Se cumplen 30 años de la invasión de la mentira por parte de EE.UU. a Granada
Este viernes, 25 de octubre de 2013, se cumplen 30 años de la invasión por parte de Estados Unidos (EE.UU.) a Granada, tal como lo hizo en Afganistán e Irak, a principios de este siglo, y ahora pretende hacerlo en Siria. A través de mentiras, el país norteamericano ocupó en 1983, con una potente fuerza militar, al país ubicado en el Mar Caribe, que luchaba por su definitiva independencia del imperio británico y por integrarse a los movimientos revolucionarios por un mundo mejor. Una acción valiente en tiempos de la Guerra Fría y el anticomunismo.
La excusa utilizada por el Gobierno del entonces presidente estadounidense, Ronald Reagan, para ingresar por la fuerza a Granada fue que su pueblo representaba una “amenaza” a la seguridad de los estadounidenses residentes en Granada debido a “la inestabilidad política que vivía el país, tras el asesinato seis días antes del primer ministro Maurice Bishop”.
El homicidio del líder del movimiento progresista La Nueva Joya fue impulsado por los servicios de inteligencia de Estados Unidos y ejecutado por el viceministro Bernard Coard y el general Hudson Austin, quienes mantenían fuertes divergencias ideológicas con el premier de esa isla.
Fue entonces cuando se puso en marcha la agresión denominada Furia Urgente, como ensayo del desarrollo de conflictos políticos militares que poco después aplicaría en países como Panamá (Operación Causa Justa, en 1989) y en Irak (Operación Tormenta del Desierto, en 1992), entre otros, que a su paso han dejado un legado de muerte en “nombre de la democracia y la libertad”, reseñó la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
Cuatro años antes de la invasión imperialista, el 13 de abril de 1979, Bishop expresaría: “Somos un pequeño país, somos un país pobre, con una población descendiente de los esclavos africanos, somos parte del Tercer Mundo explotado y definitivamente tenemos el desafío de buscar la creación de un nuevo orden económico internacional que de lugar a una economía al servicio del pueblo y a la justicia social”. Esto como resumen del nuevo gobierno que presidiría, luego de liderar la rebelión que derrocó a Eric Gairy, quien contaba con el respaldado de la Casa Blanca y era amigo del dictador chileno Augusto Pinochet.
Nadie se benefició más del asesinato de Bishop que Estados Unidos, país que a través de la CIA fomentó la división interna, logrando que el líder granadino fuera traicionado por sus compañeros.
Con las banderas del Movimiento La Nueva Joya, Bishop proclamó un Gobierno Popular Revolucionario que impulsó una transformación social con perspectivas socialistas mediante el fortalecimiento de una economía soberana y alianzas con países como Cuba y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
De esta manera se ganó una férrea campaña mediática de satanización por parte de EEUU, que señaló a la isla como un eje de “desestabilización de todo el Caribe”.
Una de las mentiras destacadas por el imperio estadounidense fue que el aeropuerto internacional construido por Bishop, para fortalecer el flujo comercial y turístico en el país, era para la instalación de una base militar de Cuba y la Unión Soviética, lo que ellos llamaron “una amenaza comunista”.
El 25 de octubre de 1983, más de siete mil marines y paracaidistas norteamericanos invadieron al país de tan solo 344 kilómetros cuadrados y unos 100 mil habitantes en ese momento.
Ese despliegue exagerado de muerte y represión se usó también como excusa para “demostrar” el poder bélico de EEUU, después de su histórica derrota en Vietnam y para justificar el millonario presupuesto militar de la Administración de Ronald Reagan (1981-1989).
En declaraciones públicas, Reagan expresó que la invasión a Granada se hizo “justo a tiempo”, con la prepotencia que caracteriza al Gobierno de Estados Unidos que ahora presidido por Barack Obama continúa usando la mentira como principal arma para justificar sus ataques contra las naciones que no obedecen a sus patrones de “democracia y libertad”.
Tal es el caso de la actual amenaza militar estadounidense contra Siria, basada en el supuesto uso de armas químicas. Sin embargo, la nación norteamericana no ha logrado su cometido al enfrentarse a una enorme crisis presupuestaria y la demanda cada día de más gobiernos y pueblos por la construcción de un mundo pluripolar, que deje atrás la hegemonía de la guerra.
(Telesur)
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