La cumbre de presidentes de la naciones miembros del Mercado Común del Sur (Mercosur) y el deceso de afamado arquitecto Oscar Niemeyer atrajeron la atención esta semana de los brasileños y de personalidades del planeta.

La incorporación de Venezuela como miembro pleno del Mercosur consolidó a este bloque, que se extiende ahora desde la Patagonia hasta el Caribe, lo cual lo convierte en atrayente mercado de 275 millones de personas con importantes recursos naturales.

Este hecho, más la reunión de cancilleres, la cumbre social de esta agrupación, la cita de mujeres y el encuentro de movimientos de juventudes llenaron los espacios de la esparcida Brasilia y la transformaron en un territorio de inclusión e integración.

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, afirmó la víspera que el Mercosur se constituyó en un ente integración de los pueblos sudamericanos.

La cita reunió a los presidentes Cristina Kirchner (Argentina), José Mujica (Uruguay), Evo Morales (Bolivia), Rafael Correa (Ecuador), Donald Ramotar (Guyana), y Desiré Bouterse (Surinam), así como al ministro venezolano de Energía, Rafael Ramírez, y representantes de Perú, Colombia y Chile.

Bolivia confirmó asimismo su decisión de ingresar al Mercosur y firmó el protocolo de adhesión, documento este que fue recibido con beneplácito por los de miembros del bloque regional.

Estos acontecimientos originaron propuestas y acciones que demandan la unidad entre los pueblos y una distribución equitativa de las riquezas.

Precisamente, en la declaración final de la cumbre del Mercosur, los gobernantes ratificaron el compromiso de avanzar hacia el desarrollo integral de los pueblos en el combate a la pobreza y la exclusión social.

Reiteraron además la necesidad de transformar la cooperación internacional en un instrumento de la integración regional.

El Consejo del Mercosur, integrado por los cancilleres de las naciones miembros de este bloque, declaró post mortem al afamado arquitecto brasileño Oscar Niemeyer ciudadano ilustre de este grupo.

Se trata de un reconocimiento al genio latinoamericano de la arquitectura moderna, de 104 años de edad, que murió la noche del miércoles en un hospital de Río de Janeiro, como consecuencia de una infección respiratoria.

Niemeyer fue velado en la cuidad que construyó, Brasilia, y también en su urbe natal, Río de Janeiro, donde fue sepultado.

Sus obras -edificios, monumentos, esculturas e iglesias- marcan el paisaje de las principales ciudades brasileñas y se esparcieron por varios países del mundo como Cuba, Estados Unidos, Francia, España, Alemania, Italia y Argelia, entre otras.

Con su muerte, se pierde al último superviviente de los grandes maestros del siglo XX, integrantes del selecto club de creadores integrado por nombres como Le Corbusier, Mies van der Rohe o Frank Lloyd Wright.

(Prensa Latina)