Los gobiernos de Brasil y Haití abordaron el tema de la inmigración ilegal y el combate a las redes de tráfico humano durante la visita a Brasilia del primer ministro haitiano, Laurent Lamothe.

“Estamos trabajando con la sensibilización, que intenta desanimar las redes de coyotes (traficantes de personas) y favorecer la inmigración legal”, afirmó el alto jerarca haitiano en declaraciones divulgadas por la prensa de Brasil.

Brasil sufrió el mes pasado una ola de inmigración en el estado amazónico de Acre (norte), en la frontera con Bolivia y Perú, de más de mil ilegales llegados principalmente de Haití, aunque también había algunos africanos, asiáticos y centroamericanos.

El gobierno brasileño informó entonces que se prepara para coordinar con los países vecinos un mayor control de fronteras para inhibir los coyotes, si bien ya adelantó que puede aumentar la recepción legal de haitianos en busca de trabajo en su territorio.

En su visita a Brasil, que incluyó un encuentro con el canciller Antonio Patriota, Lamothe destacó que tras el devastador terremoto que arrasó su país en 2010, todavía se requiere de la asistencia internacional, especialmente en educación, infraestructura para reconstrucción del país, combate a la pobreza extrema y producción de energía.

Para fin de este mes, está prevista la inauguración de un hospital en Bons Repos, región metropolitana de Puerto Príncipe (capital), resultado de un acuerdo entre los gobiernos de Brasil, Cuba y Haití.

Otras dos unidades de salud serán construidas, con una inversión de 70 millones de dólares.

En Haití, 40 por ciento de la población vive en situación de inseguridad alimentaria. El terremoto de 2010 mató a 220 mil personas y dejó a 2,3 millones sin techo.

Brasil dirige la fuerza militar de paz de la Organización de Naciones Unidas en Haití (Minustah, por su sigla en inglés), y tiene allí el mayor contingente de soldados. Este grupo ha comenzado a reducirse casi una década después de su llegada.

(Telesur)