Bin Laden otorga un respiro a Obama
Por Roberto Castellanos, Prensa Latina *
La muerte del líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, representó un respiro para el presidente Barack Obama, que le permite levantar su alicaída imagen y desviar la atención de la opinión pública estadounidense de otros temas candentes.
Los últimos meses fueron difíciles para el mandatario, ante la encarnizada oposición de los republicanos a sus principales programas internos como la reforma sanitaria y de inmigración, así como el debate sobre los recortes de gastos.
A eso se suman las guerras en Irak y Afganistán, los ataques a Libia y la difícil situación económica nacional, la principal preocupación de los norteamericanos.
Ante tal situación, el mandatario tenía la necesidad de dar un golpe de efecto, que aliviara las críticas republicanas y levantara su popularidad y lo logró.
En el horario nocturno y en un discurso transmitido por las cadenas ABC, CBS, NBC, Telemundo, Univision, Fox News y MSNBC, Obama anunció la muerte del saudita.
Según la consultora Nielsen Co. la audiencia fue de 56,5 millones de televidentes, la mayor de las recientes apariciones del jefe de Estado. La relevación hizo su efecto inmediato.
“Su último índice de aprobación estaba en 43 puntos. Este lunes es un día equivalente a V-E Day (8 de Mayo de 1945, cuando se rindió la Alemania Nazi)”, estimó John Zogby, presidente de la encuestadora Zogby International.
Tras el deceso del terrorista, la popularidad de Obama subió 11 puntos al alcanzar el 57 por ciento de aprobación, según un sondeo del periódico The New York Times y la televisora CBS News.
Pero Stephen Wayne, profesor de la Universidad de Georgetown y experto en elecciones presidenciales, consideró que “el terrorismo no es el tema principal en el país, sino la economía”.
Si la muerte de Bin Laden provoca más ataques contra Estados Unidos, eso lo pondrá en el centro de atención para los votantes y ayudará a Obama a fortificar su imagen, manifestó.
Aunque es difícil de medir las consecuencias que tendrá en los comicios, sin ninguna duda es uno de los momentos más importantes del gobernante, consideró el diario The Washington Post.
Pero tras la euforia inicial comienzan a aparecer las primeras críticas e interrogantes sobre el operativo realizado por un comando Seal, las fuerzas especiales de la infantería de Marina.
La Casa Blanca recibió una andanada de cuestionamientos de las tribus indígenas norteamericanas, por usar el nombre del legendario apache Gerónimo para bautizar la incursión militar en Pakistán.
“Asociar a un guerrero nativo con Bin Laden no es un reflejo preciso de la historia, y menosprecia el servicio militar de los nativos”, expresó indignado Jefferson Keel, presidente del Congreso Nacional de Indígenas Norteamericanos.
A finales del siglo XIX Gerónimo encabezó la lucha en el actual estado de Nuevo México contra la colonización de sus tierras.
Por su parte, Jeff Houser, presidente de la Tribu Apache de la reserva de Fort Sill, envió una carta a Obama exigiendo una disculpa por equiparar a un reverenciado guerrero con un terrorista, lo cual es “un acto doloroso y ofensivo” para los pueblos autóctonos.
Paralelamente, en la Unión y en el exterior comenzó un debate sobre la operación, su costo, la información de inteligencia que desembocó en ella, y sobre todo las circunstancias del tiroteo en una casa en la ciudad paquistaní de Abbottabad.
El misterio, los rumores y las teorías de conspiración emergieron rápidamente ante las declaraciones inconexas y contradictorias de altos funcionarios estadounidenses.
Muchas lagunas presentan los comentarios de los tres funcionarios encargados de narrar los hechos: el director de la Agencia Central de Inteligencia, Leon Panetta; el vocero presidencial, Jay Carney, y el asesor de Obama en materia antiterrorista, John Brennan.
La versión oficial de Washington se impuso rápidamente en el mundo, ante la imposibilidad de ser contrastada, pues los sobrevivientes del tiroteo están detenidos en Pakistán bajo estrictas medidas de seguridad.
¿Murió de disparos de soldados estadounidenses o de un guardaespalda para evitar que cayera prisionero? ¿Era Bin Laden realmente, y de ser así, porque se lazó su cadáver al mar en lugar de presentarlo y de darle sepultura como exige la tradición islámica?, son algunas preguntas que se hace la prensa y la opinión pública.
La última información sobre el tema provino de medios pakistaníes que citan fuentes de los servicios secretos del país, según las cuales, una hija de Bin Laden confirmó como los marines asesinaron a su padre y se llevaron el cadáver.
Por qué fue ultimado? La Casa Blanca admitió que hubo posibilidades de cogerlo vivo, pero la orden era matarlo, aunque luego otros miembros del gobierno difundieron la versión de que ofreció “resistencia”.
Tampoco se sabe cuántos disparos recibió Bin Laden, ni el número de defensores de la vivienda o porqué las mujeres y menores presentes no fueron detenidos para su interrogatorio.
Poco a poco salen otros datos, como los revelados por The New York Times, que se refirió a una audiencia en el Senado que analizó la operación. Según el rotativo, al entrar los comandos a la habitación Bin Laden se disponía a tomar un fusil de asalto y una pistola, lo cual contradice la versión anterior.
Comenta que también fueron ultimados un mensajero y un hijo del líder de Al Qaeda, aunque ninguno de los dos estaba armado.
Tras 72 horas de debate, la Oficina Oval anunció que no presentará las fotos del cuerpo del saudita por cuestiones de “seguridad nacional”, lo cual incrementa el manto de misterio y alimenta la especulación.
Aunque se desconocen los pormenores de la operación y se multiplican las teorías, algo queda claro de la incursión de los comandos: fue un golpe de efecto de Obama cuando recién comienza su campaña reelectoral.
(*) El autor es periodista de la Redacción Norteamérica de Prensa Latina.
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