Libia: ¿Podrán las tribus parar la guerra?
Por: Rolando Segura, La Radio del Sur
Más de dos mil Shej se reúnen en Trípoli. Son portavoces de la mayor experiencia y mentes más lúcidas en sus tribus. Vienen desde todos los rincones, del este y oeste, del norte y sur de Libia. Los convoca su nación, hoy nuevamente en guerra.
Un evento de esta naturaleza se reserva sólo para grandes urgencias. La Primera Conferencia Nacional de las Tribus de Libia fue en 1910, y luego se sucedieron otras cuatro hasta 1922 para debatir cómo derrotar la agresión colonial italiana. En 1949, volvieron a reunirse los sabios de las tribus para analizar las consecuencias de la segunda guerra mundial. Ahora, en 2011, las tribus vuelven a poner a prueba su papel en la sociedad.
“¡Hombres! Os hemos creado de un varón y de una hembra y hemos hecho de vosotros pueblos y tribus, para que os conozcáis unos a otros.” (1) . Así lo dicta el Corán. Los hombres se agruparán en tribus como si fueran pequeños estados, donde sus diversos clanes y familias buscarán el llamado camino recto, impuesto por las leyes religiosas de la sharia islámica.
Reglas de convivencia orientaran tanto acciones individuales como asuntos de estado. Precepto primordial será la hermandad entre los hombres y la protección de sus derechos a la vida, la libertad, la igualdad y la justicia. Estas creencias, valores y sus prácticas entraron en crisis una vez más en la sociedad libia.
Muchos creen, firmemente, que las tribus están en condiciones de enfrentar por si mismas este debate y su solución, como un asunto local. Al menos así piensa Mouzuk al Fahi, quien vino hasta Trípoli desde la ciudad de – 160 kilómetros al sur de Bengasi.
Mouzuk es enfático cuando dice: ¨nosotros tenemos nuestra propia democracia en Libia, no queremos aplicar la democracia occidental que no va con nuestra cultura ni idiosincrasia. Los occidentales quieren jugar con las diferencias que puedan existir entre nosotros aprovechando exageraciones y mentiras de los medios, creando un gran problema entre nosotros.¨
Aunque históricamente entre las tribus siempre hubo simpatías y antipatías, eran conscientes de los límites territoriales y culturales con respecto al otro. Siempre conservaron códigos propios para resolver entre sí las diferencias y coexistir pacíficamente. Alá les dice: “¡Creyentes! ¡Entrad todos en la Paz y no sigáis los pasos del demonio! Es para vosotros un enemigo declarado”(2).
La paz y la seguridad para las tribus son sagradas. Sólo en caso de agresión, la guerra estaría justificada como defensa propia. . Pero hoy el conflicto interno libio se complica en un escenario donde el poder de las armas emula, como nunca antes en capacidad destructiva, con el de los medios de comunicación.
Por un lado, la Organización del Atlántico Norte (OTAN) destruye la infraestructura del país y mata a quienes afirma que viene a proteger. Por otro, la prensa calla, miente o dice verdades a medias para justificar el lanzamiento del próximo misil.
La propia Conferencia Nacional de Tribus Libias por la paz, la unidad y el diálogo pasa prácticamente inadvertida, para grandes medios de comunicación adictos a la transmisión en directo, aún cuando televisoras libias difunden en vivo la señal y reporteros de los principales diarios y cadenas del mundo están in situ. Para Mahmoud Mohammad Alí, Shej de una tribu Tawareg se trata de una conjura. ¨De la zona de exclusión de vuelos pasaron al ataque directo. No es lógico, todas las decisiones las tomaron en muy poco tiempo. En lugar de enviar un comité para investigar lo que pasó, enviaron aviones militares basándose en reportes falsos de los medios e comunicación.Desde tiempos milenarios las tribus se unieron frente al peligro común.
Hoy ante nuevos desafíos, sólo queda demostrar si el conjunto de clanes y familias con sus normas, costumbres y estructuras de poder, logran determinar o al menos influir a la hora de detener la guerra en Libia.
[1] El Corán (traducción de Julio Cortés, Editora Nacional, Madrid, España, 1980), 49/13
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