Por: Jesús Mena Aragón, 5 de Septiembre

Medio siglo después del triunfo de la Revolución, los cubanos gozan del primer derecho humano: el de la vida. Pese al criminal bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el imperio norteamericano contra la Mayor de las Antillas, sus ciudadanos disfrutan de un sistema de salud, absolutamente gratuito, capaz de garantizarles una expectativa de vida de más de 75 años, tanto para los hombres como para las mujeres.

El derecho a una vida digna, lejos de las drogas, del analfabetismo, la insalubridad y el disfrute de un trabajo honrado, es otra de las seguridades de que goza la sociedad socialista edificada con el sudor y el sacrificio de los cubanos.

Pese a esas realidades, reconocidas internacionalmente, el gobierno de Estados Unidos persiste en acusar a Cuba por violar los derechos humanos. Si esos esfuerzos para tergiversar la realidad no tuvieran otras implicaciones moverían a risa.

Por estos días, en que los estadounidenses sufren los efectos del enriquecimiento incontenible de unos pocos, y miles de indignados se manifiestan en parques, avenidas, dentro y fuera de las instituciones gubernamentales, por habérseles privado de sus derechos humanos más elementales, Cuba goza de un prestigio internacional que se consolida en todo el mundo.

No solo por haber perdido sus empleos protestan los indignados de Estados Unidos. Su indignación proviene también de no ver con claridad su futuro, el de sus hijos, porque poco a poco ven con más claridad la cara fea de un sistema que privilegia a los opulentos y deja desprotegidos a los más humildes.

Se indignan porque les resulta obvio que sus gobernantes desatan guerras para apoderarse de materias primas que fortalezcan su poder, aunque para ello tengan que masacrar, como lo hacen, a los pueblos de Afganistán, Irak y Libia, y se preparan para iguales propósitos en Siria e Irán.

Acogen los cubanos con beneplácito el Día Internacional de los Derechos Humanos. Porque nuestros hijos tienen escuelas; garantía de un futuro mejor y porque participan en la edificación de su futuro.

Lejos de los dictámenes de Washington, las acciones de terroristas como Posada Carriles y en plena lucha por la liberación de los Cinco antiterroristas encarcelados en mazmorras yankis por defender la seguridad de su propio pueblo.