La NASA lanza su misión más ambiciosa para explorar planeta Marte
La misión más ambiciosa de la NASA para explorar Marte acaba de comenzar. A las 16.02 (hora peninsular española), como estaba previsto, ha despegado desde el centro espacial Kennedy de Cabo Cañaveral el cohete en el que viaja el vehículo robótico ‘Mars Curiosity’. El Laboratorio Científico de Marte (MSL, en sus siglas inglés) ha sido lanzado a bordo de un cohete ‘Atlas V’.
Uno de sus principales objetivos de este ‘rover’ marciano, el más sofisticado que ha sido lanzado a Marte, será investigar si en el planeta rojo existió algún tipo de vida microbiana.
Su actividad no dependerá de la energía solar, como sus dos antecesores, cuyos paneles están ya muy cubiertos de polvo marciano, sino que lleva una pila nuclear.
Recreación artística del ‘rover’ ‘Curiosity sobre la superficie marciana. | NASA
Recreación artística del ‘rover’ ‘Curiosity sobre la superficie marciana. | NASA
Su vida operativa se estima en al menos 14 años, pero el primer objetivo de la misión es completar un año marciano de trabajo, 686 días terrestres. Un laboratorio todoterreno
Los científicos esperan ansiosos el trabajo de campo de un versátil laboratorio todoterreno 6×6, montado sobre seis poderosas ruedas para moverse con gran autonomía como un conquistador de Marte.
‘Curiosity’ lleva una batería de cámaras de navegación dotadas de objetivos gran angular, con un completo campo de visión. Además lleva cámaras ojo de pez que enfocan específicamente al suelo, por delante y por detrás del rover. Le servirán para controlar los accidentes del terreno, planificar el acercamiento a rocas y dirigir el posicionamiento y actuación del brazo robótico articulado, que alcanza hasta 1,9 metros para recoger piedras y muestras del suelo, para analizarlas.
El vehículo lleva un mástil de 2,2 metros, con cámaras articuladas de alta resolución que le dan visión detallada a distancia, y un láser, cuyo rayo proyectado contra una piedra permitirá leer la composición de sus elementos convertidos en plasma. Aportación española
Los instrumentos de análisis del laboratorio de ciencia incluyen un espectrómetro de rayos X, desarrollado por Canadá, una cámara espectroscópica, hecha en colaboración entre Francia y EEUU, y un detector de hidrógeno para localizar la presencia de agua, creado en Rusia.
España aporta una estación meteorológica, cuyo desarrollo ha liderado el Centro de Astrobiología (CSIC-INTA). Su misión es monitorizar las condiciones ambientales, los procesos geológicos y niveles de radiación en la superficie de Marte. El cráter Gale muestra signos de erosión y sedimentos que pudieron ser arrastrados por corrientes de agua. Tal vez contuvo un lago. “El objetivo es hallar ambientes potencialmente habitables”, señala el doctor Ashwin Vasavada, uno de los científicos en el JPL de Pasadena. Un viaje de nueve meses
En el desafío espacial, la primera parte de la aventura será el azaroso viaje de nueve meses. Y después será clave un extraordinario despliegue de comunicaciones. Curiosity tiene una antena para comunicar directamente con la Tierra, en banda X. Cada mañana recibirá instrucciones para sus tareas del día (un día marciano, en el que un sol dura 24 horas y 39 minutos), según vaya decidiéndolo el equipo científico.
La NASA espera recolectar 250 megabits diarios de información. En algunas etapas de la misión las comunicaciones serán más difíciles, por la posición relativa de ambos planetas, y resultarán imposibles durante 20 soles en abril de 2013.
El proyecto Mars Science Laboratory encarnado en la Curiosity se empezó a desarrollar en 2002, con intención de lanzarlo en 2009. Pero tropezó con dificultades técnicas que aconsejaron retrasarlo, para tener tiempo de resolverlas, hasta la siguiente ventana de lanzamiento, en 2011.
(Con información de El Mundo.es)
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