El presidente Barack Obama critica al Congreso, mientras cada vez más estadounidenses cuestionan la labor del mandatario cuando el país vive hoy un complicado escenario financiero ante una crisis económica internacional.

Obama reconoció fallas en su sistema político al criticar al Capitolio por permitir con su actuar que la agencia Standard & Poor’s rebajara la calificación de deuda estadounidense.

“Pero eso no significa que haya algo que esté mal en nuestro país. Significa que hay algo que va mal en nuestro sistema político”, admitió el gobernante la víspera referido a la decisión de la consultora, durante una alocución ante empleados de una fábrica de baterías de coches eléctricos en Holland, Michigan, medio oeste.

A su juicio “lo visto en Washington en los últimos meses es la peor clase de contra-partidismo, el peor tipo de estancamiento” lo cual consideró “ha empeorado las cosas en lugar de haberlas mejorado”.

Por su parte el 71,8 por ciento de los norteamericanos afirman que el jefe de Estado lleva al gobierno por una dirección equivocada, cinco puntos por encima comparado con el índice registrado hace dos semanas, señaló este jueves el promedio de encuestas nacionales elaborado por el sitio digital Real Clear Politics.

La aprobación a la gestión del gobernante cayó a 43,3 por ciento, parámetro que comenzó en 63,3 en enero de 2009, cuando el dignatario tomó posesión en el cargo.

Referido a la recuperación económica estadounidense el diario californiano La Opinión la calificó el lunes pasado de difícil y sostuvo que los resultados de los indicadores financieros revelan un escenario confuso, que garantiza incertidumbre e inestabilidad.

“A nivel político, el agrio debate sobre el techo de la deuda, lejos de establecer confianza, sembró grandes dudas en la capacidad de Washington de resolver el déficit fiscal de una manera positiva que no afecte la recuperación económica”, subrayó el periódico en un editorial.

En este contexto hace una semana un boletín del Departamento del Trabajo indicó que la cifra de desempleados en Estados Unidos llegó a 13,9 millones, lo cual representa una tasa de desocupación del 9,1 por ciento.

(Con información de Prensa Latina)