¿Quién puede matar a un ángel?
Atónito, un fiel admirador de la figura y el quehacer del cantautor argentino Facundo Cabral aún se resiste a creer la noticia de su muerte y atina sólo a preguntar: ¿Quién puede matar a un ángel?
Cabral, quien el 22 de mayo último cumplió 74 años de edad, fue asesinado esta mañana cuando se dirigía al aeropuerto La Aurora, en el sur de la Ciudad de Guatemala, y la camioneta en que viajaba recibió más de 30 balazos en un atentado perpetrado por sicarios.
Mas, como este seguidor incondicional del cantor platense hay muchos aquí que se niegan a dar crédito a que la suerte reservara tan trágico final a quien se autoproclamara “un agitador espiritual”.
Llegué a la tercera edad en paz, no pensé que iba a tener tanta paz; llego agradecido, había dicho Cabral a finales de enero pasado en declaraciones al programa Viva La Radio, a propósito de su retorno a los escenarios tras dos años de ausencia.
En 2010, este hombre que se decía “serenamente anarquista” sufrió cuatro intervenciones quirúrgicas producto del cáncer que lo aquejaba desde hace varios años y que ya le impedía movilizarse sin ayuda y le había deteriorado seriamente la vista.
Sin embargo, el sólo hecho del retorno al escenario redoblaba sus ganas de vivir… y actuar.
Cuando subo al escenario – solía decir – desaparecen por completo las molestias; “vivo de los recuerdos, porque poco y nada puedo hacer solo y cuando me siento en el escenario, hay tanto para recordar”.
Cuatro meses después, y en diálogo con un importante diario extranjero, subrayaba que su oficio de cantar lo había llevado
por el mundo casi sin darse cuenta, por los cinco continentes y en diferentes situaciones.
Lo mío, aseguraba entonces, es un testimonio de vida. Uno es un agitador espiritual. Lo que yo hago es agitar. Y enseguida recordaba que su madre le decía: incendia la sala, para que se vayan llenos de calor.
“Por eso, cuando salgo al escenario lo que intento es contagiarle a la gente el amor por la vida; empujarla a que se anime a vivir, porque si tenés miedo la vida no existe. El miedo es la antítesis del amor. El amor es valentía”.
Considerado un artista polémico, Cabral agradecía a la vida haberlo enriquecido durante 74 años.
Soy un tipo más libre, más feliz. La felicidad es una decisión en sí misma, porque uno decide ser feliz en las circunstancias que fuere, sostenía Cabral, que aseguraba conocer una fórmula para la felicidad: “escuchar al corazón antes que intervenga la cabeza, que siempre te mete en conflicto”.
(Con información de Prensa Latina)
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