Libia: los atropellos que sufren los inmigrantes africanos de raza negra
Una investigación de la BBC reveló acusaciones de atropellos contra los inmigrantes africanos de raza negra a manos de los combatientes libios vinculados a las nuevas autoridades interinas.
Cientos de hombres han sido encarcelados, acusados de ser mercenarios del coronel Muamar Gadafi, y se afirma que sus casas han sido saqueadas y sus mujeres e hijas, golpeadas y violadas.
Una familia nigeriana temía una de estas visitas. Habían estado escondiéndose en su pequeñísima casa de una población marginal, en un suburbio de Trípoli, desde que el coronel Gadafi fue barrido del poder, temerosos de que golpearan a su puerta.
A principios de este mes, apareció una veintena de rebeldes exigiendo que se les dejara entrar y gritando “murtazaka.”
Es la palabra que todo africano de raza negra conoce muy bien. Murtazaka es “mercenario” en árabe, los hombres armados presuntamente empleados por el antiguo régimen para llevar a cabo los peores excesos del conflicto.
Los combatientes entraron a la fuerza a la casa de la familia nigeriana. Golpearon a la pareja que vivía ahí. Les robaron sus pertenencias, su dinero, raptaron al padre y sometieron a la hija, de 16 años, a abusos de tipo sexual. Ella nos contó lo ocurrido:
“Encerraron a mi madre en el baño. Seis de ellos me violaron. Tomaron nuestras cosas y nuestro dinero. Mi padre trató de detenerlos, lo golpearon y se lo llevaron.”
Eso ocurrió hace casi tres semanas y desde entonces no ha sabido nada de su padre.
Campaña violenta
Cuando los entonces combatientes rebeldes se trasladaron a Trípoli, el mes pasado, inmediatamente comenzó la cacería de ex partidarios del régimen anterior y de mercenarios africanos acusados de estar empleados por Gadafi.
En una serie de entrevistas, surgieron pruebas de que algunos iniciaron una violenta campaña de intimidación y atropellos contra la comunidad negra inmigrante en Trípoli.
Cientos de hombres han sido arrestados con escasa o nula evidencia, hay hogares que han sido saqueados y gente que ha recibido palizas. La mayoría de las víctimas está demasiado aterrorizada de que se les identifique, pero contactaron a la BBC para darle a conocer sus problemas.
Un hombre nos mostró otra casa que habia sido saqueada. Una gruesa barra de hierro en el rincón de una pieza oscura había sido utilizada para golpear a hombres y mujeres, antes de que los rebeldes huyeran con su dinero y escasas pertenencias.
Nos dijo que estaba muy contento de que Gadafi hubiera sido derrocado y que esperaba una vida mejor. Sin embargo, en vez de eso, él y cientos de otros africanos de raza negra habían resultado ser víctimas, blancos fáciles.
“Este es el continente africano, yo soy africano, ésta es mi tierra. ¿Se debe al color de mi piel? ¿Porque soy negro? No tenemos voz. ¿Quién nos protege?”, se pregunta el hombre.
En los suburbios de la ciudad nos invitaron a filmar un camión con ciudadanos de Níger que acaban de caer presos.
También ellos estan acusados de ser mercenarios de Gadafi, los combatientes los hacían corear consignas contra Gadafi antes de ponerlos a trabajar, acarreando cajas de documentos y armas encontradas en el bosque.
Trabajo manual ocasional
No hay cifras referentes a cuántos mercenarios extranjeros puede haber empleado Gadafi. Lo que parece ser cierto es que fueron muchos menos de los que sospechan los excombatientes rebeldes.
La gran mayoría de los africanos negros en Libia ha estado viviendo ahí, por años, haciendo trabajo manual ocasional.
Pero de la misma manera que fue más fácil sospechar que los extranjeros en vez de los libios, hacían el trabajo por Gadafi en el curso de las batallas por ciudades como Bengasi y Misrata, así es de fácil atrapar a aquellos fácilmente discernibles por el color de su piel.
El consejo de transición le ha ordenado a sus combatientes evitar ataques revanchistas y ha habido bastante menos violencia de la que muchos temían.
Sin embargo, las cárceles de la ciudad todavía están llenas de detenidos con escasa o nula evidencia, sin acceso a abogados ni, incluso, a sus familiares.
Una mujer nos mostró el ojo negro con que se quedó por haber discutido con los combatientes cuando se llevaban a su marido:
“No he tenido comunicación con él. Tengo miedo de lo que está sucediendo en este país. Les ruego que suelten a mi marido, él es inocente, es muy tranquilo, ni siquiera peleaba conmigo,” dijo.
La dirección del Consejo Nacional de Transición ha hecho repetidos llamados a la mesura de sus combatientes, en que los exhorta a evitar ataques en venganza.
Pero está claro que algunos parecen haberlos ignorado.
Las nuevas autoridades de Libia tendrán que distinguirse de muchas maneras, no menos en la forma en que garantizan la libertad, la dignidad y la justicia por las que tantos han luchado y muerto.
Tomado de la BBC
Haga un comentario.