Horror en Noruega: 80 asesinados a tiros; 7, en explosión (+ Video)
Un terrorista nacional provocó una explosión potente y letal en el centro de Oslo, antes de dirigirse a un campamento veraniego, vestido como agente policial, para perpetrar uno de los peores ataques a tiros en la historia, matando por lo menos a 80 jóvenes mientras otros corrían o incluso nadaban horrorizados en busca de salvar la vida.
Inicialmente, la policía había informado que unas 10 personas habían muerto en el campamento, ubicado en la isla boscosa de Utoya. Pero algunos sobrevivientes habían advertido que el número de víctimas era mucho mayor.
El director de la policía Oystein Maeland dijo a la prensa el sábado por la madrugada que se habían descubierto muchos más cadáveres.
“Nos ha llevado tiempo buscar en el área. Lo que sabemos ahora es que podemos decir que hay por lo menos 80 muertos de Utoya”, dijo Maeland. “No hace falta decir que esto da una proporción excepcional a estos hechos”.
Meland dijo que incluso ese número podría subir. Señaló que otras personas sufrieron lesiones graves, pero la policía desconocía de inmediato cuántos eran los heridos.
Un sospechoso por la ofensiva a tiros y por el atentado dinamitero en Oslo, en el que murieron siete personas, ha sido detenido. Aunque la policía no divulgó su nombre, la cadena nacional noruega NRK lo identificó como Anders Behring Breivik, de 32 años, y dijo que las autoridades allanaron su apartamento en Oslo por la noche.
La NRK y otros medios noruegos publicaron fotos del noruego, rubio y de ojos azules.
Un funcionario policial dijo que el sospechoso parece haber actuado solo en ambos ataques, y “al parecer, esto no está vinculado en absoluto con organización terrorista internacional alguna”.
El funcionario solicitó permanecer en el anonimato porque la información no ha sido divulgada oficialmente por la policía noruega.
“Parece que esto no se relaciona con el terrorismo islamista”, dijo el funcionario. “Parece la obra de un loco”.
Sin embargo, el funcionario añadió que “han pasado apenas horas desde que esto ocurrió, y la investigación prosigue con todos los recursos disponibles”.
Los ataques representaron el peor acto terrorista en Europa Occidental desde la ofensiva del 11 de marzo del 2004 en Madrid, cuando estallaron numerosas bombas, principalmente en el sistema de transporte, dejando 191 muertos y unos 1.800 lesionados.
Se desconocía el móvil, pero ambos ataques ocurrieron en áreas conectadas con el Partido Laborista, que gobierna el país. El campamento, realizado unos 35 kilómetros (20 millas) al noroeste de Oslo, es organizado por el ala juvenil del partido, y el primer ministro tenía previsto hablar ahí el sábado.
Una campista de 15 años, llamada Elise, dijo haber escuchado disparos, pero luego vio a un agente policial y pensó que estaba segura. Después, comenzó a ver a varias personas abatidas a tiros justo frente a sus ojos.
“Vi a mucha gente muerta”, relató Elise, cuyo padre Vidar Myhre, no quiso que revelara su apellido. “Primero él atacó a la gente en la isla. Después, comenzó a abrir fuego contra las personas que estaban en el agua”.
Elise dijo que se ocultó detrás de la misma roca donde estaba parado el atacante.
“Podía oír su respiración desde arriba de la roca”, señaló.
En Oslo, la capital y la ciudad donde se entregan los premios Nobel de la Paz, la explosión dejó una plaza cubierta con metal retorcido, vidrios rotos, documentos expulsados de edificios cercanos y una escena empañada por el polvo que le recordó a un visitante los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.
Ian Dutton, quien se encontraba en un hotel cercano, dijo que la gente “cubierta de escombros”, caminaba a través de “una nube de residuos”.
“No había ningún tipo de pánico”, dijo. “En realidad era simplemente gente que no lo podía creer y estaba en estado de shock”.
Más tarde, en la isla de Utoya, a unos 100 kilómetros (60 millas) al noroeste, cientos de jóvenes en un campamento donde el primer ministro tenía previsto hablar el sábado corrieron aterrorizados e incluso intentaron nadar para salvarse mientras un pistolero disparaba. Emilie Bersaas, identificada por la televisión Sky News como compañera de los jóvenes en la isla, dijo que corrió hacia el interior de un edificio escolar y se escondió debajo de una cama.
“En un momento el tiroteo estaba muy, muy cerca del edificio. Creo que realmente llegó a impactar la construcción una vez, y la gente en la habitación de al lado gritó muy fuerte”, dijo.
“Me puse debajo de la cama durante dos horas y luego la policía rompió una ventana y entró”, dijo Bersaas. “Parece un poco irreal, sobre todo en Noruega. Esto no es algo que suceda aquí”.
La policía dijo que siete personas murieron en la explosión de Oslo, y otras 9 o 10 fueron asesinadas en el campamento, que fue organizado por la rama juvenil del gobernante Partido Laborista. El jefe interino de policía Sveinung Sponheim dijo que un hombre fue detenido en el tiroteo, y el sospechoso había sido visto en Oslo antes de la explosión ahí. La policía no dijo de inmediato cuánto tiempo transcurrió entre el ataque dinamitero y la ofensiva a tiros contra el campamento.
Sponheim, dijo que el atacante del campamento “llevaba un suéter con una insignia de la policía. Puedo confirmar que él no era un empleado de la policía y nunca lo ha sido”.
Las imágenes aéreas difundidas por TV2 de Noruega mostraron cuando miembros de un equipo de operaciones especiales vestidos de negro llegaban en botes a la isla y corrían por el muelle. Detrás de ellos, personas en ropa interior nadaban lejos de la isla hacia la costa, algunos con algún tipo de flotador.
Sponheim dijo que la policía todavía está tratando de obtener una visión panorámica de lo ocurrido en el tiroteo del campamento y no podía decir si había más de un tirador. Dijo que varias personas resultaron heridas, pero que no podía comentar sobre su condición.
En Oslo, la mayoría de las ventanas del edificio de 20 pisos donde trabajan el primer ministro Jens Stoltenberg y su gobierno quedaron destrozadas. Otros edificios dañados albergaban oficinas de gobierno y las sedes de algunos de los principales periódicos de Noruega. Dijo que los rescatistas iban a inspeccionar durante la noche los edificios dañados en busca de más víctimas.
El primer ministro Stoltenberg, que estaba en casa cuando ocurrió la explosión y resultó ileso, condenó lo que llamó “un ataque cobarde contra jóvenes civiles inocentes”.
“Tengo un mensaje para los que nos atacaron”, dijo. “Es un mensaje de todos los noruegos: No van a destruir nuestra democracia ni nuestro compromiso con un mundo mejor”.
Sponheim no dio detalles sobre la identidad del sospechoso que era interrogado por la policía.
Stoltenberg dijo que “no queremos especular” sobre si un grupo terrorista es culpable. Dijo que algunos grupos pueden reivindicar la responsabilidad “para parecer más importantes de lo que son”.
La policía de Oslo dijo que la explosión fue causada por “una o más bombas”, pero no quiso hacer conjeturas sobre quiénes podrían estar detrás del ataque. Luego, la policía cerró las oficinas de la televisora TV 2 después de descubrir un paquete sospechoso.
La televisora NRK mostró un vídeo de un automóvil ennegrecido y volteado en medio de los escombros. Un reportero de la AP que estaba en la oficina de la agencia de noticias noruega NTB dijo que la explosión estremeció el edificio y que todos los empleados fueron evacuados. En la calle vio una persona sangrando de una pierna mientras la ayudaban a salir del lugar.
La explosión ocurrió a las 3:30 de la tarde (1330 GMT), mientras el testigo Ole Tommy Pedersen estaba de pie en la parada de un autobús a unos 100 metros (109 yardas) del edificio cuando vio cómo la detonación destruía casi todos sus cristales. Indicó también que una columna de humo se elevaba de los pisos inferiores.
“Vi a tres o cuatro personas siendo trasladadas fuera del edificio unos minutos después”, señaló Pedersen a la AP.
El presidente estadounidense Barack Obama expresó condolencias por el ataque y dijo que era un recordatorio de que el mundo tiene un papel que desempeñar en la prevención del terrorismo. Añadió que recordaba la cálida acogida de los noruegos en Oslo cuando recibió el Premio Nobel de Paz en 2009.
(Con información de AP)
Haga un comentario.