¿Y qué sucede en Brasil?
Después de los resultados electorales que reeligieron a la presidenta Dilma Rousseff en Brasil, una fuerte polarización marca desde 2015 el escenario político en el país suramericano.
Tanto la jefa de Estado como el expresidente y líder del Partido de los Trabajadores (PT) Lula da Silva enfrentan en la actualidad una campaña de desprestigio por parte de sectores opositores que buscan generar una situación de ingobernabilidad en el país acusándolos de ser los responsables del fraude masivo en Petrobras. Pero la comisión parlamentaria brasileña, encargada de la investigación de corrupción en la petrolera estatal, eximió a ambos líderes de toda responsabilidad en el caso por no encontrar pruebas en su contra.
El 26 de octubre de 2014 Rousseff fue reelegida como presidenta de Brasil con el 51,64 por ciento de los votos en una segunda vuelta de elecciones generales y desde entonces la nación ha registrado una importante disminución de los niveles de pobreza y un significativo crecimiento de las clases medias de la población debido, principalmente, al aumento de los puestos de trabajo y a la puesta en práctica de unas iniciativas de inclusión sin precedentes.
Desde la Reforma del sistema político y electoral de Brasil para resolver las distorsiones del modelo representativo y ahondar la participación popular, así como la descentralización de los servicios públicos y el fortalecimiento de los planes sociales hasta mayor redistribución de la renta petrolera con Petrobras como palanca de desarrollo social.
La presidenta también se comprometió en la lucha contra la corrupción y el lavado de activos pero los medios de comunicación han desempeñado un rol crucial para desprestigiar su gestión y retratar al partido de gobierno, PT, como un partido burocrático y corrupto que ha gestionado la empresa estatal de forma ineficiente.
Tal y como explica Lincoln Secco, historiador y experto sobre el PT de la Universidad de Sao Paulo, los medios de comunicación juegan un papel fundamental en la situación actual al señalar únicamente al PT y no necesariamente a los aliados de derecha del gobierno. “Los escándalos relacionados con el PT se muestran diariamente por televisión. Pero casi no se muestra ninguna crítica hacia la gestión del PMDNB (Partido de Movimiento Democrático Brasileño) en Sao Paulo”, afirma Secco.
¿Quién está detrás del conflicto por Petrobras?
Las denuncias contra la corrupción tienen un fondo político que se intenta esconder porque la presidenta Dilma Rousseff fue quien precisamente estimuló el proceso de investigación de algunos directores del pasado y otros actuales que fueron atrapados en actos ilegales, que yan han sido investigadas y otras juzgadas.
Sin embargo, lo que no se divulga es que quienes hacen las denuncias de Petrobras y que además quieren decir que solo el Partido de Trabajadores (PT), tiene responsabilidad, obvian que siempre hubo problemas de corrupción en la estatal petrolera.
El periodista brasileño Beto Almeida afirma que es la derecha la que está detrás para pedir la privatización de Petrobras “quieren decir que si Petrobras no fuese estatal no pasarían este tipo de cosas. La solución para los problemas de Petrobras, muy lejos de pasar por la privatización, es un mayor control estatal, porque fue con esa medida que Petrobras logró ser una de las mayores petroleras del mundo con tecnología reconocida internacionalmente y de vanguardia”.
El Partido de los Trabajadores como objetivo
El objetivo de las denuncias es desestabilizar al PT que atraviesa por un momento de grandes retos porque es el que debe asegurar la continuidad de sus proyectos sociales que han mejorado los niveles de vida de los brasileños con la formalización del empleo y la recuperación de empresas como Petrobras.
Con los medios de comunicación en contra el PT tendrá un impacto electoral, un impacto político al que se debe enfrentar y tener la capacidad para dar una explicación a la sociedad de cómo garantizar la transparencia y fiscalización del control estatal y las graves consecuencias que tendría Brasil si Petrobras cae en manos de la privatización.
¿Por qué el ataque a Lula da Silva?
La petición hecha por el procurador general de la República de Brasil, Rodrigo Janot al Gobierno de EE.UU. para que ayude a Brasil en la investigación de los casos de corrupción están dirigidos a dañar la imagen de Lula. “EE.UU. quiere desnacionalizar a Petrobras, todo eso tiene un fondo el cual es dañar la imagen de Lula para que no regrese al Gobierno en las elecciones del 2018, incluso pretenden amenazarlo con prisión. Se pretende impedir que Lula sea candidato porque de ser así tiene una gran posibilidad de ganar otra vez, el objetivo es impedir la quinta victoria consecutiva del PT”, afirmó Beto Almeida.
De acuerdo con el rotativo O Globo, Janot viajó junto a los procuradores que investigan las denuncias sobre millonarios desvíos de fondos en la petrolera, realizados al parecer con la connivencia de altos funcionarios de la empresa, políticos y constructoras contratistas. Los fraudes también están siendo investigados, además de por las autoridades brasileñas, por el Departamento de Justicia estadounidense y el organismo que regula el mercado de capitales.
A la cabeza del ataque a Lula se encuentra el conglomerado mediático Grupo Globo, que apoya además abiertamente la destitución de Dilma presentando de forma destacada a diputados de la oposición. En febrero de 2015 el director del diario, Erick Bretas, exigió mediante una publicación de Facebook la destitución o impeachment a la Presidenta, lo que dejó clara la posición de Globo.
El 29 de agosto, el expresidente y antiguo líder del PT, Inácio Lula da Silva, demandó a cuatro periodistas y al editor de la revista Veja por publicar un especial de primera página que lo vinculaba con el escándalo de Petrobras.
Lula es el gran temor de la derecha en Brasil
Lula fue quien dirigió la bonanza económica de Brasil desde 2003 hasta 2010, y todavía goza de bastante popularidad entre la población. El antiguo presidente ha sido un ferviente partidario de Dilma, y su influencia fue decisiva en las pasadas elecciones presidenciales.
Un abogado también acusó a Da Silva de beneficiar a la compañía de construcción Odebrecht durante su mandato. El presidente ejecutivo de esta compañía se encuentra bajo investigación como parte del caso de fraude de Petrobras. No obstante, actualmente, el abogado que acusó a Lula está siendo investigado por no presentar pruebas convincentes que sustenten dicha acusación.
Otro que se sumó a la ola de denuncias fue el presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, un diputado neopentecostal quien solicitó juicio político contra Rousseff y él será juzgado precisamente en una causa que investiga si cobró sobornos por al menos cinco millones de dólares en el fraude a la estatal Petrobras.
El objetivo parece ser intentar desgastar al máximo posible a la actual administración para que Lula da Silva llegue lo más condicionado posible a la próxima cita presidencial y no olvidar que se trata del personaje mejor valorado de la política de Brasil, con un 80 por ciento de valoración a su gestión cuando dejó la presidencia en 2010.
(Con información de Telesur)
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