En busca de rayos de esperanza para zona euro en 2012
Después de dos años de problemas que han roto la confianza en la economía y en la política de la unión monetaria europea, sería en extremo precipitado sugerir que se avista un final.
A través de la nube de pesimismo que se ha cernido por meses sobre Bruselas, se pueden escuchar ahora algunos susurros en los pasillos acerca de una posibilidad de dar vuelta las cosas, si es que muchos elementos se conjugan en los meses venideros.
En estos momentos esos susurros son reflexiones puramente especulativas, cargadas de muchos “si es que”. Sin embargo, sigue siendo mucho más fácil mencionar todos los posibles obstáculos que hay por delante que identificar las posibilidades.
Pero la provisión de liquidez del Banco Central Europeo hacia los bancos para evitar una crisis crediticia, el hecho de que los rendimientos de los bonos italianos y españoles han caído, los primeros pasos hacia una integración fiscal más profunda y la fatiga de los mercados tras un periodo tan largo de crisis, pueden apuntar a un cierto alivio.
Mark Mobius, gerente de fondos de Franklin Templeton, se atrevió a sugerir la semana pasada una fecha de término para la crisis. “La crisis europea no es tan profunda ni tan terrible como la gente cree”, le dijo al periódico brasileño Valor Económico, manifestando su creencia de que la crisis podría acabarse para junio del 2012.
“Las naciones están en proceso de negociaciones y eso toma tiempo”, añadió.
Las autoridades europeas no son tan osadas. Han aprendido en los últimos dos años cuán peligroso es hacer declaraciones políticas tan positivas.
Pero el progreso en lograr que 26 de los 27 países de la Unión Europea respalden reglas fiscales más estrictas para la zona euro y el hecho de que Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, mire positivamente lo que se ha denominado un nuevo “pacto fiscal”, le ha dado espacio a algunas autoridades para sentirse un poco más optimistas.
Si la liquidez ilimitada a 3 años que el BCE ofreció la semana pasada -de la cual los bancos sacaron 489.000 millones de euros- puede ayudar a descongelar los préstamos, si Portugal, Irlanda e Italia pueden mantener sus reformas estructurales y España mantiene sus esfuerzos también, si los líderes de la zona euro finalmente pueden instalar un significativo cortafuegos contra la crisis, entonces…
“Si nos arreglamos los primeros 6 meses del 2012 sin mayores accidentes las cosas se verán mejor”, dijo a Reuters una autoridad de la zona euro.
“El sendero es largo, más largo de lo esperado”, dijo Herman Van Rompuy, el presidente del concejo europeo y el presidente de las cumbres de la Unión Europea.
“Pero que no haya duda de que hay una voluntad política fundamental para avanzar como una unión. Tenemos un deber moral de continuar con esta misión”, acotó, anunciando que los líderes de la UE se reunirían el 30 de enero para su cumbre número 17 de combate a la crisis, esta vez para enfocarse en una estrategia de crecimiento.
SIGUE ZONA EURO
Una mejoría notable en la confianza es el hecho de que los diplomáticos y las autoridades de la UE ya no hablan tan abiertamente del quiebre de la zona euro, una posibilidad que estaba en boca de todos hace dos meses.
Si bien Grecia, el inicio de la crisis de deuda, sigue siendo todavía una seria preocupación, y el presidente del Royal Bank of Scotland dijo que un país pequeño podría dejar la zona euro, el compromiso hacia nuevas reglas fiscales ha creado un renovado sentimiento de unidad.
Parece que hay un genuino deseo por mantener a los 17 miembros de la zon a euro y los 9 países no miembros que aceptaron las nuevas normas comprometidos para impulsar reglas más estrictas de déficit presupuestario y deuda.
Además, todas las partes están haciendo intensos esfuerzos para lograr que Gran Bretaña también se una, con Berlín y Bruselas dispuestos a la incorporación de Londres.
FRANCIA Y EL CORTAFUEGOS
Otra gran interrogante se cierne sobre el cortafuegos requerido para salvaguardar a los débiles deudores de la zona euro de los ataques del mercado.
Por el momento, la zona euro tiene el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), un fondo de 440.000 millones de euros que ha sido usado hasta ahora para rescatar a Irlanda y Portugal, y será usado para ayudar a Grecia bajo su segundo programa de rescate.
El FEEF será reemplazado en julio por el Mecanismo de Estabilidad Europeo, un fondo permanente para la resolución de crisis, aunque los detalles finales de su estructura y funcionamiento aún tienen que ser acordados.
Si el mecanismo, de 500.000 millones de euros, entra en funcionamiento en julio y se alcanza acuerdo para darle licencia bancaria, como quiere Francia, entonces es posible que las positivas connotaciones políticas del impulso fiscal estén respaldadas por un mayor apoyo financiero.
Para entonces también es posible que se encuentre una manera de liberar 150.000 millones de euros desde los bancos centrales europeos para reforzar el arsenal del Fondo Monetario Internacional, con la posibilidad de 50.000 millones de euros extra desde otros países europeos, además de Rusia, India y otros.
Eso impulsaría los recursos del FMI, permitiéndole potencialmente que preste dinero a países de la zona euro bajo términos y condiciones del organismo, pero hay más dudas que certezas sobre si el plan podría funcionar.
Existen al menos dos nubes muy oscuras colgando en el mediano plazo: Las expectativas de que la zona euro entrará en recesión en el primer trimestre del próximo año, haciéndole aun mas difícil a los atribulados países lograr poner sus finanzas en orden, y el presidente Nicolas Sarkozy, que enfrenta una prueba electoral que los sondeos sugieren que perderá.
Cómo maneje la política en la carrera a las elecciones del 22 de abril, qué le pasará a la calificación crediticia “AAA” de Francia, y cómo París y Berlín, los más poderosos de la zona euro, lidian con sus diferencias, pueden determinar el futuro de la región.
(Con información de Reuters)
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