Mucho amor a Chávez desde la Casa del ALBA de La Habana (+ Fotos)
Por: Susana Tesoro, Portal ALBA
Se anunció como una “Cantata por la vida”, como una oración a Dios y al hombre, al Universo y a la ciencia, para pedir, desear, que el Presidente Comandante, Hugo Chávez, recobrara su salud y regresara a Caracas listo para una nueva batalla.
Fue la iniciativa de un grupo de artistas cubanos con el anhelo de mostrar, desde Cuba, la solidaridad con Chávez quien se encuentra en La Habana recuperándose de una intervención quirúrgica.
Aunque el anuncio de la “Cantata” se hizo con pocos días de antelación, el público desbordó los jardines de la Casa del ALBA Cultural. Estaban : el embajador venezolano, excelentísimo señor Edgardo Ramírez; el ministro de cultura cubano, Rafael Bernal, viceministros, funcionarios venezolanos y cubanos, artistas, periodistas, y sobre todo, una gran cantidad de pueblo, de vecinos de la zona del Vedado donde se ubica la sede de la Casa.
Froilán Arencibia, presentador, explicó cómo sería el espectáculo y reiteró que tan sencillo encuentro pretendía aunar el deseo de venezolanos, cubanos, latinoamericanos y a la gente de todo el planeta que queremos la pronta recuperación de Chávez.
Y comenzó la función con la Academia de Canto Mariana de Gonicht , le siguieron cantos yorubas, con Obini Batá, la llama de los orishas resplandeció con la danza de Eleguá para abrir los caminos de la salud y la bonanza.
Vimos al coro vocal, guiado por Digna Guerra, entonar típicos cantos venezolanos y latinoamericanos. Hubo canciones de amor en las voces de Ivette Cepeda y Tony Avila, Corina Mestre y Eduardo Sosa reunieron verso y canto. Carlos Luís de la Tejera y el trovador Jesús del Valle (Tatita) dijeron poemas llenos de amor y de humor.
Por momentos, un grupo de jóvenes venezolanos, agrupados a la derecha del escenario decían consignas y mensajes a Chávez con una frase recurrente: P’ adelante, Mi Comandante, y alzaban carteles con la figura del Presidente, dando vivas a Chávez, Fidel y a Raúl.
Cuando parecía que las emociones se habían estabilizado, llegó el plato fuerte: los niños repentistas. Una mezcla de asombro y orgullo genuinamente cubano. El milagro de la décima guajira en voces de niños iluminados conmovió profundamente.
Vinieron después decimistas y poetas consumados. Y para el final Papo Angarica y su grupo hicieron bailar en asientos y jardines.
En solo dos horas se percibió una vibra especial. En lo alto una hermosa luna llena que también vino a la velada, de forma intermitente una lluvia fina nos roció a todos como una suerte de agua bendita que apareció para santificar la Cantata.
Fue una noche de amor. De amor profundo, de solidaridad, de recuerdos de tantos cubanos que han pisado suelo venezolano, de tantos venezolanos agradecidos por la ayuda y el cariño de nuestros compatriotas.
Quienes creemos en el poder de los buenos deseos del pensamiento humano, guardamos la satisfacción de haber participado en un acto de purificación y entrega para salvar a Chávez, cubanos, latinos y caribeños y sobre todo a un planeta que pide a gritos que no le dejen morir.
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