Una nueva y contradictoria versión acerca de la muerte de Osama bin Laden, atiza hoy las críticas de que el gobierno estadounidense actuó de manera ilegal contra el jefe del grupo Al Qaeda.

Los soldados del Pentágono que ejecutaron la operación el pasado 2 de mayo encontraron las dos armas de fuego de Bin Laden solo después que él estaba muerto, detalla el informe.

De acuerdo con el actual enfoque, uno de los efectivos de los comandos especiales que participaron en la operación apartó a dos mujeres que intentaron proteger al líder de Al Qaeda, mientras otro abrió fuego contra él.

Momentos más tarde, cuando los militares fotografiaron el cadáver, encontraron un fusil AK-47 y una pistola Makarov en un estante. Bin Laden no había tocado las armas, precisa el relato.

La controversia sobre la forma en que fue ultimado ha perseguido a la Casa Blanca, sobre todo después de resultar falsas las primeras afirmaciones de que Bin Laden estaba armado y que utilizó a una de sus mujeres como escudo humano.

Pero los únicos testigos que podrían decir lo sucedido son las esposas e hijos de Bin Laden -actualmente bajo custodia pakistaní-, quienes la semana pasada hablaron con funcionarios de la Casa Blanca, luego de mucha presión de Washington.

Ellas se niegan a responder cualquier pregunta y Pakistán infromó que las repatriaría a Arabia Saudita y Yemen, sus países de origen, amplía el reporte.

Entretanto, el diario The News, de Islamabad, anunció que el egipcio Saif al-Adel, uno de los fundadores de al-Qaeda, fue designado como jefe interino del Comando de Control de la red.

El gobierno de Obama insiste en que el tiroteo fue legal y niega que se tratara de una ejecución extrajudicial.

Las relaciones entre Estados Unidos y Pakistán, en su punto más bajo en una década, encontraron un nuevo punto de fricción a raíz de un intercambio de fuego entre fuerzas de la OTAN y pakistaníes en la frontera afgana.

(Con información de Prensa Latina)