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Cuba ocupa un lugar muy especial en el corazón de África por su meritoria y desinteresada contribución a la independencia de pueblos de este continente, afirmó hoy aquí el luchador cubano Jorge Risquet.
El miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, vinculado de manera cercana a las gestas libertadoras y al internacionalismo cubano en Angola, arribó a este país para seguir rumbo a la República del Congo, donde asistirá a la celebración de los 25 años del Protocolo de Brazzaville.
“Asistiré a esa conmemoración en representación del presidente Raúl Castro y del pueblo cubano”, declaró a Prensa Latina Risquet, quien recordó que “ese protocolo fue la última de las 13 reuniones cuadripartitas que tuvimos”.
Allí, detalló, participaron Cuba, Angola, Sudáfrica y Estados Unidos, este último país mediador, aunque partidario de Pretoria.
El protocolo concluyó en esa capital congoleña el 13 de diciembre de 1988 y puso fin a las cuadripartitas que dieron lugar a los Acuerdos de Nueva York, firmados nueve días después, explicó el veterano combatiente.
Narró como esas negociaciones empezaron por una reunión en Luanda, que presidió él por la parte cubana, “después tuvimos una en Londres, en El Cairo y así sucesivamente en otras ciudades hasta que se fueron acercando las posiciones y en Brazzaville se firmó el protocolo”.
Esas serían las bases, precisó el luchador cubano y reiteró: “de ahí fuimos para la ONU y el 22 de diciembre se firmaron los acuerdos entre Sudáfrica, Angola y Cuba, que suponía la puesta en práctica del pacto 35”.
La aplicación de esas cláusulas convergió en “la independencia de Angola sin ninguna agresión extranjera, abrió el proceso de emancipación en Namibia y fue un duro golpe al apartheid que desapareció en Sudáfrica”, afirmó Risquet.
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