EE.UU.: cuatro días después de la muerte de Bin Laden
Por Deisy Francis Mexidor; Prensa Latina
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se reunirá hoy con integrantes del comando especial que participó en la operación que culminó con la muerte de Osama bin Laden en Pakistán.
A cuatro días del suceso, la cobertura mediática sigue siendo alta y se ha beneficiado la imagen del mandatario, hasta ese momento acorralado por las presiones de los republicanos, las promesas incumplidas y una economía en crisis.
Según adelantaron medios de prensa, Obama desea sostener un encuentro privado con algunos miembros de las fuerzas Seal que irrumpieron en la mansión donde se ocultaba el líder de Al Qaeda en el pueblo de Abbottabad, 60 kilómetros al norte de Islamabad, capital pakistaní.
Para cumplir su objetivo, se trasladará al cuartel general de la 101 División Aerotransportada de Asalto Aéreo, en Fort Campbell, Kentucky (centroeste), señaló un funcionario de la Casa Blanca, citado por el diario Politico y la cadena noticiosa CNN.
Obama ya recibió este miércoles en Washington al almirante William McRaven, jefe de las operaciones conjuntas especiales que dirigió el operativo en el país del sur asiático.
Ayer viajó a Nueva York, para depositar ofrendas florales en la llamada Zona Cero, donde estaban las torres gemelas del Centro Mundial de Comercio, derribadas el 11 de septiembre del 2001 en un ataque que se le atribuye a Bin Laden.
Allí el Presidente aseguró que con la muerte del hombre más buscado de los últimos 10 años se estaba enviando un mensaje a los terroristas.
Para analistas esta observación resulta curiosa, porque dentro de Estados Unidos se cobijan criminales tan peligrosos como Bin Laden sin ser molestados y en algunos casos exonerados por el sistema de justicia del mismo país que lanzó hace una década una cruzada mundial contra el crimen.
Tal es el caso de Luis Posada Carriles, requerido por la justicia venezolana por la voladura de una avión civil cubano en 1976, acción en la que perdieron la vida 73 personas.
Posada Carriles, un colaborador de regímenes represivos en América Latina, es también responsable de varios intentos de asesinato del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro.
Sin embargo, el pasado 8 de abril fue exonerado de cargos por fraude migratorio. Nunca Washington lo ha sentado en el banquillo de los acusados por terrorista.
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