Los vientos han provocado que no sea Chile, sino Argentina, el país más afectado por la nube de cenizas que emanó tras la erupción, el pasado sábado, del volcán Puyehue, ubicado en la cordillera de Los Andes.

Varias ciudades de la Patagonia argentina se mantuvieron este lunes en estado de alerta por la caída de arena volcánica: Bariloche, San Martín de los Andes, Junín de los Andes, Piedra del Águila, El Bolsón, Villa la Angostura y Traful, en su mayoría centros turísticos, fueron algunos de las más afectados.

La alarma, no obstante, se extendió también hacia el centro de Argentina y llegó a la costa atlántica. La ciudad de Bahía Blanca, en el sur de la provincia de Buenos Aires, cerró su aeropuerto por precaución, mientras que en Puerto Madryn, Trelew y Rawson se suspendieron las clases escolares.

La Administración Nacional de Aviación Civil argentina (ANAC) y las empresas de cabotaje que vuelan desde Buenos Aires a la Patagonia recordaron que, al menos hasta el jueves, seguirán suspendidos los servicios a toda la Patagonia e incluyeron los transportes nocturnos a Chile y Mendoza.

El gerente del Servicio Meteorológico Nacional de ese país, Luis Rosso, explicó que para este martes se prevé que la nube de cenizas volcánicas llegue a la ciudad de Buenos Aires (capital).

Aunque informó que no impactará del mismo modo en que se dio en Bariloche, explicó que “puede haber una disposición de cenizas que se va a notar en una forma muy leve”.

En las últimas horas, el viento viró de rumbo en Chile hacia el noreste, lo que implica que se dirige a la mayor parte del territorio neuquino, aunque también afectaría la Región de los Ríos, cerca del Complejo Cordón Caulle-Peuyehue, donde se originó la erupción.

En ese país sureño, el panoraa sigue siendo preocupante. Este lunes, el Gobierno de Chile elevó a cuatro mil los evacuados en las cercanías del cordón volcánico Caulle, cuya actividad incandescente continuó sin cesar en la frontera con Argentina.

“Hoy día, existe en la zona de Riñiñahue alto y bajo riesgo de aluvión producto del sedimento que viene bajando del cordón volcánico”, explicó el subsecretario del Interior de Chile, Rodrigo Ubiña.

El funcionario instruyó al Ejército y a la Policía chilena “para que ayude a la evacuación de la población que se encuentre en esa zona”, por lo que unas 450 personas se sumaron a los tres mil 500 que ya había en el lugar.

Ubiña añadió que existe la amenaza de que los gases emanados por el cordón volcánico asolen la zona. “Hay un riesgo de que una masa de gas afecte a la población”.

El funcionario agregó que la columna de material volcánico, que alcanza 10 kilómetros de alto, arrojó ya una gran cantidad de piedras en la frontera con Argentina, cerca de Bariloche.

La evolución de la crisis, que preocupa a agricultores y empresas turísticas, depende también de la dirección de los vientos, los que podrían arrastrar las toneladas de cenizas a ciudades y sembradíos.

“El problema es hasta cuándo va a continuar la actividad, lo que es poco precedible“, dijo el vulcanólogo de la Universidad de Chile, Alfredo Lahsen.

Chile, con más de dos mil volcanes en su geografía, enfrenta periódicamente estos sucesos. El último fue el del macizo Planchón, que provocó cientos de temblores en octubre de 2010.

El más activo de los volcanes chilenos es el Llaima y la mayor erupción reciente fue la del Chaitén en 2008, que duró más de un año, obligando a evacuar para siempre la ciudad del mismo nombre en el sur del país.

Clases suspendidas

En las zonas afectadas de Argentina, también fueron suspendidas las clases. En las urbes rionegrinas de Bariloche, El Bolsón, Ingeniero Jacobacci, Dina Huapi y Clemente Onelli, las neuquinas de Villa La Angostura, San Martín de los Andes, Junín de los Andes y Piedra del Aguila, y las chubutenses de Rawson, Trelew y Puerto Madryn.

En la provincia de Chubut (sur), el Gobierno dispuso que este martes se reanuden las clases dado que “no se registraron problemas sanitarios graves y las rutas están transitables con normalidad”, informaron a través de un comunicado.

El jefe de Defensa Civil de Chubut, Evaristo Melo, sostuvo que “la situación es de total normalidad” en la provincia y acotó que “tenemos escasísimas probabilidades que vuelva a ocurrir en lo inmediato la caída de cenizas”.

“La caída de cenizas fue a raíz de una variación en el viento en las últimas horas del día sábado y esta posibilidad es cada vez más remota que ocurra” en Chubut, remarcó.

(Con información de TeleSUR)