Durante la Guerra Fría: EE.UU. trató a sus propios soldados como ratas de laboratorio en ensayos nucleares
Un vídeo en internet revela cómo miles de soldados estadounidenses “experimentaron explosiones nucleares” desde distancias cercanas durante la Guerra Fría.
Según la prensa británica, la reciente publicación de un vídeo en internet en la que se ve cómo el ejército estadounidense “experimentaba” una explosión atómica ha generado gran controversia. Al parecer, el ejército de EE.UU. trataba a sus soldados como Conejillos de Indias durante ensayos nucleares entre 1951 y 1957.
No sólo desconocían el peligro al que se exponían, sino también debían mantener el secreto.
En muchos de los ensayos, los soldados creían que eran “personal de tierra” y juraban estricta confidencialidad. Eran testigos de las explosiones a distancias muy cercanas. Sin embargo, entonces se desconocía la gran amenaza de la radiación nuclear para la salud. Durante la operación “Roca del Desierto” en el desierto de Nevada, miles de soldados y civiles fueron expuestos a fuertes niveles de radiación.
Otra operación contemplaba experimentos para observar cómo los edificios, los alimentos, la ropa y la gente respondía a la radiación que, en estos casos, llegaba hasta mil millas a la redonda.
La radiación afectó a distintas generaciones a través de la aparición de cánceres.
Un artículo secreto publicado en octubre del 2011 sugiere que el gobierno intentó esconder los experimentos fuera de la mirada del pueblo norteamericano. Más tarde, los soldados que fueron sometidos a la radiación contrajeron distintos tipos de cánceres, mientras que también se presentó un alto porcentaje de malformaciones entre sus descendientes.
James Tyler, uno de esos “ratones de laboratorio”, participó en uno de los ensayos en 1957. Con tan solo 18 años, recibió la orden de “permanecer con sus compañeros en una zanja de 6 pies de profundidad, con la cabeza escondida entre los brazos y los ojos cerrados”. Unos 14 mil soldados participaron en la “Operación Plomo”, que consistió en 29 explosiones distintas para probar diferentes tipos de bombas. Tyler fue uno de los pocos afortunados que no presentó síntomas de la radiación. Durante dicha operación se liberaron unos 58.300 kilocurios, suficientes para provocar miles de casos de cáncer de tiroides y leucemia.
(Con información de Patria Grande)
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