Durban: Protocolo de Kyoto sigue en la oscuridad
La XVII conferencia ambiental de la ONU continúa hoy sus sesiones en esta ciudad, con consultas informales sobre temas neurálgicos de la negociación climática, entre ellos los referentes al Protocolo de Kioto.
Tras casi una semana de pláticas en plenarias y reuniones a puerta cerrada, parece lejana aún la posibilidad de un acuerdo para un segundo período de compromisos del Protocolo, en medio de muy discretos avances en las conversaciones.
El grupo de contacto para asuntos del Protocolo retomó este viernes el controversial tópico del mecanismo de desarrollo limpio, que las naciones desarrolladas aspiran a mantener con vida, aún cuando den la espalda a un segundo capítulo de Kioto.
Paradójicamente, el mecanismo es uno de los recursos de flexibilidad creado bajo el Protocolo para facilitar a los países ricos el cumplimiento de sus obligaciones en materia climática.
En la práctica, no es más que la vía para que los industrializados inviertan en acciones de mitigación en las naciones subdesarrolladas, lo cual les permite ampliar sus niveles de emisión a nivel doméstico.
Las inversiones pueden ser en la generación de energía renovable, mejoramiento de eficiencia energética de procesos, forestación, y limpieza de lagos y ríos, entre otras acciones.
De acuerdo con el Protocolo, una parte de las emanaciones evitadas en los países pobres gracias a esas inversiones son adquiridas por la parte que promovió las reducciones, a través del llamado mercado de carbono.
Hasta ahora los países desarrollados mantienen los tradicionales discursos, marcados por condicionamientos.
La Unión Europea, incluso naciones del Viejo Continente que no integran ese bloque, se muestran favorables a adoptar aquí el segundo período de compromisos del Protocolo, si en esta cita se define una hoja de ruta para negociar un nuevo marco legal de enfrentamiento al cambio climático, en el cual no sólo se incluya a los países industrializados.
Ello significaría un nuevo instrumento jurídico, al que tratarían de incorporar naciones emergentes como China, India, Brasil y Sudáfrica, entre otras.
Japón, cuyo territorio sirvió de sede al nacimiento del Protocolo de Kioto, ratificó su decisión de no formar parte de un nuevo capítulo del pacto, aunque si beneficiarse de los mecanismos de flexibilidad del texto, que le abren puertas en el mercado de carbono.
A Durban también llegó la noticia sobre la decisión del gobierno de Canadá de retirarse del acuerdo en diciembre de 2011, en consonancia con la postura de Estados Unidos, que nunca lo ratificó.
Inmersas en este escenario tan adverso para extender el Protocolo, se mantienen en la mesa de negociación propuestas de objetivos cuantificados de reducción de emisiones para los países desarrollados, metas que de ser aceptadas, darían cuerpo al segundo período de compromisos de Kioto.
Quedaría por definir cuán largo será ese plazo, de qué manera cuantificar las unidades que se dejaron de emitir durante el primer capítulo del Protocolo y otros detalles de las decisiones a adoptar en Durban, que permanecen a la espera de las posturas políticas de las partes.
La semana próxima debe comenzar el segmento de alto nivel, con la presencia de ministros y otros representantes gubernamentales, fase en la cual se irán dilucidando algunos temas a nivel bilateral y de bloque, espacio donde en muchos casos se adoptan las verdaderas decisiones de estos foros.
El Protocolo de Kioto fue suscrito en 1997, ratificado por 156 países y, luego rechazado por dos de los principales contaminantes del mundo, Estados Unidos y Australia.
En esencia establece el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en una media del 5,2 por ciento con respecto a los niveles de 1990, aunque en su anexo B precisa metas cuantificadas de mitigación por cada país.
A la conferencia climática de la ONU en Durban, que concluirá el próximo 9 de diciembre, asisten representantes de 194 naciones y bloques regionales.
(Con información de Prensa Latina)
Haga un comentario.