Cuba: razones para celebrar
Los cubanos se preparan para celebrar el aniversario 55 de la Revolución, empeñados en el camino escogido el 1º de enero de 1959, aunque inmersos en un proceso gradual para actualizar su modelo socioeconómico.
El socialismo seguirá en la isla, y el propósito es que sea próspero y sustentable, según los lineamientos aprobados por el Partido Comunista de Cuba y que marcan el proceso de cambios en la nación caribeña.
Se trata de otro momento histórico en el proceso revolucionario cubano, que se ha sustentado en la unidad de la nación y en la resistencia a la hostilidad de sucesivas administraciones de Estados Unidos.
Llegar hasta aquí no ha sido fácil. Cuba ha soportado el bloqueo más largo de la historia, por el cual se le niegan inversiones, financiamiento, avances tecnológicos, medicinas y alimentos.
Los cubanos han pagado además un alto precio: más de tres mil murieron y una cifra similar resultó herido o incapacitado por actos terroristas financiados y apoyados desde territorio estadounidense.
Ataques armados, sabotajes, atentados a los líderes de la Revolución, agresiones biológicas, planes de subversión interna y de aislamiento externo formaron parte del arsenal contra la pequeña isla caribeña.
Pero nada de esto desvió un milímetro la trayectoria del proceso cubano que convirtió cuarteles en escuelas, impulsó la reforma agraria, liquidó el latifundio y nacionalizó sectores vitales de la economía.
No fue casual que el líder histórico de los cubanos, Fidel Castro, declarara en abril de 1961 el carácter socialista de la Revolución, en vísperas de la invasión mercenaria por Bahía de Cochinos cuya derrota fue calificada aquí como la primera derrota del imperialismo yanki en América Latina.
Desde entonces la ruta ha estado preñada de obstáculos, pero también de avances y conquistas que hoy, en medio de dificultades económicas, se mantienen y el propósito es hacerlas más eficientes.
Cuba cerró el año con la menor mortalidad infantil y materna de su historia, obra de un sistema de salud pública que no solo llega a todos los confines del país, sino que se extienden a numerosas naciones.
La mayor de las Antillas está entre los 50 países con mayor proporción de personas con 60 años o más, lo cual es interpretado como resultado de la política de desarrollo social y derechos humanos.
Gran parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio están cumplidos en esta tierra, cuya vecindad con la mayor potencia del planeta resulta espada de Damocles, en particular por la política de bloqueo.
Aún así, sus índices le sitúan como un país de alto desarrollo humano, que ocupa el lugar 51 entre 187 países.
Por su parte la Organización de Naciones Unidas para la Educación y la Cultura (Unesco) coloca a Cuba en el lugar 14 en el mundo en su Índice de Desarrollo de la Educación para Todos.
De un país monoproductor de azúcar de caña, la economía cubana se sustenta más en su capital humano, especialistas en salud, educación y otros que hacen de los servicios la fuente más importante de ingresos.
Las transformaciones apuntalan a la empresa socialista como la piedra angular del sistema económico, pero abren espacios a otras formas de producción que incluyen las cooperativas y el trabajo por cuenta propia.
Una particularidad es que los más de 400 mil trabajadores cuentapropistas tienen asegurada la seguridad social, a diferencia de otras naciones donde los que viven de la llamada economía informal carecen de esas prestaciones.
La actualización de la política migratoria, el nuevo Código del Trabajo, la creación de la Zona de Desarrollo Especial del Mariel (al oeste de aquí), la entrega de tierra en usufructo, son algunas de las medidas y pasos de los cambios sin pausa, pero sin prisa que tienen lugar en la isla.
Al propio tiempo, el marco legal e institucional del país para la actualización del modelo económico se construye sobre la base de la justicia social y la solidaridad.
Vinculado a todo este quehacer, Cuba consiguió este año importantes avances en la renegociación de su deuda externa, en particular el acuerdo con Rusia respecto a la condonación del débito existente con la antigua Unión Soviética.
El presidente Raúl Castro ha sido enfático en la posición de principios de honrar los compromisos financieros del país, cuya credibilidad en la materia ha remontado y abre nuevas posibilidades de inversiones y financiamiento.
Según las autoridades, los dos próximos años serán decisivos para el proceso de actualización, con la consolidación de experimentos y la aplicación de otros, incluidos los primeros pasos para la unificación monetaria y cambiaria que permitirá mejores controles de los parámetros de la economía.
Entretanto, los cubanos por estos días tienen razones para celebrar y ese espíritu se respira en las calles, centros de trabajo y estudio donde las felicitaciones, intercambios de regalos y celebraciones denotan confianza en el devenir.
Así ocurre este 24 de diciembre, donde el tema predominante es la celebración de la Nochebuena en familia, antesala de la despedida de 2013 y la llegada del año 56 de la Revolución.
(Por Orlando Oramas, Tomado de Prensa Latina)
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