó.
En el año 2010, el centro fue certificado además por la OPS, en otro proceso riguroso de inspección, y fue calificado como autoridad de referencia en la región de las Américas.
“Cada dos o tres años nos hacen evaluaciones, y hasta ahora hemos tenido resultados satisfactorios. También contamos con un sistema de gestión de la calidad implementado en nuestra institución, y ahora estamos siendo observadores de la Conferencia Internacional de Armonización (ICH).
“Es decir, el Cecmed ha tenido un desarrollo en los últimos años, que ha permitido colocarnos en una posición satisfactoria, de prestigio internacional. Ser autoridad de referencia en las Américas nos permite avalar que llegamos a un momento de pandemia en el cual nos hemos preparado.
“El mensaje que queremos transmitir al pueblo es que el Cecmed no surgió ayer. Hay preparación, competencia de un grupo de especialistas e inspectores dedicados a realizar las evaluaciones. Cuando decimos que un medicamento está aprobado, detrás de eso hay revisiones, exigencia, rigor científico y ética profesional.
Hasta la fecha no hemos tenido eventos adversos graves
“En tiempos de pandemia no podemos actuar como en tiempos normales. El Cecmed ha tenido que establecer e implementar procesos de evaluación acelerados que han permitido acortar tiempos, pero manteniendo el cumplimiento de las regulaciones establecidas y con el rigor científico que se requiere.
“No se ha violado nada de lo establecido. Los tiempos se han acortado porque establecimos mecanismos como los encuentros técnicos con el CIGB o con el Instituto Finlay, en el caso de los candidatos vacunales.
“Tener estos intercambios ha favorecido el proceso de evaluación, porque no llegamos a tener un expediente como en tiempos normales, sino que hay encuentros previos donde hay una presentación del proyecto y una estrategia clínica que se discute. Son mecanismos implementados para agilizar los procesos, al igual que han debido hacer otras agencias reguladoras del mundo”, apuntó.
En esta etapa de ensayos clínicos de los candidatos vacunales contra la COVID-19, el Cecmed ha aprobado todas las fases.
“Cuando llegamos a esta fase III es porque hemos vencido todas las anteriores. Hemos avanzado rápidamente porque a nivel internacional se está aplicando el solapamiento de fases.
“Es decir, usted no tiene que completar la fase I o la II del todo, sino que en la medida en que va obteniendo los datos referidos a la seguridad e inmunogenicidad, como elementos más importantes, puede ir avanzando en la siguiente fase.
“Hoy hemos comenzado los ensayos fase III de Soberana 02 −ya avanzado− y de Abdala que comienza próximamente. Lo hemos hecho a partir de los resultados de seguridad, porque hasta la fecha no hemos tenido eventos adversos graves. Todos los eventos adversos han sido ligeros: dolor en el sitio de la inyección y similares. No tenemos ningún elemento que avale problemas de seguridad en la vacuna, y además tenemos elementos que muestran inmunogenicidad. Es decir, presencia de anticuerpos y de anticuerpos neutralizantes contra el virus”.
La directora del Cecmed aclaró que el centro no solo aprueba las fases de los ensayos, sino que existe un sistema de inspección para verificar el cumplimiento de las buenas prácticas clínicas en todos los sitios donde se realiza la investigación. “Esa es una exigencia y todo está regulado por el Cecmed”.
“A lo largo de todos estos ensayos clínicos, desde la fase inicial, hemos visitado los sitios, realizado inspecciones a todos los procesos de producción de la vacuna. Es decir, visitamos los sitios donde se fabrica la vacuna, donde se hace la formulación, el producto final y cada una de sus etapas.
“No solo controlamos el protocolo clínico, sino también la calidad de la vacuna, su formulación, las dosis, la estabilidad. Se revisan las condiciones de almacenamiento y muchos otros elementos que intervienen en este proceso.
En fase III y muy cerca de conseguir un autorizo de uso de emergencia
“Afortunadamente, ya estamos en la fase III, pero para llegar a ella se debió cumplir con requisitos como el dictamen del comité de ética de la investigación, la carta de aprobación del Minsap y el Registro Público en el Centro Nacional Coordinador de Ensayos Clínicos (Cencec).
“Estamos en un momento de emoción, en la fase III y muy cerca de conseguir un autorizo de uso de emergencia o un registro condicional, como lo vayamos a llamar en Cuba, que se refiere al uso masivo. Cuando hayamos avanzado en la fase III, que no quiere decir que tengamos que terminarla, puede solaparse al igual que se ha hecho en todo el mundo, y tener la autorización de uso masivo cuando existan resultados de seguridad y eficacia.
“En pandemia no solo abordamos el tema de las vacunas, sino que debimos establecer el autorizo de uso de emergencia de otros medicamentos como Jusvinza, Itolizumab y Nasalferón. Son medicamentos ya usados con buenos resultados”, recordó.
¿Qué función realiza el Centro Nacional de Coordinación de Ensayos Clínicos?
“Estamos emocionados y satisfechos de estar aquí hoy, porque no lo hacemos a título personal, sino en nombre de un colectivo de trabajo que está próximo a cumplir los 30 años de creado. Se habla poco de qué se hace y cuál es la importancia del Centro Nacional de Coordinación de Ensayos Clínicos”, dijo la M. Sc. Amaylid Arteaga García, directora de esa institución, al intervenir en la Mesa Redonda de este viernes.
“Cuando oímos hablar de productos como la estreptoquinasa, la vacuna Cimavac GF, los propios interferones, el factor de crecimiento epidérmico, el Surfacen, la Melagenina, productos que hoy están a disposición del sistema de salud y nuestras instituciones, dando respuesta a los principales problemas de salud, hay que recordar que como parte de estos desarrollos ha estado presente el Centro Nacional de Coordinación de Ensayos Clínicos, aportando con lo que le corresponde”, afirmó.
Ese trabajo y ese compromiso han estado también en los ensayos clínicos relacionados con las vacunas y otros productos relacionados con el enfrentamiento a la COVID-19.
El Cencec −añadió− surgió respondiendo a la necesidad de organizar esta actividad desde el punto de vista metodológico, con el rigor de las buenas prácticas clínicas y para el desarrollo de la industria biofarmacéutica.
Es una institución subordinada directamente al Ministerio de Salud Pública y es única de su tipo en el país, con características y misiones que también la hacen resaltar a nivel internacional.
“Los centros de investigación por contrato son muy frecuentes, sobre todo en los países desarrollados. Las grandes industrias farmacéuticas tienen la tendencia a contratar los servicios de ensayos clínicos a terceros para evaluar sus productos.
“El Cencec tiene un componente de investigación, desde el punto de vista en la conducción de los ensayos, pero su mayor misión, desde su encargo por el Ministerio de Salud Pública, es el control de todos los ensayos clínicos que se realizan en el sistema nacional de salud para dar respuesta a las necesidades de salud de la población.
“Además del control y de brindar servicios de conducción de ensayos clínicos, tiene la misión de formar y perfeccionar los recursos humanos que participan en el sistema de salud. De manera que el sistema con el cual trabajamos en los ensayos clínicos fortalece el propio sistema de salud, porque cuando usted realiza un ensayo clínico y perfecciona los modos de actuar y se crean mejores condiciones, se cumplen protocolos más rigurosos, se pone a disposición de la población un nuevo producto o una nueva tecnología a evaluar, realmente está beneficiando el sistema.
“Si encima de eso prepara su recurso humano mejor, constituye una palanca de desarrollo, como se ha dado a llamar los ensayos clínicos”, destacó Arteaga García.
¿Qué requisitos se exigen en un ensayo clínico?
Es una institución que, como parte de ese sistema, articula las diferentes entidades que participan en el sistema de ensayos clínicos en el país: los promotores, aquellas instituciones que promueven y proponen las investigaciones y desarrollan el producto o la tecnología que se va a evaluar; la autoridad reguladora (el Cecmed); las instituciones de salud; el Ministerio de Salud Pública. “Funcionamos como una red nacional”, afirmó.
“Tenemos una sede en La Habana, pero tenemos un Cencec pequeñito en cada una de las provincias del país, porque tenemos coordinadores provinciales que realizan las mismas funciones, pero al nivel de los territorios.
“Articulamos el sistema, coordinamos el sistema en varios aspectos en los que se trabaja, porque la aprobación de un ensayo clínico pasa por una aprobación del Ministerio de Salud pública, por consulta a expertos (pues a los grupos nacionales de las especialidades se les consultan criterios y aportan a la organización y a las ideas generales del ensayo); se preparan y revisan las condiciones que existen en el sistema de salud para que el ensayo se desarrolle, porque el ensayo clínico es una investigación rigurosa que requiere recursos, que cuesta.
“Eso hay que organizarlo desde el punto de la demanda logística que pueda conllevar un ensayo. Hay un grupo de aspectos que se analizan, se decide qué instituciones están preparadas y se deciden los sitios clínicos desde ese proceso de aprobación”, explicó.
Sobre la ética en estos procesos, apuntó que es uno de los requisitos fundamentales. “Ahí volvemos a la articulación, porque por la Resolución 40 del 2014 de Minsap, el Cencec es parte de la Comisión Nacional de Ética de la Investigación de Salud y coordina las actividades de esa comisión para lograr que los comités de ética realmente den la respuesta, se organicen y funcionen.
“Por ejemplo, en el contexto de las vacunas, hemos organizado comités de ética centralizados, que es lo que se ha recomendado internacionalmente, para que sea aprobado por la agencia reguladora, porque es un requisito indispensable, y se organice ese proceso.
“Por supuesto −aclaró−, los comités de ética funcionan de manera independiente, nosotros lo que hacemos es articular, coordinar y organizar acciones para que se constituyan a partir de la Comisión Nacional de Ética y luego puedan dar respuestas. No solo la aprobación, sino después el seguimiento que se lleva desde el Comité de Ética mientras se desarrolla el ensayo clínico.
“Hay todo un proceso de requisitos que se tienen que cumplir con las buenas prácticas clínicas, tenemos que evaluar los sitios, porque también en el proceso de control que se realiza, porque el Minsap tiene todo un sistema de trabajo en función del control de cómo se van desarrollando los ensayos clínicos, y nosotros vamos llevando ese control.
Solamente de vacunas hay nueve ensayos clínicos
“Estamos hablando hoy que solamente de vacunas hay nueve ensayos clínicos, y hay cinco ensayos clínicos en fase I, II, los dos que están en fase III, pero se están organizado otras nuevas fases de los otros candidatos, pues sumamos ya cinco candidatos vacunales.
“En todos esos procesos, como para el resto de productos y ensayos, intervenimos en todo el proceso de preparación y articulación. Realmente una de las cosas que se hace es la capacitación y formación del equipo de investigación en cualquiera de los roles en que pueda participar, ya sea personal médico, grupo de enfermería o farmacia.
“Hay un grupo de aspectos y procesos que incluye el ensayo en los que hay que preparar a investigadores, esa es una de las funciones que también realizamos. Existen más de 7 000 investigadores preparados en el sistema en estos momentos, y tenemos 91 facilitadores en el país, que están replicando las capacitaciones que se están haciendo.
“En todo este proceso de los ensayos clínicos de vacunas hemos estado evaluando los sitios, revisando que estén las condiciones en cada lugar, que los vacunatorios cumplan con los requisitos, acompañados siempre del programa de vacunación e inmunización del sistema de Salud Pública.
“Fue complejo pero muy positivo el ejercicio de revisar en cada uno de los lugares cómo se iban a comportar los flujos en este proceso de vacunación, cómo se iban a asegurar las condiciones en la sala de espera, en la consulta de evaluación inicial, donde se confirman todos los criterios de inclusión del ensayo clínico (el sujeto viene evaluado con una evaluación inicial desde el consultorio médico, pero tiene que llegar allí a confirmarse, a corroborar que está en condiciones de entrar en el proceso de vacunación por cuestiones de seguridad.
“Todo se está realizando en las mejores condiciones, lo ha confirmado el Cecmed en sus inspecciones. Se ha trabajado muy intensamente en la organización de todo ese proceso, con buenos resultados y con una altísima complejidad”.
¿Cómo se preparan Santiago de Cuba, Guantánamo y Granma para ensayo clínico fase III?
Informó que en una reciente visita a Santiago de Cuba, Guantánamo y Granma los especialistas del Cencec revisaron los sitios clínicos y apreciaron que la preparación ha sido impresionante, al igual que en La Habana. “En las provincias orientales es impresionante el nivel de organización, de compromiso que se está teniendo. Cada uno de los miembros de los equipos de investigación estaba en su lugar, esperando las indicaciones, mostrándonos lo que se iba a hacer en cada espacio, cuál era el aseguramiento del sistema de salud.
“Fue muy satisfactorio ver el grado de compromiso que están teniendo todos los investigadores, los miembros de los equipos y los directivos de los sistemas en su su responsabilidad, como sistema de salud, de la organización y la garantía de que todo lo que se haga como parte del ensayo clínico responda a las buenas prácticas clínicas.
“Porque nosotros estamos muy necesitados de tener una vacuna, pero también tenemos necesidad de hacer una investigación muy seria y rigurosa, porque si no lo hacemos de esa forma, se pone en riesgo el resultado que ha costado tanto y se ha logrado en tiempo récord”.
44 010 personas a vacunar en la fase III de Soberana 02 y 48 000 en la de Abdala
En otras vacunas probadas internacionalmente por varias compañías, las pruebas han sido con alrededor de 20 000 personas. Cuba lo hace en grupos mayores, porque la incidencia de la enfermedad es menor en el país.
“La incidencia hizo que nuestra cantidad de pacientes fuera mayor. Son ensayos gigantescos, porque se trata de 44 010 personas a vacunar en la fase III de Soberana 02 y 48 000 en la de Abdala. Son retos grandes para el sistema, no habíamos enfrentado eso.
“Cuando revisamos las estadísticas, vimos que uno de los grandes ensayos que tuvimos anteriormente fue el de la estreptoquinasa, con alrededor de 3 000 sujetos. Por el momento, la necesidad y el nivel de desarrollo que ha alcanzado nuestro sistema y el compromiso de los recursos humanos con los que contamos, estamos haciendo algo trascendental, un desafío muy grande”, concluyó.
BioCubaFarma tiene en diferentes fases de desarrollo más de 100 biofármacos
“La investigación clínica es un factor de desarrollo del sistema de salud, ya que el cumplimiento de las buenas prácticas que exigen los ensayos clínicos incrementa la calidad de los servicios médicos, y contribuye a que las ciencias biomédicas en el país estén en las fronteras del conocimiento, lo cual prestigia la salud pública cubana”, destacó.
El experto se refirió además al paradigma emergente de ciencia regulatoria.
“En la actualidad el marco regulatorio se basa en evidencias, y el desarrollo clínico de los productos innovadores de la biotecnología, ha requerido el diseño y aplicación de estrategias regulatorias propias, por el Cecmed, la agencia regulatoria cubana, lo cual constituye una contribución de Cuba a este paradigma o ciencia regulatoria emergente”.
A su vez −subrayó− es una expresión de soberanía tecnológica. “No solo es seguir lo que establecen las grandes transnacionales que imponen determinadas reglas, sino que nuestro trabajo también aporta conocimiento a cómo deben hacerse estos procesos y a un modelo para países en desarrollo, un elemento que es fundamental”.
Pérez Rodríguez destacó que hoy BioCubaFarma tiene en diferentes fases de desarrollo más de 100 biofármacos, de los cuales el 75% están cubiertos por patentes, son productos propios. La cuarta parte de ellos son productos potencialmente primeros en su clase, lo que significa que actúan a través de un mecanismo diferente a cualquier otro medicamento que existe en el mercado. Por tanto, tenemos la carga de la prueba de la eficacia clínica de estos productos”.
Pérez Rodríguez informó que en los últimos tres años BioCubaFarma ha tenido un promedio anual de 100 ensayos clínicos en curso, en los cuales se evalúan biofármacos, vacunas o productos de origen natural.
“Se ejecutan los ensayos clínicos en los tres niveles de atención médica; es decir, en los institutos de investigación y hospitales, pero también en los policlínicos (atención primaria de salud). En estos tres años se han desarrollado ensayos clínicos en todas las provincias del país”.
Según el experto, estos estudios abarcan los principales problemas de salud de la población cubana. La oncología, por ejemplo, abarca el 45% de los ensayos clínicos y es una disciplina compleja que requiere de nuevos conocimientos. En los últimos tres años, se han incluido en ensayos alrededor de 30 000 pacientes; de ellos, el 50% en ensayos clínicos de vacunas.
Soberana 02 ha incluido hasta este jueves 14 538 sujetos, el 33% del grupo a vacunar
En cuanto a los candidatos vacunales, precisó que Soberana 02 ha incluido hasta el día de ayer 14 538 sujetos, lo que representa el 33% del grupo a vacunar. “La próxima semana debe comenzar la inclusión de pacientes del candidato Abdala. Para el mes de abril esperamos obtener la aprobación de la agencia reguladora para iniciar el ensayo fase II/III de Soberana 01 en la provincia de Cienfuegos”.
También en abril “debemos solicitar al Cecmed la autorización de inicio de ensayo clínico con Soberana 01 y 02 con población pediátrica, en edad escolar, de 5 a 18 años, iniciando el estudio en el grupo de 12 a 18 años. Una vez demostrada la seguridad en este grupo, se continuará con el grupo de 5 a 11 años”, explicó.
Debemos terminar el segundo trimestre del año con cientos de miles de voluntarios vacunados
En paralelo a los ensayos clínicos fase III, que deben aportar las evidencias de eficacia (cómo se protege a los individuos contra la enfermedad), se debe iniciar la introducción paulatina de las vacunas a través de estudios clínicos de investigación en grupos de riesgo, “lo que nos permitirá evaluar la efectividad de las vacunas en condiciones del mundo real; es decir, en la comunidad”.
Sobre el diseño, planificación y ejecución de estos estudios se le brindará información próximamente a la población, en este mismo espacio televisivo.
De esta manera −apuntó Pérez Rodríguez−, se irá ampliando la cantidad de personas vacunadas. “Debemos terminar el segundo trimestre del año con cientos de miles de voluntarios vacunados. Los datos de los ensayos fase III y de estos estudios de intervención, nos deben permitir el autorizo de uso de la vacuna por la agencia regulatoria, lo que estimamos que posiblemente ocurra entre los meses de junio y julio de este año, si los ensayos llegan a los resultados esperados”.
Se trabaja intensamente para vacunar a toda Cuba en el segundo semestre del año
Agregó que se trabaja intensamente en el escalado de producción de dosis de vacunas para lograr que en el segundo semestre del año toda la población cubana esté vacunada. “Por supuesto, lo antes posible”, señaló.
Ello dependerá de los resultados de los ensayos, de obtener el autorizo de uso y de la capacidad de poder incrementar la producción de dosis de vacunas, dijo.
Al concluir, el director de Política Científica de BioCubaFarma llamó la atención sobre el hecho de que, a pesar de que se comience la inmunización, las personas no pueden abandonar las medidas higiénico-sanitarias y de protección, pues hasta no concluir los ciclos de inmunización y que haya una alta cobertura en la población, superior al 70%, no se logrará una real efectividad que reduzca la transmisión del virus.
“El desarrollo de estos productos es una tarea sin precedentes. La estrategia es avanzar y lograr la mayor cobertura de inmunización de la población cubana y continuar perfeccionando los esquemas de inmunización, que permitan una máxima protección para lograr el control definitivo de esta enfermedad”, destacó.