Latinoamérica exigirá acción mundial para salvaguardar planeta
Por: Pedro Rioseco, Prensa Latina
El Foro de ministros de América Latina y El Caribe exigirá del mundo una mirada a largo plazo y acciones para salvaguardar el planeta, afirmó la ministra ecuatoriana de Patrimonio, María Fernanda Espinosa.
En entrevista con Prensa Latina, Espinosa confirmó la presencia de 20 ministros y delegaciones de 32 países al XVIII Foro regional de Medio Ambiente que sesiona aquí, previo a la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el próximo 5 de febrero, en Caracas.
Esperamos, dijo, tener como resultado una Declaración de Quito, con dos o tres ideas fuertes que sean incluidas en la manifestación de los mandatarios de la Celac, y con los dientes y el contenido suficiente para servir de plataforma hacia la próxima Cumbre Río+20 en Brasil.
Los tiempos ecológicos son diferentes a los tiempos políticos, la crisis ecológica tiene un umbral temporal largo y la responsabilidad política de uno u otro gobierno es mucho más corta que lo que significaría un compromiso político de largo plazo.
Ahora, comentó, Estados Unidos está empeñado en responder a su crisis fiscal de endeudamiento a toda costa y ajusta su economía con la precarización del empleo, retroceso de la seguridad social y flexibilización de las normas ambientales.
Eso, precisó la funcionaria, porque no hay una mirada a largo plazo que es la que estamos exigiendo para salvaguardar el planeta.
Ventajosamente, afirmó, casi la mayoría de los países de América Latina tienen esa conciencia y celebrar la próxima Cumbre Río+20 en esta región no es una coincidencia.
América Latina tiene mucho que decir, enfatizó Espinosa, porque somos una de las regiones más ricas en recursos naturales del planeta, crecemos económicamente y debemos garantizar el minimizar los costos ambientales que van aparejados.
Y, recalcó, que ese crecimiento tenga efectos redistributivos del ingreso y el empleo que es el problema fundamental de esta región considerada la más desigual del planeta, lo cual debería preocuparnos como un tema político del más alto nivel.
Pese a ello, apuntó, es la que tiene ideas más innovadoras como la Iniciativa Yasuní ITT, mecanismos financieros alternativos para el desarrollo sostenible, y propuestas como Socio Bosque y el programa contra la deforestación en Brasil.
Entre los países de la Celac tenemos potencias en la industria farmacéutica y biotecnología como Cuba y Brasil, y en conjunto poseemos las credenciales a nivel mundial para poner las reglas del juego, destacó Espinosa.
Sabemos, aclaró, que la única manera de garantizar la continuidad de la vida y la sociedad en el planeta es a través de una contracción del consumo de las élites a nivel mundial y que se requiere una profunda reingeniería productiva con tecnologías no contaminantes.
Para eso, reafirmó, hay que hacer inversiones, y ¿de dónde van a salir los fondos?, preguntó al plantear al mundo el dilema ético.
¿O seguir invirtiendo en armas, intervenciones militares de la OTAN a los países donde les conviene y en salvatajes bancarios de poca transparencia y corrupción, o proponernos en serio garantizar un umbral de existencia para los seres humanos?, fustigó la ministra ecuatoriana.
Respecto a las necesidades financieras, agregó preguntas sobre ¿cómo se establecen los fondos multilaterales para el mantenimiento de la biodiversidad y una disminución real de las emisiones de CO2? y ¿dónde están esas tecnologías?.
Estamos planteando, subrayó, una nueva arquitectura financiera mundial para el desarrollo sustentable y alimentar esos fondos de tres maneras, la primera de las cuales es activando los Derechos Especiales de Giro.
Como sabemos, recordó, los bancos centrales y el Fondo Monetario Internacional se pusieron de acuerdo en un momento de crisis para una emisión especial que pudiera sacar a flote el sistema financiero que estaba colapsando.
Si se pudo hacer entonces y fueron unos 200 mil millones de dólares los que se activaron en un lapso de 20 días con los Derechos Especiales de Giro, acotó, estamos pidiendo que el mismo esfuerzo se haga para el desarrollo sustentable y el combate al cambio climático.
También aplicar un impuesto a las transacciones financieras internacionales, apuntó, propuesta que hizo y aplicó Ecuador, y ahora ha sido retomada por muchos países europeos, y la idea es que se haga a nivel mundial. Lo tercero, agregó, es el impuesto Daly-Correa que se aplicaría a los países desarrollados que compran petróleo y siguen manteniendo la generación de energía con combustibles fósiles. Eso en el campo financiero.
En el campo tecnológico, precisó, estamos diciendo que todas las tecnologías que contribuyan a disminuir la huella ecológica de nuestras economías tienen que tener una flexibilización de las normas de propiedad intelectual.
Eso, aclaró, parecería una frase más, pero altera todos los intereses en torno a las grandes empresas que utilizan la propiedad intelectual como un monopolio temporal sobre el saber hacer y las tecnologías.
Esas tecnologías que, citó como ejemplo, reducen las emisiones contaminantes o ayudan a ser más eficientes y rentables las cosechas, lo cual frena la expansión de la frontera agrícola, tienen que ser más accesibles para las economías de los países pobres y en vías de desarrollo.
Lo otro, añadió, es poner sobre la mesa experiencias exitosas de Ecuador como la de los programas Socio-Bosque y Socio-Páramo, mecanismos de incentivos financieros para la conservación de la Naturaleza y mejoramiento de las condiciones de vida de la gente.
La propiedad y el control de la mayor cantidad de bosques en América Latina están vinculados con la presencia física de indígenas y campesinos, pobres por lo general, y se trata de crearles incentivos para no deforestar, incluido el turismo ecológico, entre otros, puntuliazó Espinosa.
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