El Ministerio de Exteriores y Emigrantes de Siria denunció hoy a la ONU el atentado contra una mezquita de esta capital, donde fue asesinado Mohammed Saed Ramadan al-Bouti, presidente de la Federación de Ulemas Musulmanes del Levante.

En cartas idénticas al Presidente del Consejo de Seguridad y el Secretario General de la ONU, la cancillería detalla que el líder religioso fue víctima el jueves de un atacante suicida en la mezquita al-Iman, en el capitalino barrio de Mazraa.

Al-Bouti se encontraba impartiendo una conferencia ante decenas de estudiantes cuando el suicida detonó un cinturón con cargas explosivas, lo cual mató a 49 personas, entre ellos también un nieto del ulema, además de herir a decenas de ciudadanos, detalló el texto.

La sede de la diplomacia calificó la acción de cobarde, y agregó que “lleva las huellas de Al Qaeda y sus aliados y demuestra el oscuro pensamiento takfirí (extremista) que subyace en quienes pretenden destruir los valores moderados y de tolerancia que sirven de base al Islam y encarnados por el ulema Al-Bouti”.

Damasco aseguró que continuará con su deber de proteger al pueblo de las acciones terroristas, y prometió limpiar a la nación del pensamiento extremista que contradice los valores de convivencia pacífica que caracterizaron a Siria a lo largo de su historia, remarcó.

Exhortó la cancillería a Naciones Unidas a condenar el crimen en los términos más enérgicos y enviar un fuerte mensaje de repulsa a sus perpetradores y a quienes les brindan asistencia.

Este viernes, el Consejo de Seguridad condenó la acción en la cual resultaron heridos además 84 civiles.

Al leer una declaración, el embajador de Rusia Vitaly Churkin, presidente de ese órgano, calificó la acción de crimen atroz, mientras transmitió sus condolencias a las familias de las víctimas.

El Consejo integrado por 15 países reiteró que el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones constituye una de las más serias amenazas para la paz y la seguridad internacional.

Ratificó igualmente que todos los actos de esa naturaleza son criminales e injustificables, sin importar sus motivaciones, ni dónde, cuándo y por quiénes sean cometidos.

El secretario de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, condenó asimismo el atentado.