Caravana de Pastores por la Paz, el legado de Lucius Walker
A dos años de su muerte, continúa vivo el legado del reverendo Lucius Walker con la XXIII Caravana de la Amistad Estados Unidos-Cuba, un proyecto de desafío al bloqueo impuesto por Washington a la isla.
Conocida popularmente aquí como la Caravana de Pastores por la Paz, por el rol de esa entidad religiosa norteamericana en la iniciativa, la nueva edición llegará a Cuba con su carga de ayuda humanitaria el próximo sábado, luego de recorrer 80 ciudades de la unión.
El proyecto de solidaridad que Walker inició en 1992 trajo aquel año a un centenar de caravanistas con 15 toneladas de leche en polvo, medicamentos, bicicletas, biblias, suministros escolares y otros artículos deficitarios por el impacto del bloqueo y del periodo especial (crisis derivada del derrumbe del campo socialista).
Desde entonces, Pastores por la Paz y el reverendo nacido en Roselle, New Jersey, se convirtieron en símbolos de la amistad proveniente de Estados Unidos, el mismo país cuyos sucesivos gobiernos han mantenido más de medio siglo de hostilidad contra la isla.
Año tras año, las caravanas con sus cargas de amor y solidaridad ratifican el apoyo que Cuba recibe desde muchas partes del mundo en su lucha contra el cerco impuesto por la Casa Blanca, señaló en declaraciones a Prensa Latina Andrés Morejón, especialista del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP).
Para el funcionario, se trata de una iniciativa de alta significación, a partir del compromiso mostrado durante dos décadas por activistas empeñados en desafiar el bloqueo.
Esa llama sigue viva, pese a la muerte en septiembre de 2010 del creador y promotor de Pastores por la Paz, apuntó.
De acuerdo con Morejón, la nueva directiva de la organización religiosa garantizó la continuidad de las caravanas, mientras exista el bloqueo, un entramado de leyes y medidas que según datos de Cuba ha costado al país caribeño unos 975 mil millones de dólares en daños económicos, comerciales y financieros.
Hay gente en Estados Unidos decidida a darle continuidad al legado de Lucius, como su hija Gail Walker y el reverendo Luis Barrios, codirectores ejecutivos de Pastores por la Paz, y muchas otras personas, insistió.
El especialista del ICAP, entidad encargada de atender a los caravanistas durante su estancia aquí, recordó los múltiples obstáculos de Washington para impedir la llegada a la isla de la ayuda humanitaria recolectada en varias ciudades norteñas.
Las autoridades estadounidenses siempre han tratado de impedir la llegada a Cuba de las donaciones, pero los Pastores por la Paz han perseverado en su gesto de solidaridad, resaltó.
En ese sentido, Morejón recordó las huelgas realizadas por los activistas en respuesta al decomiso o retención en la frontera de ómnibus, computadores y otros medios, acciones de desobediencia civil que encontraron respaldo dentro de Estados Unidos y el exterior, hasta lograr la devolución de los artículos.
Las caravanas de 1993 y 1996 estuvieron marcadas por semanas de huelgas y protestas de Lucius Walker y otros activistas, luego de la ocupación de parte del cargamento humanitario destinado a Cuba en la frontera estadounidense.
Son muchas las anécdotas de la firmeza de Walker y de Pastores por la Paz, así como del empeño de Washington en afectar esta iniciativa de amistad, solidaridad y amor, comentó el directivo del ICAP, quien destacó la incorporación de personas de varios países a las caravanas.
A los estadounidenses se han sumado en los últimos años amigos de Europa, Canadá y México, en sintonía con la solidaridad que Cuba recibe desde los cinco continentes, precisó.
(Con información de Prensa Latina)
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