Máxima seguridad para efectuar subasta de mayor pozo petrolero brasileño
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ordenó el despliegue de un fuerte dispositivo de seguridad para garantizar la realización de la subasta del mayor pozo petrolero de su país, el cual podría pasar a ser explotado por empresas extranjeras, a pesar de la amenaza de trabajadores del sector y de militantes sociales de montar un campamento para impedir ese acto.
Al menos mil 100 efectivos de seguridad -entre Ejército, Marina, Policía Federal y Policía de Río de Janeiro- custodian las inmediaciones del del Hotel Windsor, ubicado en Barra da Tijuca, una zona elegante del oeste de Río, con el apoyo de cuatro vehículos terrestres y un helicóptero.
Adicionalmente, dos embarcaciones de la Marina tomaron posición frente a los puestos 3 y 4 de la playa, donde este lunes habrá policías controlando la circulación de los bañistas.
La presencia de tropas federales fue solicitada por el gobernador de Río, Sérgio Cabral, tras las protestas violentas que vienen registrándose en varias de las principales ciudades de Brasil -incluida Río- desde junio pasado y que recrudecieron en las últimas semanas.
En ese contexto, hasta la fecha se han interpuesto -sin éxito- 23 recursos judiciales pidiendo la anulación del llamado a licitación del yacimiento Libra, ubicado en aguas del Atlántico con reservas calculadas en unos 12 mil millones de barriles de crudo, equivalentes al 70 por ciento de las reservas actuales del país.
Este domingo, la Federación Única de Petroleros (FUP) criticó la utilización de militares en el operativo, recordando que “su responsabilidad es asegurar las fronteras y la defensa”, y “no deben tomar parte” en asuntos de seguridad interna.
A pesar de ello, el ministro de Defensa, Celso Amorim, afirmó que la convocatoria a las fuerzas armadas para garantizar la celebración de la subasta, prevista para las 14H00 locales (16.00 GMT), es una “medida excepcional” contemplada por la Constitución.
Protestas de trabajadores
La FUP representa a la mayoría de los trabajadores del sector -incluidos los de la gigantesca Petrobras, de propiedad mixta y control estatal- y desde el pasado miércoles dispuso una huelga indefinida en rechazo a la licitación del enorme yacimiento Libra.
Desde entonces, un grupo de líderes sindicales y militantes de organizaciones sociales montó un campamento frente a la sede de Petrobras en Río, adelantando que se trasladarían luego a las inmediaciones del Hotel Windsor.
La licitación, para la que están inscritas nueve empresas -entre ellas, siete de las 11 petroleras con mayor valor de mercado en el mundo-, será la primera que se realizará en Brasil bajo el llamado “régimen de división de la producción”, que sustituyó al de concesión.
El nuevo mecanismo establece que cualquier empresa privada puede imponerse en una subasta aunque, si así ocurre, será obligada a trabajar junto a Petrobras.
El yacimiento Libra forma parte de las gigantescas reservas petroleras descubiertas en Brasil en el año 2007, en la zona geológica conocida como “presal”.
(Telesur)
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