El sargento estadounidense Robert Bales, acusado de asesinar a 17 civiles en Kandahar, Afganistán, estaba bajo los efectos de una droga contra la malaria en el momento del crimen, indicaron hoy fuentes médicas militares.

Mefloquina y también Lariam son los nombres del fármaco que puede inducir efectos psiquiátricos colaterales como comportamiento paranoico y alucinaciones, y que podría haber incitado suicidios y homicidios entre los soldados estadounidenses.

Varios psicólogos del Ejército de Estados Unidos recomendaron al Pentágono prohibir la prescripción de este medicamento desde 2009, pero se sigue usando en limitadas circunstancias, incluyendo algunas unidades castrenses en el Medio Oriente.

Autoridades militares indicaron anteriormente que Bales sufrió un trauma cerebral durante un combate en Iraq en 2010, y además había ingerido algún contenido de alcohol el día que ametralló y quemó a los campesinos afganos, entre ellos mujeres y niños.

Estadísticas de agencias humanitarias de Naciones Unidas señalan que más de ocho mil 800 civiles han muerto en circunstancias derivadas o provocadas por la intervención estadounidense en el país centroasiático, una operación bélica iniciada a finales de 2001.

El incidente del 11 de marzo ha elevado las tensiones políticas entre Washington y Kabul porque sucedió menos de un mes después que tropas del Pentágono incineraran ejemplares del Corán, considerado por los musulmanes un libro sagrado.

Un comunicado del Departamento de Defensa aclaró que aunque el militar inculpado haya sido traído hasta Kansas, ese hecho no significa que necesariamente deba ser procesado en Estados Unidos.

El gobierno del presidente Hamid Karzai criticó a la Casa Blanca por no cooperar con las investigaciones y demandó a su homólogo Barack Obama que Bales sea enviado hacia Afganistán para ser encausado.

El Pentágono no ha sancionado una condena de muerte contra un militar activo desde 1961, cuando un especialista en municiones violó a una niña de 11 años en

(Con información de Prensa Latina)