Una vieja estrella lejana a la Vía Láctea comparte rasgos con las nuestras
La escasez de metales en el compuesto químico de una estrella hallada a más de 280.000 años luz de nuestra galaxia desvela su vejez y similitud con las que habitan la Vía Láctea y ofrece nuevas pistas sobre la evolución de las galaxias.
Situada en la enana galaxia de Sculptor, la estrella posee un compuesto químico similar al de las viejas estrellas de la Vía Láctea, caracterizadas por su bajo contenido en metales, según un estudio publicado hoy por la revista británica “Nature”.
“La clave de esta investigación fue encontrar la estrella correcta a la que observar”, explicó a Efe uno de los astrónomos implicados en el estudio, Josh Simon, quien confía en que se descubran más estrellas ancianas en galaxias pequeñas fuera de la Vía Láctea.
Algunos estudios recientes habían puesto en duda la relación entre las galaxias menores (con sólo unos pocos millones de estrellas) y la Vía Láctea (con varios cientos de miles de millones de ellas) dadas las diferencias en los compuestos químicos de sus estrellas.
Los metales eran materiales muy escasos en el Universo primitivo y, en tanto que las estrellas son productos de la evolución estelar, las más viejas ahora tienen bajos niveles de contenido metálico son pobres en metales.
Muchas estrellas de la Vía Láctea son extremadamente pobres en metales, con concentraciones 100.000 veces menores que la del Sol, considerada una referencia de estrella rica en compuesto metálico.
La estrella S1020549 fue estudiada gracias a un nuevo método, desarrollado por los científicos del grupo de observatorios Carnegie (Estados Unidos) que permite calcular la cantidad de metal en un gran número de estrellas a la vez.
La vieja estrella, situada en la pequeña galaxia Sculptor, tiene una cantidad de metal más de 4.000 veces menor a la del Sol (cinco veces menos que cualquier otra estrella encontrada antes en esa galaxia) por lo que “es probablemente casi tan vieja como el propio universo”, dijo la autora principal del trabajo, Anna Frebel.
Según la teoría de Searle & Zinn (1978), aceptada como principal hipótesis sobre la formación de la Vía Láctea durante los últimos 30 años, las grandes galaxias lograron su tamaño absorbiendo a sus vecinas más pequeñas.
No obstante, si las galaxias menores son ahora las paredes del edificio de las mayores, todas las estrellas deberían compartir las mismas características, lo cual habitualmente no se cumple.
Aunque en las galaxias pequeñas abundan más las estrellas ricas en metales, el nuevo estudio desmiente las afirmaciones de algunas investigaciones previas que descartaban totalmente la presencia de estrellas pobres en contenido metálico en este tipo de galaxia de menor tamaño.
Si la nueva hipótesis establece que las galaxias pequeñas fueron los componentes originales de la nuestra, “parece confirmarse la idea original de que la aureola de la Vía Láctea se formó por la destrucción de muchas de las galaxias menores”.
(Con información de EFE)
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