Pese a las promesas de Obama las torturas siguen siendo el pan de cada día en Guantánamo
Un asesor de George Bush declaró un día que cuando “el mundo se entere de lo que hace Estados Unidos, el país estará muy avergonzado”. Probablemente se refería a documentos como la nota desclasificada recientemente en la que se avisaba a los servicios secretos que desde el punto de vista legal era más seguro practicar torturas fuera del territorio estadounidense. Esto es tan solo un indicio de esta práctica y el propio presidente Bush no hizo nada para abolirla.
A Murat Kurnaz lo arrestaron en la calle, lo enviaron a Guantánamo y ahí lo torturaron. Después de 5 años, EE. UU. lo liberó sin presentar cargos en su contra. Hasta hoy no ha recibido explicaciones ni disculpas. Ahora demanda al asesor de George Bush por haber declarado que la tortura es legal. El ex preso confiesa: “Fui uno de los que sobrevivieron a las torturas, a mí me aplicaron ‘electroshocks’ porque no quería firmar nada. Me obligaron a declarar que era talibán e integrante de Al Qaeda”.
Los interrogadores de Guantánamo practicaban preferentemente el ahogamiento simulado, humillaciones sexuales, posturas corporales incómodas y fracturas. EE. UU. no informó a nadie de la detención de Kurnaz. Para encontrarlo su madre se dirigió a un abogado y la búsqueda duró varios años.
Bernhard Docke, un abogado alemán, cuenta lo siguiente: “No conseguíamos ponernos en contacto con el señor Kurnaz. Es una vergüenza que EE. UU. recurra a la tortura en contra de todo el derecho internacional. Resulta imposible creer que en pleno siglo XXI se pueda encerrar a alguien y privarlo de sus derechos”.
Pero así es. La cárcel secreta de Guantánamo sigue abierta. Y eso pese a las promesas de campaña de Barack Obama para cerrarla. Lo único que se hizo fue concederles ciertos derechos a los detenidos.
El doctor Alan Singer, de la Universidad Hofstra en Nueva York, opina: “La Administración de Bush es culpable de crímenes de lesa humanidad. Pero a Obama también se le puede acusar de apoyar estas acciones. Actualmente, algunos funcionarios del periodo de Bush temen salir al extranjero porque podrían ser detenidos por practicar torturas. Mientras tanto, las demandas que se siguen presentando muestran que aún queda mucho por revelar”.
EE. UU. critica y acusa a otros por cosas que hacen en su mismo territorio. Así lo cree el periodista investigador Jason Leopold: “Creo que para el caso de Guantánamo son aplicables las palabras hipocresía y cinismo porque las autoridades no tienen ninguna responsabilidad. Durante los últimos tres años he leído un montón de comunicados de prensa emitidos por el Departamento de Estado, donde se hablaba de sanciones y de violaciones de derechos humanos que casi igualan a los que se realizaban bajo la Administración de Bush con los prisioneros custodiados en las cárceles clandestinas de la CIA. Es una de las cosas que nadie quiere mencionar. Creo que otros países no creen realmente en la retórica que sale de la boca de Obama y de la secretaria de Estado, Hillary Clinton”
(Con información de Actualidad RT)
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