Evidencian doble rasero estadounidense contra Cuba
La reciente detención aquí de un comando procedente de Estados Unidos que planeaba actos terroristas contra Cuba evidencia una vez más el doble rasero de Washington en el contexto de su llamada guerra contra el terrorismo.
La captura de cuatro sujetos de origen cubano residentes en Miami que pretendían atacar instalaciones militares cubanas solo es el último ejemplo de las incontables intentonas de organizaciones extremistas basadas en Estados Unidos durante más de medio siglo.
Según la información oficial, los encartados confesaron que tales tentativas se fraguaron bajo la dirección de Santiago Álvarez Fernández Magriñá, Osvaldo Mitat y Manuel Alzugaray, también residentes en Miami y con un largo historial de acciones violentas contra Cuba.
Los cabecillas del complot poseen a su vez estrechos vínculos con el connotado terrorista Luis Posada Carriles, autor intelectual de atrocidades como la voladura en 1976 de un avión civil cubano con 73 pasajeros a bordo, o la serie de atentados con bombas en hoteles de La Habana en 1997.
Aunque el gobierno norteamericano dice no tener información sobre el tema, un documento aparecido en los registros del Departamento de Estado revela que uno de los detenidos fundó una empresa paramilitar en Miami en 2009 bajo el supuesto de ayudar “al pueblo en Cuba a reconquistar su democracia”.
Lo cierto es que mientras la isla sigue siendo blanco de acciones terroristas patrocinadas desde Estados Unidos, Washington la incluyó otra vez en la lista de Estados Promotores del Terrorismo.
Una maniobra cuyo claro propósito es manipular el tema y convertirlo en instrumento de política contra la Cuba.
Tras la detención de los cuatro terroristas, Cuba dijo que “se realizarán las gestiones pertinentes con las autoridades estadounidenses competentes para investigar estos hechos y evitar oportunamente que la actuación de elementos y organizaciones terroristas radicados en ese país pongan en peligro la vida de personas y la seguridad de ambas naciones”.
La historia hasta ahora es que estos elementos, muchos de ellos vinculados a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), actúan con total impunidad desde Estados Unidos.
Posada Carriles, por ejemplo, vive a sus anchas en ese país pese a sus crímenes, en tanto Fernández y Mitat cumplieron cortas sentencias en 2009 por almacenar en el sur de la Florida armas y municiones que planeaban usar contra Cuba.
Estados Unidos, por otra parte, mantiene en prisión a tres de cinco antiterroristas cubanos que detuvo en 1998 por monitorear a bandas responsables de acciones violentas contra la isla.
Pese a una gran campaña mundial a favor de la liberación de estos hombres, solo dos de ellos han podido regresar a Cuba tras cumplir íntegramente las condenas que se le impusieron.
(Tomado de Prensa Latina)
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