Costa de Marfil, nación ubicada en la costa oeste de África sufre una crisis que se agrava día a día, tras los enfrentamientos surgidos luego de conocidos los resultados de las elecciones de noviembre de 2010.

Los comicios verificadas por la ONU, dieron como ganador al líder de la oposición Alassane Ouattara. Pero el presidente, Laurent Gagbo, se negó a ceder el poder. Según el diario vasco Gara, en Costa de Marfil, “las elecciones se han transformado en una peligrosa disputa de poder cuya implosión ha derivado en una escalada de atrocidades indecible, algunas cometidas por el Ejército, y la mayoría, por las violentas y variopintas milicias que apoyan a ambos bandos. Las torturas, los atentados selectivos, las desapariciones forzosas, las violaciones sexuales de motivación política o calcinar en público seres vivos forman parte de la colección diaria de horrores que ya se ha cobrado centenares de muertos y obligado a decenas de miles a huir”.

En realidad, los conflictos en Costa de Marfil se inician en 2002, cuándo desde el norte del país, región donde predominan los creyentes musulmanes, se inició una rebelión contra el sur, gobernado por Gagbo. Francia, país que colonizó por décadas al país, instighó y profundizó el conflicto.

La situación humanitaria generada por los más recientes enfrentamientos es grave, se estima que miles de personas han resultado desplazadas. Todo ello en las narices de Naciones Unidos que mantiene una misión en esa nación del oeste africano. Pero la ONU poco ha hecho para evitar la matanza.

La Comunidad Económica de Estados del África Occidental (CEDEAO solicitó a la ONU, mediante un resolución, una autorización que le permita desarrollar las medidas adoptadas el pasado diciembre respecto a Costa de Marfil, entre las que se incluiría el uso de la fuerza militar. Nigeria, con el respaldo de Francia, parece querer liderar la intervención militar en el país marfileño.

Los mandatarios presentes en la reunión declararon que la crisis marfileña se ha convertido en “una emergencia humanitaria regional” y que es hora de reforzar las decisiones adoptadas “para asegurar la transferencia del poder a Ouattara sin más demora”.

Por su parte Ghana exhortó a los actores políticos de Costa de Marfil a prestar su apoyo total a las iniciativas del Consejo de Paz y Seguridad de la Unión Africana (UA) para cesar la crisis en ese país. El gobierno ghanés reiteró su “adhesión total a la posición de la Unión Africana que está conforme con la de Cedeao y de las Naciones Unidas para hacer respetar la integridad del proceso electoral en Costa de Marfil”, subraya un comunicado del Ministerio de Negocios Extranjeros e Integración Regional.

Alassane Ouattara, rechazó el nombramiento, por parte de la Unión Africana (UA), del ministro de Asuntos Exteriores de Cabo Verde, José Brito, como mediador encargado de intentar poner fin a la crisis política marfileña, principalmente por su “relación personal” con Laurent Gbagbo.

El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados en Abiyán, Jacques Franqui, afirma que en el conflicto actúan grupos de mercenarios provenientes de Liberia, a quienes no les interesa la disputa política interna en Costa de Marfil, sino el saqueo.

La ciudad de Toulepleu, en el oeste de Costa de Marfil, ha sido de las más devastadas por la violencia, de 40 mil habitantes que poseía la localidad, ya sólo quedan 3 mil.

(Con información de la Radio del Sur)