EE.UU. apuesta por más aviones sin piloto para espionaje y combate
Incrementar el número de los aviones sin piloto (drones), así como sus capacidades para asesinar insurgentes y espiar a la ciudadanía, parece ser hoy una de las prioridades del sector militar en Estados Unidos.
Estas aeronaves que pueden ser empleadas en misiones de combate o vigilancia, portan cámaras de infrarrojos, sensores de calor, radares sofisticados, mientras en sus versiones más avanzadas captar imágenes con altas resoluciones calculadas en gigapixeles.
Al operar por encima de los seis kilómetros de altitud, los aparatos pueden controlar 65 enemigos al mismo tiempo y distinguir objetivos hasta 25 kilómetros de distancia, mientras incorporan armamento con posibilidades de herir e incluso matar a personas.
Modernas versiones de modelos como el Predator espían las transmisiones electrónicas al penetrar redes Wi-Fi (Internet inalámbrico), e interceptan mensajes de texto y llamadas de teléfono celular, destacó el sitio digital Global Research.
Recientemente la Electronic Frontier Foundation (EFF) demandó a la Administración Federal de Aviación (FAA) para obtener información sobre el uso de un avión no tripulado en el espacio aéreo nacional el 10 de enero último.
Los drones constituyen para el gobierno una nueva y poderosa herramienta de vigilancia para recopilar grandes cantidades de datos de manera intrusiva sobre los movimientos y actividades de los estadounidenses, y el público necesita claridad al respecto, afirmó Jennifer Lynch, abogada de la EFF.
En la actualidad, el servicio de Aduanas y Protección Fronteriza utiliza esas aeronaves para vigilar las fronteras, y para investigar el robo de ganado, el tráfico de drogas y la búsqueda de personas desaparecidas.
Diversas organizaciones que representan a los pilotos comerciales en Estados Unidos expresan preocupaciones por la decisión de la FAA de permitir para 2015 que los artefactos teledirigidos o autónomos de empresas y de la Policía operen en el mismo espacio aéreo que las aeronaves civiles.
Uno de cada tres aviones de combate estadounidenses son no tripulados y se estima que para 2020 unos 30 mil vehículos podrían surcar los cielos del país, indicó la publicación.
La proliferación de los drones es una realidad, pues casi 50 empresas, universidades y organizaciones gubernamentales desarrollan y producen cerca de 155 diseños distintos, refirió Steven Aftergood, director de la Federación de Científicos de Estados Unidos.
Modelos como el Predator se utilizaron por primera vez en Bosnia, en 1995.
A lo largo de las guerras de Afganistán e Irak, el Pentágono utilizó diversos tipos de aviones no tripulados para el combate y misiones de espionaje, así como en recientes conflictos en Libia, Yemen y Somalia.
(Con información de Prensa Latina)
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