El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, instó hoy a los partidos Demócrata y Republicano, a trabajar juntos en la aprobación de la reforma del sistema de salud.

Obama se reunió con líderes del Congreso de ambas agrupaciones, tras lo cual señaló que “ve pocas señales de buena voluntad” de los republicanos y llamó a ir más allá de las diferencias con el objetivo de destrabar la agenda legislativa.

Los estadounidenses esperan respuestas, pues “es justo decir que la gente está frustrada por la falta de progreso en algunos temas centrales”, señaló Obama, según el sitio Político.com.

También criticó “el prolongado retraso” en las confirmaciones de varios nominados para integrar su gabinete.

La Casa Blanca anunció la realización el 25 de febrero de un debate televisado entre el ejecutivo y los congresistas de los dos partidos sobre la proyectada reforma sanitaria, iniciativa que aún está estancada en el Capitolio.

En Estados Unidos, 47 millones de personas carecen de seguro de salud, esencialmente porque no pueden pagarlo y los costos del servicio son muy altos.

El sitio de Internet de la Casa Blanca reveló que en 2007 se gastaron 2,2 millones de millones en cuidados médicos, a semejante ritmo, en 2025 el equivalente a 25 por ciento de la economía se gastará en ese rubro, algo insostenible.

Con anterioridad, el líder minoritario del Senado, Mitch McConnell, apuntó que los republicanos valoran el apoyo a un proyecto de ley de creación de empleos, aunque dejó abierta la posibilidad de “tomar distancia” ante cualquier divergencia.

La Cámara aprobó un proyecto de ley de 174 mil millones de dólares en diciembre como estímulo al mercado laboral.

El mes pasado el país reportó una ligera reducción de la tasa de desempleo a 9,7 por ciento, así como el repunte de la desaceleración en la pérdida de puestos laborales.

Aunque sectores como el de manufacturas y construcción padecen todavía los efectos de una recesión que le ha costado más de ocho millones de empleos a la economía desde diciembre de 2007.