El respaldo en la popularidad que el presidente Barack Obama recibió luego de la muerte de Osama Bin Laden se ha evaporado y el descontento sobre su gestión y la economía del país se ha colocado en niveles altos, reveló hoy un sondeo.

Esa erosión ha colocado al presidente en una posición vulnerable de cara a las elecciones del 2012, con el republicano Mitt Romney pisándole los talones, revelo la encuesta conjunta del diario The Washington Post y la cadena de televisión ABC.

Más de la mitad de los estadunidenses, un 66 por ciento, consideraron que la situación del país esta fuera de curso, y apenas 32 por ciento estimó que la dirección en la que se enfila es la correcta.

Contrario al análisis de los expertos y el gobierno, un 57 por ciento estimó que la recuperación económica no ha iniciado contra 42 por ciento que opinó lo contrario, un siete por ciento de los cuales consideró que la recuperación es fuerte.

Este pesimismo sobre el estado del país y la economía ha tenido un costo sobre Obama, que aparece ahora con un nivel de desaprobación de 49 por ciento, contra un 47 por ciento que aprueba su gestión.

El mayor descontento se refleja en el ámbito económico, con un 59 por ciento de los estadunidenses que expresaron su malestar por la forma como el mandatario esta manejando este tema.

Aunque Obama se mantiene a la cabeza de las preferencias electorales, la baja en el nivel de popularidad lo colocó en un empate virtual frente a Romney, quien apenas la semana pasada hizo oficial su intención de buscar la nominación republicana.

Si las elecciones se celebraran este martes, un 49 por ciento de los estadunidenses votaría por Obama contra 46 por ciento para Romney.

El fuerte posicionamiento de Romney lo coloca como el temprano favorito en el atestado campo de candidatos y potenciales aspirantes, entre los que el ex presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, lo sigue de cerca.

La encuesta revelo que mas allá de la notoria visibilidad que ha generado, la ex gobernadora de Alaska, Sarah Palin, no es bien percibida entre gran parte de la base republicana.

Un 42 por ciento de los encuestados que se identificaron como republicanos dijeron que no votarían por ella si fuera la nominada presidencial.

La encuesta telefónica nacional fue conducida entre el 2 y 5 junio en un universo de 1002 adultos, y presenta un margen de error de 3.5 por ciento.

(Con información de Notimex)