Latinoamérica despide a dos ases del béisbol
Por: Adrián Mengana Martínez, Prensa Latina
El béisbol mundial y latinoamericano recordaron esta semana las respectivas carreras del torpedero cubano Eduardo Paret y el receptor puertorriqueño Iván Rodríguez, quienes colgaron los spikes ya exaltados al olimpo de los grandes.
Paret se despidió del deporte activo el miércoles pasado ante su afición en el estadio Augusto César Sandino, de la ciudad de Santa Clara, unos 276 kilómetros al este de esta capital.
Nacido en esa urbe central el 23 de octubre de 1972, el estelar defensor del campo corto debutó en el Campeonato cubano de 1991, y dos años más tarde conquistó el título nacional con los Naranjas de Villa Clara, bajo la dirección de Pedro Jova, cetro que repitió en 1993 y 1994.
Durante 21 temporadas, conectó mil 816 hits, incluidos 138 jonrones, en seis mil 190 veces al bate, para un average de 293, al tiempo que anotó mil 380 carreras e impulsó 670.
En el apartado histórico de las Series Nacionales ocupa el tercer lugar de por vida en carreras anotadas y también en bases robadas (474).
Integró por primera vez el equipo Cuba en 1993 y tres años más tarde ganó su primera corona olímpica en los Juegos de Atlanta-1996.
También obtuvo la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo-2003, en el Campeonato Mundial de Cuba-2003 y en la Olimpiada de Atenas-2004.
En 2005 participó en la justa universal de Holanda y por su rendimiento en la lid fue seleccionado el jugador más valioso del certamen. En esa misma campaña, la Federación Internacional de la disciplina (IBAF, por sus siglas en inglés), lo escogió como el mejor beisbolista del orbe en el año.
Además intervino en el Primer Clásico Mundial en el 2006 y en el juego final por la presea áurea le conectó jonrón al estelar lanzador japonés Saisuke Matsuzaka.
Ya en la recta final de su carrera conquistó la corona de los XV Juegos Panamericanos de Río de Janeiro-2007 y en los Juegos Olímpicos de Beijing-2008 logró su tercera presea olímpica, esta vez de plata, al caer el conjunto caribeño ante Surcorea en el partido decisivo con marcador de 2×3.
En total participó en dos Clásicos Mundiales, tres Juegos Olímpicos, cinco Copas Mundiales, tres Copas Intercontinentales, igual número de Juegos Panamericanos, así como dos Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Ahora Paret se dedicará a entrenar jóvenes en la academia provincial de Villa Clara y ya admitió su intención de dirigir a los Naranjas en alguna oportunidad.
RODRIGUEZ ENTRE SIGNOS DE ADMIRACION
Otro inmortal del béisbol latinoamericano, Rodríguez, dijo adiós a los diamantes el lunes pasado en el Salón de la Fama de los Vigilantes de Texas, en el Ballpark de Arlington, Estados Unidos. El boricua jugó 12 de sus primeras 21 temporadas con Texas y también vistió el uniforme de los ahora Marlins de Miami, Tigres de Detroit, Yanquis de Nueva York, Astros de Houston y Nacionales de Washington, todos ellos de las Grandes Ligas estadounidenses.
Con los Marlins ganó la Serie Mundial del 2003 y con los Tigres jugó la Serie Mundial de 2006.
El exreceptor consiguió 14 veces su selección al Partido de las Estrellas de la Gran Carpa, ganó en 13 ocasiones el Guante de Oro, conectó dos mil 844 hits y terminó su carrera con promedio de bateo de 296.
Además tuvo un porcentaje de embase de 334 y un slugging de 464, con 311 jonrones y mil 332 carreras remolcadas.
También trabajó en dos mil 427 juegos detrás del plato, un récord de Grandes Ligas, y es considerado por muchos como uno de los seguros para entrar al Salón de la Fama de las Grandes Ligas.
La mejor temporada de Rodríguez fue en 1999, cuando bateó 332 con 35 jonrones y 113 remolcadas, y contribuyó a que los Vigilantes ganaran su tercera corona del Oeste de la Liga Americana en cuatro temporadas.
Rodríguez fue el primer catcher en lograr 30 jonrones, 100 carreras impulsadas e igual cifra de anotadas durante una temporada en la historia de las Mayores y el primero también en conectar más de 20 cuadrangulares y robar 20 bases en una campaña.
Durante la temporada de 2003, implantó varias marcas para receptores de los Marlins, como promedio de bateo de 297 y carreras impulsadas, con 85, y del 24 de junio al 1 de julio, impulsó carreras en ocho partidos consecutivos lo que sería otro récord para una campaña con los Marlins.
En la arena internacional defendió los colores de Puerto Rico en los dos Clásicos Mundiales disputados, y en la primera edición contribuyó de manera decisiva al pase de la selección boricua a la segunda ronda del certamen.
El caribeño, quien cumplirá 41 años el próximo 30 de noviembre, no pudo cumplir su sueño de llegar a los tres mil hits, marca para la que le faltan 156 imparables, para dedicarle más tiempo a su familia.
Por el momento tiene varios proyectos dentro del béisbol, entre ellos trabajar con los jóvenes receptores y jugadores latinoamericanos de los Vigilantes.
Su compatriota José Serrano, congresista del Senado estadounidense por un distrito del condado neoyorquino de El Bronx, destacó la extraordinaria carrera de Rodríguez.
Como fanático del béisbol es un día triste, pero le doy gracias por jugar de forma tan extraordinaria, dijo Serrano, quien también hizo referencia al camarero puertorriqueño Roberto Alomar.
Es posible que en esta generación hayamos tenido el mejor receptor y el mejor segunda base de todos los tiempos, aseveró en referencia a Rodríguez y Alomar, nuevo integrante del Salón de la Fama.
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