Tiger Woods, el golf, Penn y los refugiados haitianos
Al mundo del golf solo le interesa Tiger Woods, pero casi nadie sabe que en uno de los campos de ese deporte, en la devastada capital haitiana, viven hoy más de 45 mil damnificados del terremoto del pasado 12 de enero. Si el retorno del Tigre, previsto para el próximo 5 de abril, en lugar de en el Máster de Augusta, fuera en Haití, decenas de cadenas de televisión tendrían sus equipos en Puerto Príncipe.
Pero si se trata de damnificados, y encima de eso negros, a pocos les interesa, aunque en el lugar que ocupaba la referida cancha los niños vean escaparse sus sueños y los adultos sus esperanzas.
Hasta allí, sin embargo, llegó la brigada artística cubana Martha Machado, la cual revolucionó en un abrir y cerrar de ojos la aparente tranquilidad que imperaba en el campo de refugiados.
Cientos de niños abandonaron sus casas, las mujeres interrumpieron sus labores y persiguieron a los artistas cubanos, hasta que estos encontraron un sitio para mostrar su arte.
Unos bailaron al ritmo de la contagiosa música cubana, otros se deleitaron con los malabaristas o los magos, los cuales hicieron las delicias de los pequeños.
Unos minutos antes, el director de la brigada, el artista de la plástica Alexis Leyva (Kcho), pasó por el campamento del actor estadounidense Sean Penn y lo sumó a su delegación.
El ganador del Oscar 2009 al mejor actor por el filme Milk, participa en un proyecto de ayuda a los haitianos y acampa a unos cientos de metros de donde lo hacen los refugiados.
Penn, también merecedor del Oscar en 2003 con Mystic River, mostró su agradecimiento a los artistas cubanos y consideró muy importante el papel de la cultura en la transformación del país.
El popular actor, en declaraciones a la prensa, reconoció la labor que desempeñan los médicos cubanos en Haití: “Claro que conozco lo que hacen aquí. Su trabajo es muy importante y desinteresado, es digno de reconocer”.
“Tengo conciencia del aporte de los cubanos, a gran escala, con sus médicos en este país”, comentó el actor.
Para Penn “el amor es un lenguaje universal y el arte traspasa eso. Y ustedes trajeron su arte, propiciaron un intercambio cultural con los haitianos y eso, como pudimos ver, en la cara de los niños, les deparó mucha felicidad”.
El actor, de 49 años, reconoció que Cuba y Estados Unidos, a nivel de gobiernos y pueblos, deberían trabajar juntos y admitió que “Cuba dio los primeros pasos al permitir a los aviones de su país sobrevolar la isla para llegar hasta Haití”.
Mientras, cientos de miles de haitianos apenas tienen tiempo para preocuparse por el arte, porque sus prioridades ahora pasan por un techo confortable con el cual enfrentar las lluvias, o por conseguir la comida del día siguiente para la familia.
Tal vez algunos de ellos no sepan que Tiger Woods regresa al golf luego de unos meses fuera para limpiar su imagen, dañada por unas excesivas relaciones extramatrimoniales.
Hasta es posible que no sepan que se refugian en un campo de golf y desconozcan que Sean Penn ganó un par de premios Oscar, porque a ellos solo les preocupa su presente y su futuro.
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