El ministro ruso del Exterior, Serguei Lavrov, criticó hoy la injerencia de Estados Unidos en los asuntos internos de su país al comentar el intento de sustituir a la discriminatoria enmienda Jackson-Venick por el llamado caso Magnitski.

Lavrov reiteró que la muerte del exabogado Serguei Nagnitski en una cárcel moscovita es un tema que compete exclusivamente a la jurisprudencia rusa y es analizado al más alto nivel.

El intento de transformar “una ley antisoviética en una legislación antirrusa de ningún modo es aceptable para nosotros”, declaró en Washington el jefe de la diplomacia rusa, citado aquí por medios informativos.

Respecto al caso Magnitski, quien murió el 16 de noviembre de 2009, es innecesario componer novela alguna en torno a eso, pues la parte norteamericana conoce perfectamente nuestra posición, apuntó.

Indicó que el congreso estadounidense intenta aprobar una resolución, por la cual a las personas vinculadas al deceso del abogado, que habría denunciado irregularidades de órganos rusos, se les prohíba la entrada a Estados Unidos.

El ministro del Exterior recordó que por ahora el tribunal encargado del caso no ha emitido ningún veredicto.

La Casa Blanca ha impuesto o demandado en el pasado condiciones a Rusia a cambio de una eventual derogación de la enmienda Jacksón-Venick, vigente desde la década de 1970, y aplicada contra la entonces Unión Soviética bajo el pretexto de que los judíos no podían salir libremente de este país.

Aun después que en la nación euroasiática ese alegado asunto dejó de ser un problema, Washington intentó emplear la enmienda para condicionar cambios o avances en los nexos de ambos estados.

Lavrov participó la víspera en una reunión del llamado cuarteto de Oriente Medio (Rusia, Estados Unidos, Unión Europea y ONU), en un intento por retomar las pláticas de paz palestino-israelíes.

El jefe de la diplomacia rusa asistió asimismo a conversaciones bilaterales con la secretaria norteamericana de Estado, Hillary Clinton.

(Con información de Prrena Latina)