Dieta, ejercicio y un poco de café contra el hígado graso

Se trata de una de las grandes epidemias de este siglo. La obesidad, considerada ya como una enfermedad, está mermando la salud de millones de personas en el planeta. Por este motivo, cada vez son más las investigaciones que se centran en cómo luchar contra este mal que afecta tanto a países ricos como a países pobres. Un ejemplo es un trabajo estadounidense en el que se constata en ratones que la ingesta moderada de café o té podría ayudar a prevenir y proteger el hígado de la acumulación de grasa, lo que se conoce como hígado graso.

Aunque los mensajes en la lucha contra la obesidad son simples: ejercicio y dieta sana, el número de personas con sobrepeso y obesidad sigue aumentando. En España, el 14,4% de las mujeres y el 17% de los hombres son obesos, y se estima que hasta un 34% de la población tiene hígado graso. De ahí que se sigan buscando soluciones a un problema que dispara otros como la tensión arterial, el ictus o la diabetes.

Algunas de las últimas investigaciones que hay sobre este tema se centran precisamente en cómo prevenir la aparición de hígado graso, también conocido como esteatosis hepática no alcohólica, que se ha vinculado además con un mayor riesgo de diabetes y con procesos inflamatorios crónicos del hígado que pueden derivar en cirrosis e incluso en cáncer.

Un equipo internacional de investigadores liderados por Paul Yen y Rohit Sinha, de la Universidad de Duke (EEUU), han llevado a cabo diversos experimentos en cultivos celulares y en ratones para comprobar cómo reaccionaban en presencia de la cafeína las grasas almacenadas en las células hepáticas de estos roedores que habían sido alimentados con una dieta rica en grasa.

Según los datos de estos experimentos, publicados en la revista ‘Hepatology’, un consumo equivalente a cuatro tazas de café o té diarias puede ser beneficioso para prevenir frente la progresión de hígado graso.

“Este es el primer estudio que ofrece el mecanismo detallado de la acción de la cafeína en los lípidos del hígado y los resultados son muy interesantes”, explica en un comunicado Yen. “El café y el té se consumen con mucha frecuencia y la idea de que puedan ser terapéuticos, especialmente desde que han ido ganándose una reputación de ser ‘malos’ para la salud, es especialmente reveladora”, señala.

Estos investigadores señalan en su estudio que los datos podrían conducir al desarrollo de fármacos que actúen como la cafeína, con sus propiedades terapéuticas pero sin los efectos habituales. Podría servir como un punto de partida para estudios que evalúen todos los beneficios de la cafeina en el cuerpo humano.

De hecho, en la actualidad hay en marcha muchos estudios sobre el efecto de la cafeína. Algunos, cuyos datos se acaban de publicar, muestran que en la moderación está la virtud y señalan que aquellas personas que superan las cuatro tazas de café al día tienen mayor riesgo de muerte por problemas cardiovasculares.

En cambio, si nos mantenemos en una ingesta prudente de esta sustancia sus efectos positivos pueden ser muchos y variados, además de la protección frente al hígado graso, otras investigaciones han evidenciado su papel protector en la diabetes, contra los síntomas del Parkinson, o como aliado de la memoria. En cuanto a las bondades del té, esta bebida alcanzaría los mismos ‘galardones’ que el café, ya que se han observado cómo reduce el colesterol malo o su protección cardiovascular.

(Con información de El mundo.es)



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